Shell plc anunció hoy su intención de retirarse de su participación en el negocio de todos hidrocarburos rusos, incluidos el petróleo crudo, sus productos derivados, el gas y el gas natural licuado (GNL) de manera gradual.

La compañía de energía explicó que, como primer paso inmediato, detendrá todas las compras al contado de crudo ruso; también cerrará sus operaciones de estaciones de servicio, combustibles de aviación y lubricantes en Rusia.

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“Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de comprar un cargamento de petróleo crudo ruso para refinarlo en productos como gasolina y diesel, pensando en la seguridad de los suministros, no fue lo correcta y lo sentimos”, dijo Ben van Beurden, CEO de Shell.

El directivo agregó las ganancias de las cantidades restantes de petróleo ruso que procesarán se destinará a un fondo dedicado; por ello, trabajará con socios y agencias humanitarias en los próximos días y semanas para determinar dónde se coloca mejor el dinero de este fondo para aliviar las terribles consecuencias que la guerra en Ucrania.

“Nuestras acciones hasta la fecha se han guiado por discusiones continuas con los Gobiernos sobre la necesidad de desenredar a la sociedad de los flujos de energía rusos, mientras se mantienen los suministros de energía. Las amenazas actuales de detener los flujos de oleoductos a Europa ilustran aún más las decisiones difíciles y las posibles consecuencias que enfrentamos al intentar hacer esto”, agregó.

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Por ello, el líder de Shell declaró que los siguientes pasos de la compañía son:

  • Deje de comprar crudo ruso de inmediato en el mercado al contado y no renovar los contratos a plazos.
  • Al mismo tiempo, en estrecha consulta con los Gobiernos, están cambiando su cadena de suministro de petróleo crudo para eliminar los volúmenes rusos: “Haremos esto lo más rápido posible, pero la ubicación física y la disponibilidad de alternativas significan que esto podría demorar semanas en completarse y conducirá a una reducción del rendimiento en algunas de nuestras refinerías”, compartió.
  • Cerrar operaciones de estaciones de servicio, combustibles de aviación y lubricantes en Rusia: “Consideraremos con mucho cuidado la forma más segura de hacerlo, pero el proceso comenzará de inmediato”, precisó Ben van Beurden.
  • Comenzar la retirada gradual de los productos petrolíferos rusos, el gas de gasoducto y el GNL, lo que reconoció como un desafío complejo: “Cambiar esta parte del sistema energético requerirá una acción concertada por parte de los Gobiernos, los proveedores de energía y los clientes, y la transición a otros suministros de energía llevará mucho más tiempo”.

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El directivo de Shell comentó que estos desafíos sociales resaltan el dilema entre presionar al Gobierno ruso por sus acciones en Ucrania y garantizar un suministro de energía estable y seguro en toda Europa: “Pero, en última instancia, corresponde a los Gobiernos decidir sobre las compensaciones increíblemente difíciles que se deben hacer durante la guerra en Ucrania. Seguiremos trabajando con ellos para ayudar a gestionar los impactos potenciales sobre la seguridad del suministro energético, especialmente en Europa”, concluyó.

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