Hace 40 años, en la Península de Yucatán, un joven emprendedor cerró su tienda de abarrotes para crear su empresa de transporte, y así fue como inició Transportes ABC del Caribe, aunque no tan fácil, ya que tuvieron que pasar varias cosas para construir esta historia.
Resulta que por aquellos años, Francisco Rivas Gamboa se dedicaba al comercio en una pequeña tienda cuando alguien le sugirió invertir en una sociedad para comprar un pequeño camión de carga y ponerlo a trabajar, que sin duda le podría representar una entrada extra.
No lo pensó mucho y así lo hizo: junto con un socio compraron aquel camión que empezó a dar servicio de fletes todavía sin nombre y sin razón social. Era apenas un pequeño emprendimiento cuando el vehículo se accidentó y casi fue considerado pérdida total.
Aquel socio le dijo a Francisco Rivas que se lo quedara, que quería él lo arreglara con sus recursos y finiquitaban la sociedad. Así sucedió: arregló el camión con la visión de sacarle el mayor provecho, así que, de un día para otro, cerró su tienda y se fue a dar servicio en la carretera a Cancún.
Para empezar a darle forma a lo que más tarde sería Transportes ABC del Caribe, Francisco Rivas le puso el nombre de Transportes Riga, con las primeras dos letras de sus apellidos. Y ahora sí, el sueño jamás se detuvo.
En su natal Mérida y alrededores hubo un auge en la industria de la construcción, de tal manera que sus primeros y principales clientes fueron empresas cementeras que tenían ocupado aquel camión todo el tiempo, lo que provocó que muy pronto se hiciera de otro y otro hasta llegar a 10 unidades en tres años.
Durante los primeros años de esta historia, Transportes Riga diversificó su operación, ya que los clientes requerían también servicio en planas, góndolas y tolvas.
Como todo iba bien, nunca hubo necesidad de formalizar la empresa, ya que su crecimiento era orgánico y los clientes seguían llegando y demandando más servicios.
Años más tarde decidieron pasar de Persona Física a Persona Moral y constituir formalmente la empresa, así que decidieron nombrarla Transportes ABC del Caribe por una cuestión de marketing.
Esto representó un gran crecimiento para la empresa, ya que los retos del nuevo milenio exigían procesos más robustos y un mejor servicio, lo que siempre ha sido un gran diferenciador de la compañía.
La llegada de su hijo Mauricio Rivas, el menor, también representó un hito para Transportes ABC del Caribe, pues inyectó una visión fresca e innovador a la empresa, al grado de que siguieron incursionando en nuevos nichos de negocio.
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En la pandemia, por ejemplo, buena parte de su operación se detuvo y vieron una oportunidad en el transporte refrigerado, así que en lugar de contraerse o esperar, decidieron invertir en cajas refrigeradas, lo que resultó en un acierto, ya que no sólo tuvieron la forma de contrarrestar ese episodio, sino que consolidaron un área nueva de negocio.
En voz de Mauricio, el secreto de la empresa ha sido el servicio al cliente, que no es un lugar común, sino una forma de vida, desde los directivos, el personal administrativo y, por supuesto, los operadores, con constante capacitación para siempre dar el mejor resultado a los clientes.
De cara al futuro, Mauricio Rivas considera que la tecnología, la innovación y el personal serán las claves para seguir siendo una empresa fuerte, con una estrategia sólida y clave para el sureste mexicano.
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