La industria automotriz de México se vio obligada a parar operaciones por la contingencia derivada del coronavirus COVID-19. Los efectos de estos cierres en las armadoras y la economía serán similares al impacto de la crisis global de 2009, advirtió Miguel Elizalde, presidente de Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT). 

Es un escenario bastante complejo (para la industria automotriz). Los efectos por el H1N1 se quedaron cortos, se asimilarán más al impacto que tuvimos de la crisis internacional de 2009”. 

Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la ANPACT. 

En entrevista para TyT expuso que se vislumbra un panorama nada favorable para la producción y exportación de unidades, luego de cumplir en 2019 un año récord, con 198,100 vehículos pesados producidos y 168,265 exportados. 

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Si a los efectos en el mercado interno, agregas el tema de la normatividad y la falta de incentivos para renovar flotas, pinta un panorama bastante complejo para el mercado interno y por supuesto también para la exportación y esto afecta a las plantas productivas”.

Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la ANPACT. 

En 2009, cuando el mundo sufrió los efectos de una crisis financiera y económica originada en Estados Unidos, la producción de autobuses, camiones y tractocamiones se desplomó 28.2% anual, lo que en su momento significó un retroceso de siete años. 

En el mercado nacional, las ventas de esta industria totalizaron 21,457 unidades, 57.3% menos que un año atrás, desempeño no visto en 12 años. 

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En contraste, las ventas al exterior incrementaron en 16.2% anual a 42,699 unidades en 2009. La industria venía de una caída de 7.9% en las exportaciones de 2008, de acuerdo con datos históricos de la ANPACT. 

Efecto en cadena para la industria

Freightliner, Mercedes-Benz Autobuses y PACCAR no han sido las únicas armadoras de vehículos pesados que decidieron pausar sus actividades en México, así como en Asia, Europa y otros países del continente americano, por efectos del coronavirus. 

Automotrices de importante presencia en el país como Toyota, Honda, Audi, GM, Ford, Fiat y Nissan cerraron sus operaciones, como resultado de la contingencia sanitaria, la interrupción en las cadenas de abasto y las bajas ventas.

Los paros temporales de las automotrices en México y Estados Unidos han obligado también a bajar la velocidad, e incluso detener laborales, a la cadena de proveedores de autopartes, como sucedió con Pirelli y Michelin. 

En 2019, México ingresó 435,131 millones de dólares por exportaciones no petroleras, de las cuales 410,836 millones de dólares fueron aportados por las manufacturas. 

Dentro de estas últimas, 36% del valor total se compuso de las exportaciones del sector automotriz, según datos del Banco de México (Banxico). 

De 100% de las exportaciones no petroleras del año pasado, 82% tuvo como destino Estados Unidos: 28.22% correspondió a la industria automotriz y el restante 53.8% a otras ventas. 

La industria automotriz es uno de las principales demandantes del servicio de autotransporte de carga, pues todos sus componentes se mueven sobre ruedas en el país. 

Así, en medida que caíga la producción y exportación de unidades, así como las ventas en el mercado interno, se prevé afecte al servicio de carga en México.