La inseguridad carretera, la falta de infraestructura para realizar su labor y lo retador que es permanecer largo tiempo fuera de casa, son factores que inhiben la incursión de hombres y mujeres en la conducción en el autotransporte federal; sin embargo, otros elementos que obstaculizan la formación de quienes sí desean obtener la licencia para operar los vehículos es la falta de instructores de manejo y de espacios para la capacitación. 

El año pasado, el déficit de operadores de vehículos pesados de carga llegó a las 99,000 personas, de acuerdo con la International Road Transport Union (IRU), desde los 56,000 proyectados en 2023, y entre los principales frenos para la formación de nuevos conductores están la burocracia y la falta de capacidad o disponibilidad para su entrenamiento. En este último punto, sin duda, influye la escasez de instructores. 

Así como hay quienes rechazan la conducción en el transporte carretero por la elevada inseguridad y lo retador que es realizar viajes kilométricos, también existe para quienes es una ocupación aspiracional. Hay mexicanos que desean ingresar a grandes empresas transportistas para mejorar la economía en sus hogares. ¿Cómo saberlo? Las listas de espera en los Centros de Capacitación y Adiestramiento para Operadores de Autotransporte Federal y Transporte Privado (CCAF) es prueba de ello. 

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Centros de capacitación con un instructor de manejo

Por ejemplo, si un Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI) tiene el alcance de egresar a 50 operadores al año, la demanda puede ser igual o superior, porque sólo hay un instructor para atender el requerimiento. Claro que en el prolongado tiempo de espera hay quienes desisten, y ello abona a que el ritmo de formación de operadores no sea el que la economía ha requerido durante los últimos años posteriores a la pandemia. 

Al cierre de 2024, en México había 259 Centros de Capacitación con la autorización de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) para formar operadores que deseen obtener la licencia de autotransporte federal, un número apenas 12.6% superior al de 10 años atrás, y 45.2% inferior a los 473 reportados en 2023, el máximo en registro, refieren datos de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF). 

Si consideramos que, en teoría, cada CCAF debe contar con un instructor como mínimo, quiere decir que la autoridad tiene el registro de al menos 259 capacitadores para quienes se incorporan a la conducción de vehículos de carga, pasaje y turismo, así como para quienes obtienen las licencias para conducir un full o carga de materiales peligrosos.

Fuente: Elaboración propia, con datos de la SICT, 2024.

Contracorriente 

Nos hemos encontrado con que el curso no está disponible, porque el único instructor anda de viaje, porque también se sube al camión y es a su regreso cuando capacita. O simplemente, la escuela o centro ya no tiene instructor, porque decidió irse a carretera, porque le conviene más”, comparte Paola Moncada, Presidenta y Cofundadora de la Asociación de Mujeres Operadoras (AMO). 

El surgimiento de esta organización no gubernamental, en 2021, con el objetivo de impulsar la participación de las mujeres en el autotransporte federal en el país, le ha dado a Moncada una óptica global de los retos que enfrenta el sector desde la formación de nuevos profesionales. 

Las principales limitantes para tener una mayor formación de operadoras y operadores en México son dos. La primera, que hay zonas del país donde se carece de escuelas o centros de capacitación; por ejemplo, en Veracruz hay uno en Orizaba, y si alguien de Xalapa quiere acudir, le será complicado. El otro punto, definitivamente, es la falta de instructores”, precisa. 

Bajarse del camión para dar clases, un reto

También existen casos donde los centros de formación cuentan con dos instructores y, aun así, la demanda excede su capacidad. Un ejemplo es el CECATI 144 de Tijuana, Baja California, donde Marco Antonio Velazco labora como capacitador interno. En entrevista, señala que para revertir este déficit, es necesario desarrollar un programa integral de capacitación y actualización para instructores y ofrecerles un salario atractivo. 

Además de no existir un estímulo económico que provoque que los operadores quieran bajarse del camión para dar clases, el proceso de formación es complejo, pues se deben tener habilidades de mecánica básica, así como conocimientos sobre reglamentos, manejo de grupos y certificación en rendimiento de combustible, entre otros, así como obtener el registro como capacitador externo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de ser el caso, añade el entrevistado. 

Necesarias, bases firmes desde la SICT

Para Axel González, fundador de 24/Seven Drivers, la SICT es laxa al momento de evaluar a los nuevos instructores, pues cada aspirante debe demostrar de forma práctica su experiencia al volante, ya que contar con una licencia en los últimos 10 años o más, no es garantía de que se tengan las capacidades idóneas para enseñar a las nuevas generaciones. 

En contraste, el especialista encargado de capacitar a operadores del autotransporte federal, considera que convertirse en instructor de manejo sí es una opción rentable. Refiere que como capacitador externo se ingresan unos 70,000 pesos por 196 horas de clase. Mientras que un conductor de quinta rueda recibe entre 50,000 y 60,000 pesos al mes, es decir, por más horas de trabajo. 

González afirma que el operador debe saber de rendimiento, de cambios horarios, sobre la red carretera primaria y secundaria para saber qué rutas son idóneas para cada configuración; debe ser capaz de saber qué porcentaje de combustible es suficiente para recorrer determinado número de kilómetros y, claro, conocer las NOM que rigen al autotransporte. Y aquí, el instructor es clave.

Sostiene que las empresas que compran tractos con nueva tecnología, bajan al operador de un camión para subirlo a otro y continuar cometiendo los mismos errores de conducción, sólo que en un vehículo nuevo. Por ello, asevera que los tiempos han cambiado, y es responsabilidad de todos formar nuevos instructores para tener mejores operadores. 

La SICT, los gobiernos, los empresarios y los conductores deben tener bien claro que ya no es como antes: saco o compro la licencia y que me enseñen sobre la marcha. Ya no estamos en esos tiempos, tenemos que cambiar esto y realmente seguir trabajando en la formación de instructores y operadores profesionales”, asevera.

El especialista es cauto frente a la formación de instructores por parte de empresas transportistas para crear sus propias escuelas. En este punto, evalúa que debe ser personal con elevadas competencias, que cumpla con las certificaciones de la STPS para asegurar que ejecutará correctamente su labor educativa. 

Falta de instructores y necesidad de operadores = puerta abierta para la corrupción

El déficit de instructores de manejo es abono para aquellos gestores o terceros que se dedican a vender las licencias para el sector, sin un entrenamiento recurrente en temas clave que se deben enseñar o refrendar en los operadores, y visibiliza toda una red que se traduce en hechos viales, muertes en carretera y pérdidas millonarias para las empresas. 

De fondo, lo que se necesita es un mayor recurso proveniente, principalmente de la autoridad, para que, en coordinación con las empresas, se fortalezca la capacidad física y de capital humano para llevar los perfiles idóneos detrás del volante, y no negar oportunidades laborales a quienes están dispuestos a ir a las aulas para tener un mejor desempeño en la conducción.

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