Menos horas de conducción, cambios en los itinerarios, inversión en las clases de inglés. La rigidez del Gobierno de Donald Trump que exige a los operadores dominar el idioma es todo un reto para las empresas que circulan en Estados Unidos. Se trabaja a marchas forzadas, pero el objetivo es claro: cumplir para mantener la competitividad y cuidar la plantilla.

“El Departamento de Transporte de Estados Unidos siempre nos exige entrenamientos de diferentes temas, como manejo a la defensiva o de conocimientos de regulaciones, y nosotros lo único que hicimos fue agregar el inglés, esforzarnos, suspender un poco los otros cursos y enfocarnos en el idioma”, explica a TyT Laura García Guajardo, Directora de Autotransportes Romedu, empresa que brinda servicios transfer.

En lo mismo coincide Ángel Hernández Gaitán, Director General de Súper Transporte Internacional (STI), al detallar que comenzaron a capacitar a sus conductores previo a la entrada en vigor de la norma.

“Se hizo una preevaluación de los operadores para saber su nivel de inglés, y ahí nos encontramos con un bajo porcentaje”, cuenta el directivo sobre las medidas preventivas que tomaron. “A ellos se les pidió de manera inmediata entrar a cursos de capacitación”.

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Las sanciones que implementó el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés) para los operadores de vehículos comerciales que no dominen el inglés entraron en vigor el pasado 25 de junio.

Aunque la norma no es nueva, la sanción por no cumplir con el estándar sí lo es y fue endurecida por el Presidente Donald Trump en una orden ejecutiva firmada en abril y publicada por el DOT en mayo pasado. 

Ahora, si un inspector considera que un operador no habla suficiente inglés lo puede sacar de circulación, como ya ha ocurrido en algunos casos.

Más inversión en capacitación= menos sanciones 

Empresas estadounidenses y mexicanas con operaciones en Estados Unidos han cambiado su rutina para incluir dentro de sus jornadas las capacitaciones intensivas de inglés, lo que en ocasiones implica destinar menos horas para sus recorridos diarios.

“Cumplir con esta norma requiere tiempo del personal y dinero para las capacitaciones”, evalúa el Director General de STI, una de las empresas líderes en la industria del transporte internacional.

En México, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) y el Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI) unieron esfuerzos con cursos intensivos del idioma, incluyendo un módulo que prepara a los conductores para manejar situaciones comunes al cruzar la frontera y responder preguntas básicas de los inspectores del DOT y otras autoridades competentes.

Del lado de Estados Unidos, Laredo Motor Carriers Association ha promovido cursos para los operadores.

“A nivel local ya están impulsando este tipo de programas, como sucede en México con CANACAR y CECATI, con escuelas muy focalizadas en el sector porque, efectivamente, también hay muchos operadores americanos que cuentan con la licencia CDL que no dominan el inglés y pueden ser sujetos a un fuera de servicio”, refiere Ángel Hernández.

En el caso de Autotransportes Romedu, la capacitación se ha enfocado en 15 preguntas clave que la propia Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA, por sus siglas en inglés) sugirió.

“De esas 15 preguntas, los inspectores o policías sólo te hacen cinco y agregan otras cinco relacionadas con los señalamientos de tránsito”, expone Laura García.

Sobre las inspecciones realizadas por la autoridades, describe que, si el operador no pasa la evaluación en la zona fronteriza, el policía o inspector del DOT informan a la empresa en qué parte del proceso se falló y ponen una clave, mientras que en las demás áreas del territorio estadounidenses pueden poner fuera de servicio al conductor o dar una advertencia que quedará en el registro de la empresa.

Buscan no ser penalizadas

Tener una sanción por parte de las autoridades de Estados Unidos es algo que ninguna empresa transportista desea. No sólo les causaría pérdidas económicas, también la desconfianza de sus clientes.

“Si llegáramos a tener alguna sanción no seríamos como tal una empresa segura para transportar mercancías y podemos poner en riesgo los permisos, además de perder clientes”, asegura el Director General de Súper Transporte Internacional.

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En efecto, las normas del dominio de inglés afectan también a las empresas, las cuales podrían perder su permiso de carga si sus conductores acumulan sanciones.

“En una primera ocasión, lo que va a pasar es que bajen al operador del camión y en ese momento la compañía debe mandar a alguien a recoger la unidad para terminar la ruta, pero esas sanciones se anotan en el registro de la empresa y se consideran como graves; entonces, sí hay reincidencia en esos casos, se volverán en una condicionante para que te revoquen o te suspendan tu autorización o permiso de carga”, destaca Ramón Concha, socio, encargado del área de Transportación y Logística del despacho Cacheaux, Cavazos & Newton.

¿Se incrementará el déficit de operadores?

Diversos expertos consideran que la norma del dominio del inglés podría resultar contraproducente para Estados Unidos, ya que su escasez de conductores es de los más altos del mundo.

Tan solo el año pasado, el déficit de operadores se incrementó 4 por ciento, al pasar de 64,000 en 2023 a 67,000, de acuerdo con el “Informe Mundial sobre la Escasez de Conductores de Camión 2024”, elaborado por la International Road Transport Union (IRU).

Además del inglés, en Estados Unidos se hablan más de 350 idiomas, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo. Los más comunes son el español, el vietnamita y el árabe.

La mayoría de los empleos en el sector autotransporte de ese país es ocupado por operadores que aprendieron inglés como segundo idioma, pues ser conductor no es un trabajo demandado por los estadounidenses. 

“En Estados Unidos hay varios conductores de Canadá, Europa del Este y de países de Asia”, menciona el Director General de STI acerca del déficit de operadores y las posibles consecuencias de esta medida.

Sobre la posibilidad de un freno en el flujo de carga por esta norma, las empresas consultadas por TyT no creen que sea posible, ya que observan una buena respuesta por parte de los operadores. 

“No hay más que ponernos al día con todo lo que Estados Unidos exige”, concluye Laura García Guajardo.

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