La industria establecida en México paga hasta seis veces más por los fletes marítimos provenientes de Asia, situación que los ha llevado a enfrentar sobrecostos logísticos, a buscar provendría local y, en el peor de los casos, reducir su producción. 

En entrevista con TyT, Jesús Francisco López, director de Relaciones Institucionales de la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (Caintra), expuso que las empresas enfrentan costos superiores a 10,000 dólares por contenedor marítimo proveniente de Asia. 

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Sin embargo, la situación no es exclusiva de ese continente, pues desde Europa reciben fletes tres o cuatro veces más elevados, en promedio. 

Muchas PyMEs tienen que usar la creatividad para poder traer un embarque que les costaba un par de miles de dólares, y ahora va a estar arriba de los 10,000 dólares. Ese factor va directamente al costo productivo”. 

Jesús Francisco López, director de Relaciones Institucionales de Caintra.

Al respecto, dijo, la decisión que se ha tomado es reducir la producción y eso tiene como consecuencias la pérdida de ventas y en una demora en la generación de empleo. 

Otra alternativa a la que han recurrido los industriales de Nuevo León es sustituir las importaciones provenientes de Asia o Europa, lo cual no siempre es posible, por la disponibilidad y la calidad del insumo, materia prima o producto terminado. 

Como hay más empresas demandando cartones, embalajes, resinas de plástico (…) es decir, proveeduría local para tratar de sustituir algunos productos de importación, pues también están saturados los proveedores en México, y tenemos esas consecuencias: cada vez conseguimos más tarde el producto”. 

Jesús Francisco López, director de Relaciones Institucionales de Caintra.

La ruptura en las cadenas de suministro, como el provocado por los elevados fletes marítimos, está ocasionando que la inflación de los precios de los insumos domésticos en México se esté elevando.

Adicional a los fletes marítimos, la escasez de chips pesa sobre la manufactura

La situación también ha dejado ver sus efectos en la industria, cuya actividad cayó 0.13% en junio frente a mayo, se trata de la tercera baja consecutiva, de acuerdo con cifras desestacionalizadas reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

Los cuatro componentes de la actividad industria mostraron contracciones mensuales. La construcción tuvo un retroceso de 2.0 por ciento, su mayor caída desde diciembre pasado. 

La manufactura retrocedió a un menor ritmo, de 0.13 por ciento, en su interior la fabricación de equipo de transporte que se contrajo 0.98% en junio, actividad que muestra el deterioro de la producción automotriz.

La minería se contrajo a una tasa mensual de 0.85% y la generación y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y gas lo hizo a un ritmo de 0.5% mensual. 

En el primer semestre del año, la manufactura acumuló una contracción de 1.38% mientras que la fabricación de equipo de transporte acumula una baja significativa de 10.42% con respecto a diciembre del 2020. 

Analistas expusieron que estos retrocesos derivan de los cuellos de botella en cadenas de suministro al interior de la industria y la escasez global de semiconductores, lo que ha afectado la producción automotriz.