El pasado 15 de abril de 2025, la Presidenta Claudia Sheinbaum anunció en conferencia matutina que su Gobierno buscaría reformar la Ley Aduanera con el objetivo de fortalecer el control en las aduanas de nuestro país, eliminar la corrupción e incrementar la recaudación.
Desde entonces y con mayor intensidad para este último trimestre del año, el tema de conversación y preocupación entre los actores que integramos la cadena de suministro es, sin duda, la Iniciativa de Reforma a la Ley Aduanera presentada el 9 de septiembre ante la Cámara de Diputados por el Ejecutivo Federal.
Y es precisamente en este punto de la historia de nuestra Ley Aduanera, y luego de 44 años de la entrada en vigor de la primera ley en la materia, que estamos próximos a dar cuenta y ser partícipes de una reforma verdaderamente histórica, y que lamentablemente sólo podemos calificar, como bien ha señalado una gran colega en el ramo, como “draconiana”.
Te puede interesar: Más recaudación, más caos en aduanas: cuellos de botella en puertos de Veracruz, Lázaro Cárdenas y Manzanillo
Reforma a la Ley Aduanera= sobrerregulación
En efecto, las modificaciones que se propusieron son severas y de gran impacto, y es que, ante la ausencia de una reforma fiscal de fondo en el Paquete Económico para 2026, es de las aduanas y del comercio exterior de donde se pretende recaudar para poder solventar programas sociales, gasto público, endeudamiento y cumplir con los proyectos planteados en el Plan México y Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.
De ahí que, hablar de esta reforma implica hablar de la imposición de más controles y vigilancia por parte de las autoridades aduaneras SAT y ANAM, multas y sanciones excesivas, incluso de hasta una sobrerregulación a diversos actores, entre ellos los agentes aduanales y en consecuencia, los importadores y exportadores.
Esto, derivado de la propuesta de eliminación de las excluyentes de responsabilidad con las que actualmente cuentan los despachantes de mercancías, lo cual se prevé que impacte en el flujo y desarrollo de las operaciones de comercio exterior.
Como lo hemos analizado a lo largo de este espacio, las modificaciones de gran calado tienen repercusiones en la cadena logística, en la que no sólo intervienen los importadores, exportadores y agentes aduanales, figuras cuya actuación aduanera es principalmente regulada por esta normativa, sino también transportistas y logísticos, cuya labor es fundamental para el traslado de mercancías de importación y exportación por las 50 aduanas de nuestro país.
Atentado contra la competitividad
Esta reforma a la Ley Aduanera antepone la recaudación, los controles y vigilancia excesiva, a la competitividad, crecimiento y desarrollo de nuestro comercio exterior, facilitación aduanera y fortalecimiento de las aduanas mexicanas, bajo el argumento del combate a la evasión y elusión fiscal.
Sin embargo, las modificaciones propuestas están lejos de mejorar, fortalecer y modernizar la legislación aduanera como se señaló en la exposición de motivos, porque si bien es cierto que se necesitaba una reforma ante malas prácticas en las aduanas en las que también participa la propia autoridad, también lo es que el Acuerdo de Facilitación Comercial de la Organización Mundial del Comercio –de la cual México es miembro– pugna por la transparencia y el establecimiento de procedimientos aduaneros que eviten la arbitrariedad, con el objetivo de reducir los costos y agilizar el comercio, buscando también que las sanciones sean proporcionales a la infracción y el infractor. Sin duda, esta reforma dista de ello.
Letra muerta en comercio exterior
También es cierto que la operación aduanera ha rebasado y superado la normativa, es decir, en muchos procedimientos aduaneros previstos en la ley, su reglamento y Reglas Generales de Comercio Exterior, las normas son letra muerta. Por mencionar algunos ejemplos: notificación tardía del Procedimiento Administrativo en Materia Aduanera –mejor conocido como PAMA–, en el que existe embargo precautorio de la mercancía, retrasos en la liberación de dicha mercancía y del medio de transporte, que quedó en garantía del interés fiscal una vez subsanada la irregularidad o desvirtuada la causal de embargo, entre otros.
Ante este escenario que se vislumbra un tanto complejo y retador, vale la pena replantearnos, prepararnos y ocuparnos al interior de nuestras organizaciones con la implementación de programas de compliance fiscal, aduanero y penal eficientes tanto como importadores, exportadores, agentes aduanales, transportistas y demás actores, respecto a las modificaciones que integran la reforma a la Ley Aduanera.
El impacto será para todos los sectores de la industria y en este contexto, es de suma importancia mantenerse debidamente informado y tener una red de apoyo de expertos en la materia, que los puedan guiar, asesorar y capacitar para lo que se viene, porque una realidad incuestionable es que las empresas importadoras y/o exportadoras, agentes aduanales, proveedores de transporte y demás actores, movemos a las aduanas de este país.
Brenda Angeles Romero
Abogada especialista en comercio exterior en CASADUANA
Red X @BrendaAngRom
bangeles@casaduana.com
LinkedIn
Te invitamos a escuchar el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: