Los aranceles que ha implementado el Presidente estadounidense Donald Trump pueden complicar el proceso de revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), por lo que el Gobierno mexicano debe defender el carácter trilateral de este acuerdo e impedir que se abran capítulos sensibles, asegura Kenneth Smith Ramos, quien fue jefe de la Negociación Técnica de este pacto.
“El objetivo final de nuestro país debe ser preservarlo, y no sólo eso, relanzarlo y reforzarlo en un futuro, porque al final del día la integración económica en América del Norte fortalece la competitividad de los tres países”, refiere.
El T-MEC, que entró en vigor el 1º de julio de 2020, sustituyendo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tiene una vigencia inicial de 16 años, es decir, hasta 2036, pero en el artículo 34.7 se estableció una revisión a los seis años de su implementación.

Esta inspección estaba planeada inicialmente para 2026, pero la construcción de un nuevo sistema comercial, proteccionista y de aranceles adelantó esta etapa para la segunda mitad de este año, según informó Marcelo Ebrard Casaubón, Secretario de Economía.
Cuando hace cinco años se firmó el T-MEC, se dejaron fuera capítulos sensibles que Estados Unidos quería que se incluyeran en los sectores agrícola, automotriz y energético, donde México defendió la soberanía de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Trump va a proteger aquellos sectores donde siente que tienen un déficit comercial, como la manufactura y agricultura, lo que es incorrecto porque un déficit no es la mejor unidad de medida de la cadena de valor en una relación comercial”, destaca Smith Ramos sobre los puntos clave que Estados Unidos pondrá sobre la mesa.
Esta visión hacia el proteccionismo, agrega el también socio del despacho Agon, hará que varias industrias sean objeto en las discusiones con Estados Unidos (EU), pero tanto México como Canadá deben insistir en que hay que fortalecer la región frente a otros bloques económicos.
Lee también: México propondrá capítulo de semiconductores dentro del T-MEC
Para dimensionar la integración de Norteamérica con el T-MEC, basta ver las cifras del año pasado, donde la región representó el 29% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, con un volumen de comercio entre los tres países de 1.6 billones de dólares, un crecimiento anual de 1.3 por ciento.
Además, los sectores vinculados al comercio de bienes, incluido el transporte y almacenamiento, generaron 56.2 millones de empleos en la zona.
La lógica del actual Gobierno de Estados Unidos es que es el menos beneficiado con este acuerdo, por lo que intenta regresarle al país el carácter manufacturero de hace décadas, pero el empleo en ese sector representa sólo el 10 por ciento, ya que está transitando a una economía de servicios y alta tecnología.
Medidas proteccionistas de Estados Unidos
Los aranceles no son las únicas medidas proteccionistas con las que México llegará a esta revisión del acuerdo, dado que en las últimas semanas, productos agrícolas, como el jitomate mexicano, y la revisión de licencias a transportistas de carga, han estado en la mira del vecino del norte.
En el caso del jitomate –el segundo producto agrícola que más moviliza México en la exportación, tan solo por detrás del aguacate–, el Departamento de Comercio estadounidense le impuso una cuota compensatoria de 20.91% acusando dumping o competencia desleal por supuestamente vender productos a un precio que no refleja su costo.
Te puede interesar: Exigir dominio de inglés, una medida nociva ante déficit de operadores en EU
Esta acusación, que fue negada por el Gobierno de México, forma parte de las medidas proteccionistas que EU busca introducir en la revisión del T-MEC, menciona Kenneth Smith.
“Vamos a tener que ser muy cuidadosos de que Estados Unidos no regrese con los mismos argumentos de hace seis años, donde quería cerrarle el acceso a los productos del campo mexicano”, advierte. “México ha sido sumamente exitoso en desarrollar tecnología, variedades de berries, tomate y el mejor aguacate del mundo”.
La cuota compensatoria sobre los jitomates, que no es propiamente un arancel, entrará en vigor el 14 de julio en caso de no llegar a un acuerdo.
Respecto a la orden del Presidente Donald Trump para cancelar las licencias de conducir a los operadores de vehículos de carga que no dominen el inglés escrito y hablado, el exnegociador del T-MEC lo ve como “otra medida proteccionista”.
“Los camiones mexicanos que circulan en territorio estadounidense representan un porcentaje ínfimo, menos del 1 por ciento, por lo que esta medida es más bien una cuestión política y nuevamente con este afán de golpear”, explica.
Diversificar y fortalecer el mercado
Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos lograron un récord histórico en marzo, último dato disponible, al registrar un valor de 47,982 millones de dólares, de acuerdo con el reporte de la Oficina del Censo.
La cifra representó un incremento anual de 15.4% y es el mayor monto mensual de las exportaciones mexicanas hacia EU desde que se tiene registro.

Estos datos, que muestran la dependencia comercial entre ambos países, son un parámetro para que México visualice su futuro económico y se abra a nuevos mercados, considera Kenneth Smith.
“Hay varios frentes donde puede diversificar”, dice al recordar que México tiene 14 tratados de libre comercio con 52 países, pero el 83% de las exportaciones se van a Estados Unidos.
Entre los tratados que el país puede impulsar están los que tiene con la Unión Europea, Reino Unido, Corea del Sur y Japón.
“Estados Unidos seguirá siendo nuestro principal socio comercial, pero urge diversificar”, recomienda Smith.
En la revisión del T-MEC, los tres países pueden acordar renovarlo por un periodo de 16 años, hasta 2042. Todo depende de las estrategias de cada gobierno para defender su posición.
Te invitamos a escuchar el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: