La descarbonización de los sistemas de transporte es la principal apuesta de la política pública de Bogotá, la ciudad se ha fijado la meta para lograr una flota 100% cero emisiones para 2036, aseguró el titular de la Secretaría de Movilidad, Felipe Ramírez, en el marco del panel «Bogotá MovetoZero: líder en compromisos público-privados».

La ciudad cuenta con uno de los planes más ambiciosos de la región en la transición hacia la movilidad eléctrica, que sigue a través de una política de movilidad motorizada de cero emisiones que establece metas de corto, mediano y largo plazo.

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Hasta el momento, la capital colombiana cuenta con 1,485 autobuses eléctricos, la flota para el transporte público más grande de América Latina y la segundo del mundo, después de China.

Bogotá cuenta con metas ambiciosas entre las que se destacan nuevas contrataciones de vehículos de cero emisiones en la flota de transporte público masivo a partir de 2022, para que en 2036 logremos alcanzar el 100% de la flota amigable con el medio ambiente.

Felipe Ramírez, secretario de Movilidad de Bogotá

El secretario de Movilidad señaló que el gobierno proyecta que la política de movilidad también les permita tener el 100% del transporte de carga, de la flota oficial del Distrito, del transporte escolar, y las ventas de vehículos particulares de cero y bajas emisiones para el año 2040.

El funcionario destacó que para lograrlo se requiere del apoyo del sector privado, por lo que se están explorando esquemas público-privados para el despliegue de infraestructura de recarga de uso público, pero también con organizaciones del sector público, académico y privado que han generado compromisos concretos por la electromovilidad.

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Ramírez explicó que se ha logrado que más de 30 organizaciones asuman compromisos alrededor de cinco ejes basados en generar una mayor oferta vehicular cero a precios competitivos, adquisición de flotas motorizadas cero emisiones, por parte de las empresas.

Así como la instalación de infraestructura de recarga pública y privada y gestionar espacios para la misma y el impulso a la innovación, investigación, empleabilidad y el desarrollo de capacidades técnicas en toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica con enfoque de género y diferencial.

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