México busca dar un paso decisivo hacia la soberanía tecnológica con el lanzamiento de Kutsari, un proyecto nacional que tiene como objetivo impulsar el diseño y la fabricación de semiconductores.
Esta iniciativa, anunciada en febrero por la presidenta Claudia Sheinbaum, se perfila como estratégica para sectores clave como la industria automotriz, los vehículos pesados, los electrodomésticos y los equipos médicos, además de abrir un espacio para aprovechar el talento científico nacional y consolidar nuevas cadenas de valor.
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Durante su participación en el podcast Ruta TyT, Alejandro Bautista, responsable técnico de Kutsari en Puebla, explicó que por décadas México ha sido un simple observador en la carrera tecnológica global, a pesar de contar con talento altamente capacitado.
“Muchos de nuestros estudiantes han tenido que salir del país porque aquí no había oportunidades en este sector. Hoy, con Kutsari, buscamos que México sea un actor relevante en la cadena de valor de los semiconductores”, señaló.
Aquí puedes escuchar el episodio completo de Ruta TyT con Alejandro Bautista:
Tres etapas fundamentales
El proyecto se divide en tres fases. La primera se centra en el diseño de circuitos integrados, es decir, el corazón de los chips que procesan información a partir de señales provenientes de sensores o sistemas electrónicos.
Posteriormente, se buscará avanzar hacia la fabricación, un reto enorme considerando que en América Latina no existe ninguna planta de producción de semiconductores. La tercera etapa contempla el ensamble y pruebas (ATP), proceso que valida el correcto funcionamiento de los circuitos.
“Decir que mañana tendremos chips mexicanos listos sería una mentira. Es un camino largo, complejo, pero ya estamos dando pasos firmes”, subrayó Bautista. Como ejemplo recordó que, incluso en Estados Unidos, fábricas levantadas por gigantes como TSMC aún enfrentan dificultades para entrar en operación plena, debido a la escasez de talento especializado.
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Primeros desarrollos: Tonantzin
Desde la sede en Cholula, Puebla, se trabaja ya en proyectos concretos como Tonantzin, un chip capaz de procesar señales de distintos sensores. Entre sus aplicaciones se encuentran dispositivos médicos para medir creatinina y urea en pacientes renales, así como sistemas de monitoreo de arsénico en cuerpos de agua. Todo ello con propiedad intelectual mexicana.
“Lo interesante es que podemos diversificar su aplicación hacia múltiples industrias, incluida la automotriz, donde la demanda de semiconductores es cada vez más crítica”, destacó el especialista.
Impacto en la industria automotriz y de vehículos pesados
La crisis global de semiconductores en 2020 y 2021 paralizó líneas de producción y retrasó entregas de vehículos, afectando también a los fabricantes de camiones y tractocamiones. La escasez evidenció la dependencia tecnológica del país y la necesidad de contar con alternativas propias.
En este sentido, Kutsari plantea un horizonte prometedor. Aunque la certificación de chips automotrices puede tardar entre cinco y diez años, el objetivo es que México pueda desarrollar en el mediano plazo componentes que fortalezcan a fabricantes como Volkswagen, Audi y otras armadoras con presencia en el país.
“Sí buscamos incidir en la industria automotriz y de vehículos pesados, aunque es un proceso gradual. La certificación es un paso indispensable, pero estamos convencidos de que es posible alcanzarla”, afirmó Bautista.
Agregó que hasta ahora, no se han concretado convenios directos con asociaciones como la ANPACT o armadoras instaladas en México, pero el centro ha sostenido pláticas con empresas globales como Siemens, Intel y Micron, interesadas en colaborar en diseño y formación de talento.
Y es que precisamente la escasez de ingenieros especializados es uno de los principales obstáculos. “En México apenas generábamos un puñado de doctores y maestros en esta área cada año. El déficit es mundial y las empresas tienen vacantes que no logran cubrir. Parte del objetivo de Kutzari es formar capital humano mediante un modelo de capacitación acelerada que permita integrar a más jóvenes a esta industria”, explicó Bautista.
Además, se busca acercar este conocimiento desde etapas tempranas, incluso en secundaria y preparatoria, para despertar vocaciones científicas y tecnológicas. “Queremos que las nuevas generaciones vean que no es imposible trabajar en esta área. Y algo importante: los salarios en esta industria son altamente competitivos”, añadió.
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México frente a un nuevo paradigma
El especialista destacó que Kutsari no promete resultados inmediatos, pero sí marca el inicio de un proceso de transformación tecnológica. El proyecto combina investigación académica, vinculación con la industria y formación de talento para que México deje de ser solo un consumidor de tecnología y se convierta en un generador de innovación.
La industria automotriz y del autotransporte, que vivieron de primera mano los estragos de la crisis de semiconductores, observan con interés este movimiento. Si bien los beneficios tangibles tardarán en llegar, el simple hecho de contar con una estrategia nacional ya coloca al país en una posición distinta.
“Estamos construyendo soberanía tecnológica. No es un camino corto, pero es indispensable para garantizar el futuro de nuestras industrias”, concluyó Bautista.
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