Hablar de la aduana de Manzanillo implica hablar del recinto mexicano con mayor nivel de operaciones de comercio exterior, vía marítima, y la segunda con mayor nivel de recaudación, tan solo después de la aduana de Nuevo Laredo.
Se ha convertido en la entrada y salida al Océano Pacífico y, en consecuencia, en la ruta natural para las importaciones de mercancía provenientes de Asia y para las exportaciones con destino a Latinoamérica y la Unión Europea.
De acuerdo con lo señalado por la ASIPONA Manzanillo, su zona de influencia internacional está orientada hacia la costa oeste del continente americano y la cuenca del Pacífico, en donde se destacan países como: EU, Canadá, Guatemala, Colombia, Ecuador, Chile, Japón, China, Taiwán, Corea, Indonesia, Malasia, Singapur y Filipinas; aunado a que también existe un importante intercambio comercial con la Unión Europea, España, Rusia, Alemania; así como con Oceanía, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Por otro lado, también conlleva a resaltar el tema de la saturación que vive dicho puerto, situación que, si bien habla de su alta demanda por parte de los importadores y exportadores de nuestro país, también ha dejado en evidencia el retraso con el que se lleva a cabo el despacho aduanero de las mercancías, en virtud de la saturación de contenedores y falta de espacio en las terminales.
Aduana de Manzanillo es puesta a prueba
Pero eso no es todo, hace mes y medio la aduana de Manzanillo fue puesta a prueba, en virtud de que personal de dicha autoridad aduanera llevó a cabo un paro de labores por un par de días, afectando gravemente el flujo de la operación aduanera y generando pérdidas que se estima han alcanzado los 150 millones de dólares.
Pero ¿Cuánto tiempo le tomará a la aduana de Manzanillo y al puerto que la operación aduanera se normalice? Desde la perspectiva como agente aduanal, y tomando en consideración los comentarios de diversos colegas que operamos ahí, mucho se habla de que podrá tomar incluso dos meses para que, en la medida de lo posible, se pueda retomar el ritmo, porque aun cuando han implementado medidas para atender esta emergencia, como operar las 24 horas por tres días seguidos, lo cierto es que no ha sido suficiente.
Aún existen grandes retrasos y afectaciones en la operación, saturación en los portales de las terminales para la obtención de citas, restricciones por parte de la ASIPONA para el acceso de unidades al puerto para no agravar su saturación. Esta circunstancia ha ocasionado la pérdida de citas en las terminales, gastos adicionales y el colapso de las vías y carreteras. Asimismo, persiste la falta de personal suficiente y capacitado en la aduana y retrasos en la práctica de reconocimientos aduaneros.
Igualmente, la situación ha ocasionado otro tipo de afectaciones como paro de líneas de producción por parte de las empresas, pérdidas importantes para los transportistas, y para muchas pequeñas y medianas flotas y hombres-camión el fin de su negocio, pues su patrimonio se ha visto comprometido por esta crisis que se vive en Manzanillo.
Una bomba de tiempo, que explotó
Aunado a lo anterior, lo que sucede en esa aduana de Manzanillo es una bomba de tiempo que nos explotó en la cara, pues ante tal incertidumbre y saturación, las navieras han decidido redireccionar sus buques hacia Lázaro Cárdenas, lo que implica que los importadores que habitualmente no operen por esta aduana, tengan que realizar diversos trámites y gestiones para lograr llevar a cabo el despacho de sus mercancías.
Ante ello, no se descarta que ahora esa aduana resienta los efectos de la crisis en Manzanillo, es decir, estamos ante un efecto dominó, en el que las consecuencias y daños podrían ser aún peores, si persiste la falta de capacidad y de un verdadero plan de rescate de la operación aduanera en Manzanillo por parte de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), de la aduana local, ASIPONA, y terminales, en colaboración con los agentes aduanales, transportistas, logísticos, importadores y exportadores.
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Crisis en la aduana de Manzanillo y falta de información
Y finalmente, lo que desde mi óptica fue aún más lamentable, fue la falta de un pronunciamiento formal y oportuno por parte del titular de la ANAM en conjunto con las autoridades portuarias, porque si bien la Agencia se reunió con representantes de la Concamin y la Canacar, lo cierto es que lo hizo tres semanas después del paro registrado.
Lo que se sigue necesitando es que todos los usuarios de esa aduana de Manzanillo realmente sepan lo que sucede y a lo que se enfrentan sus operaciones de comercio exterior, porque aun cuando ya transcurrió un mes y medio, la ampliación de los horarios de modulación de las mercancías no ha sido suficiente y, mientras tanto, la ASIPONA informa mediante comunicados que la operación ha regresado a la normalidad, pero la realidad es muy distinta.
De ahí que lo que verdaderamente se necesita es un plan de acción y, me atrevo a decir, de rescate para la aduana de Manzanillo en beneficio de los importadores, exportadores, agentes aduanales, transportistas y usuarios en general, de dicha aduana.
Brenda Angeles Romero
Abogada especialista en comercio exterior en CASADUANA
Red X @BrendaAngRom
bangeles@casaduana.com
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