La construcción, una de las actividades esenciales que fueron reanimadas en medio de la incertidumbre generada por la primera ola del COVID-19, casi dos años después muestra dificultades para recuperarse, al menos a niveles previos a la pandemia. Mientras, el país requiere proyectos de infraestructura carretera, obra hidráulica y de telecomunicaciones, por mencionar algunos, para su desarrollo. 

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A noviembre de 2021, el valor de producción generado por esta industria se mantenía 20.3% por debajo de su desempeño del promedio de los primeros 11 meses de 2019; sin embargo, se trata de una actividad que desde 2013 se dirigió a la baja en cuanto a la vivienda, mientras que la inversión pública presentó importantes decrementos a partir de 2010, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La industria de la construcción es uno de los principales generadores de carga para el autotransporte en el país, y la edificación es la rama que más valor genera dentro de la actividad. Entre enero y noviembre del año pasado, el valor absoluto constante de este tipo de obra era 29% inferior, en promedio, al de igual periodo de dos años atrás, refieren datos de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC). 

La construcción de edificios industriales, comerciales y de servicios, actividad de mayor valor dentro del ramo, caía 28.4% a noviembre pasado contra el resultado de igual periodo de 2019. En tanto, la edificación de escuelas era la actividad que más lejos estaba de los niveles de la prepandemia, con una caída de 32.3 por ciento, en promedio. 

José Luis de la Cruz, Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), expone en entrevista para TyT que la construcción refleja el contexto que enfrenta el resto de la economía: “Lo que vemos es el resumen, el cambio estructural que vive la economía mexicana. Es decir, un menor ritmo de inversión, una menor prospectiva de crecimiento y una afectación estructural”.

La construcción de vivienda es el segundo rubro dentro de la edificación que más valor aporta a la producción, y su desempeño promedio entre enero y noviembre del año pasado estaba 29.4% por debajo de la etapa prepandemia, cuando el sector vivienda ya enfrentaba dificultades. 

Durante la presentación del Plan de Reactivación Económica 2022, Carlos Martínez Velázquez, Director General del Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), dijo que el valor de producción generado por la vivienda residencial tuvo una baja en 2020, pero se ha estabilizado y recuperado con el inicio de nuevas obras. 

El año pasado cerramos con un promedio de 20,000 viviendas al mes, registradas en el INFONAVIT, superior a lo observado en 2019. Tenemos una buena expectativa de que este año continúe la construcción y que, desde luego, siga aumentando el valor de la construcción”. 

Carlos Martínez Velázquez, Director General de INFONAVIT.

Martínez Velázquez adelantó que esperan un aumento de 12% en la colocación de créditos para 2022, a fin de alcanzar 596,000 financiamientos y una derrama en la economía total por 254,000 millones de pesos, cifra que equivale a poco más de un punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB).

Vemos en los nuevos mercados oportunidades de inversión, donde se realizan los proyectos estratégicos de infraestructura del Gobierno federal, principalmente en el Corredor Interoceánico, el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles, porque se están llevando a cabo planes estratégicos de desarrollo urbano y ordenamiento territorial”.

Carlos Martínez Velázquez, Director General de INFONAVIT.

Los ganadores 

Los proyectos prioritarios del Gobierno federal, focalizados en su mayoría en el sur-sureste de México, colocan a Tabasco, Oaxaca y Chiapas entre los ocho estados donde la construcción tiene un satisfactorio desempeño debido al desarrollo de obras como el Corredor Interoceánico-Istmo de Tehuantepec y la Refinería Dos Bocas. 

En Tabasco, donde es construida la refinería que se prevé proporcione al mercado 120,000 barriles diarios de diesel para 2023-2024, el valor de producción generado por la construcción entre enero y noviembre del año pasado, era en promedio 261% superior al de igual periodo de 2019, de acuerdo con los datos de la ENEC. 

Las obras relacionadas con el petróleo y la petroquímica incrementaron en 685.2% su valor de producción en el lapso referido contra la prepandemia, mientras que el crecimiento del transporte y la urbanización era de 208.8 por ciento, en promedio. El resto de los tipos de construcciones se mantiene con decrementos significativos de hasta 75.8 por ciento, como es el caso de los proyectos de electricidad y telecomunicaciones. 

Las cifras del INEGI que descuentan los efectos de la inflación, también reportan importantes incrementos en el valor de producción generado por la construcción para Oaxaca, con una variación positiva de 139.8 por ciento, y Chiapas, con un alza de 19.9% respecto a enero-noviembre de 2019. 

En el Estado de México, donde se ultiman los detalles para el despegue de operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el valor de la construcción se mantenía 16% por arriba de su desempeño de los primeros 11 meses de 2019. El valor de producción de las obras de transporte y urbanización es el indicador que impulsa a la industria con un crecimiento promedio de 98.1 por ciento. El resto de las obras cae. 

En este contexto, de la Cruz Gallegos prevé un incremento cercano a 3% anual de la construcción, dentro de la actividad industrial para este 2022, debido a que se verá la conclusión de obras de infraestructura del Gobierno federal, como el Aeropuerto de Santa Lucía, y ya no hay grandes proyectos nuevos. 

El dinero, la clave

Detrás de una industria de la construcción en números rojos para el grueso del país está la falta de inversión pública y privada, o al menos la necesaria para echar a andar la actividad que a enero pasado reportó un millón 626,627 empleos registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 1.1% más contra los reportados en enero de 2020. 

Entre enero y noviembre de 2021, la inversión pública en la construcción caía a un ritmo de 9.1% respecto a la prepandemia, mientras que la privada descendía en 27.2 por ciento. Las cifras de la ENEC, que descuentan los efectos de la inflación, indican que los recursos del Gobierno aportaban 43% del valor de producción de la construcción, mientras que las empresas representaban el restante 57 por ciento.

“Si bien la inversión del Gobierno de alguna forma ha permitido que se mantengan algunos proyectos de infraestructura, es evidente que no sustituye lo que está dejando de invertir el sector privado, el cual era el pilar de la edificación, de los trabajos especializados y, en esencia, sigue detenido”, declara al respecto el director del IDIC.  

Una petición constante por parte de la iniciativa privada es que el sector público amplíe los recursos dirigidos a la construcción, pues en los últimos años el Gobierno federal no ha destinado más de 2.5% del PIB, cuando la ONU sugiere un gasto de entre 5 y 8% para economías similares a la de México. 

En tanto, una de las estrategias de la Secretaría de Economía (SE) para impulsar e este sector, es la simplificación y homologación de trámites en todos los niveles de Gobierno, plan en que ya trabajan el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER), de acuerdo con declaraciones de Tatiana Clouthier.  

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