Los transportistas enfrentarán una nueva realidad: el incremento de los precios de los insumos importados que adquieren para mantener en movimiento sus vehículos de carga. Esto, como producto de la fuerte depreciación del peso frente al dólar. 

Analistas pronostican un tipo de cambio entre los 21.95 y 22.50 pesos por dólar al mayoreo para el cierre de este año, lejos de los 18.90 reportados en diciembre pasado. 

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Ante este escenario de debilidad para la moneda mexicana, los proveedores de insumos de importación para el autotransporte, en algún momento se verán obligados a ajustar al alza los precios ofrecidos a los transportistas. 

Del total de insumos utilizados para desarrollar la actividad del autotransporte de carga, 58.7% son de manufactura nacional y 41.3% son importados, esto quiere decir que se adquieren en dólares, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco, expuso en entrevista que aún no existe una razón contundente que explique cuánto tiempo tarda en traducirse la depreciación del peso en los precios al consumidor y al productor, en especial en escenarios de crisis. 

El importador aguantará un poco para subir los precios –pues no hay demanda–, con la esperanza a que baje el precio del dólar hacia la segunda mitad de año”. 

Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco

De no haber una recuperación razonable de la moneda mexicana, refirió, habrá un incremento de precios y, obligados por la crisis, los transportistas tendrán que sustituir o recomponer su gasto.   

En una época normal, los transportistas traducen directo el costo (del dólar caro) a sus clientes. Pero difícilmente lo podrá traducir y lo tendrá que absorber. ¿Cómo? Sustituyendo otros productos”.

Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco

El precio del diesel –insumo principal para los transportistas—ha caído cerca de 5% en lo que va de 2020. De mantener este comportamiento, pese a que el petróleo cotiza en dólares, tendrá un efecto favorable en los gastos de las empresas. 

Sin embargo, en el otro extremo están el requerimiento de cambiar el aceite cada 40,000 kilómetros recorridos, las llantas, las refacciones y autopartes del tractocamión, insumos que en su mayoría provienen del exterior.  

El 72.9% de las autopartes para vehículos, 57.6% de los químicos básicos utilizados en la industria y 39.5% de los productos derivados del petróleo comercializados en el país y utilizados por los transportistas son de importación, de acuerdo con Inegi. 

Gordillo Arias aclaró que no todos los proveedores se verán obligados a subir sus precios a los transportistas, pues muchos importadores tienen posibilidad de obtener seguros o derivados. 

Cuando el dólar estaba en 18.70, se acercaron para asegurar sus mercancías por lo menos seis meses o más. Hay instrumentos que aminoran el impacto, añadió.

Peso debilitado, en la ruta de los transportistas

El pasado 6 de abril, la moneda mexicana cayó a su peor nivel histórico frente al dólar, a 25.75 pesos por unidad, y al comparar su cotización actual – de 23.40 pesos – con la de 12 meses atrás, su depreciación es de 24.2% en operaciones de mayoreo. 

La falta de una política fiscal del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dirigida a impulsar a las empresas afectadas por las medidas de contención del coronavirus COVID-19, ha deteriorado las expectativas de crecimiento para la economía mexicana. 

Analistas prevén una caída de hasta 10% para el Producto Interno Bruto (PIB) local para este año, factor que genera una mayor percepción de riesgo para invertir en México y debilita al peso. 

Adicional, el avance del coronavirus en el país y otras naciones, principalmente Estados Unidos –importante socio comercial de México –, las muertes que cause y la duración de la pandemia, así como los precios petroleros, son otros factores que influirán en los movimientos del tipo de cambio. 

En el corto plazo, CIBanco previó que la paridad peso-dólar oscilará entre los 22.70 y 25, en un contexto de elevada volatilidad, para mayo pronosticó que fluctúe entre 23 y 24 pesos, mientras que a partir de junio esperan se ubique en 22 unidades.

En tanto, analistas del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico) previeron que el peso cerrará el año 21.95 por dólar spot. 

El consenso consultado por Citibanamex refirió, en su encuesta publicada el 3 de abril, que cerrará el año en 22.50 pesos por dólar, también al mayoreo. Estimado que supone una depreciación anual cercana a 20% de la moneda mexicana. 

Este debilitamiento de la moneda local tendrá sus efectos en el bolsillo de los transportistas, quienes tendrán que lidiar con mayores precios y evaluar su traspaso a sus tarifas, en un entorno de menor demanda.