El progreso consiste en renovarse”. Por más de un siglo, esta frase del escritor español, Miguel de Unamuno, ha servido para hacer una pausa en el camino y determinar qué sigue: quedarse en el mismo sitio o avanzar, adaptarse a los cambios o morir. 

Y si el concepto es retomado hoy en día, cuando la pandemia de la COVID-19 sigue permeando todo, empresas de cualquier industria también se plantean la misma interrogante. ¿Innovar? ¿Cómo, hacia dónde? Y, a pesar de que no hay una sola respuesta, sí hay elementos y herramientas que permiten trazar una línea en la estrategia de los negocios. 

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En este contexto, tres especialistas, consultores empresariales, plantean escenarios a fin de establecer qué es lo más recomendable para cada compañía. Para empezar, Carlos Ruiz, catedrático del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), retoma la esencia del concepto innovar: hacer algo diferente para ofrecer una solución más eficaz.

Ante esta acepción, el especialista compara un walkman con un iPod. Ambos dispositivos fueron diseñados para escuchar música en movimiento, pues representaron una innovación para que el usuario llevara sus canciones a cualquier lugar. La capacidad del primero era limitada comparada con el segundo. Hoy, con Spotify, los límites no atraviesan por el espacio que ocupa cada archivo. 

Aprender y desaprender, los nuevos retos

A fin de innovar y crear algo distinto, el especialista hace hincapié en la importancia de desaprender para aprender. No se trata de un juego de palabras, sino de la capacidad de dejar de hacer lo de antes para emprender algo nuevo, distinto. Y para eso se requiere apertura y contar con un equipo altamente capacitado para desarrollar nuevas y mejores ideas. 

Por un lado, aclara, está la innovación en productos, como puede ser el caso de los teléfonos inteligentes que cada año agregan nuevo valor a su oferta, y por otro, en procesos y/o servicios, en donde la atención e, incluso, las experiencias de los clientes son un factor determinante.

“De hecho, el modelo de negocio es quizá un tema de innovación más disruptivo, como puede ser el caso de Uber. Una empresa joven que hoy solventa una cuestión de transporte totalmente diferente de como lo hacían antes solamente los taxis”, afirma. 

Actualmente, las compañías que están innovando son las que sobrevivirán a la pandemia, y las que ocuparán el lugar de las que no lo hacen. Al final, las que sí estén generando una oferta de valor, diferenciadora, son las que ganarán la elección del mercado. 

Y en cuanto a procesos, el especialista destaca la forma de trabajo en la emergencia sanitaria: modelos híbridos entre estar en sitio y a distancia, estar mucho más cerca de los clientes, pero no como una frase hecha, sino al tanto de sus necesidades, de lo que requieren en la nueva normalidad, en seguridad y certeza.

Dos líneas de acción

Pedro Alcalá, fundador de Complexity & Innovation Hub (Cihub), considera que para continuar o emprender este camino de la innovación, se puede hacer en dos vías prácticas y concretas: la supervivencia y regresar a las bases.

El primer punto, explica, está relacionado con todo lo que han tenido que hacer las empresas para seguir a flote. Cuando comenzó la pandemia, los temas de flujo de efectivo, ajustes operativos o recortes necesarios fueron acciones emergentes. 

“Para muchas empresas se encendió el switch. Ajustaron su modelo de negocio y se adaptaron a la pandemia. Las acciones intrincadas son justo eso: innovar, darse cuenta de que algo ya no funciona y cambiarlo. En este sentido, el uso de las tecnologías sufrió una aceleración que en otras circunstancias habría tomado unos 10 años. Algo innovador fue precisamente eso, no tener miedo a la tecnología y aprovecharla para sobrevivir”. 

Y aunque esto parezca mero instinto, Alcalá aclara que algo que también resulta innovador es crear un plan de emergencia, un protocolo. Ahora, con la reactivación económica, las empresas que estén reinventando estarán listas para esta nueva realidad. 

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En cuanto a regresar a las bases, se refiere a que la innovación no necesariamente requiere el desarrollo de alta tecnología, sino usar, aprovechar y explotar lo que hoy está disponible: los canales de comunicación, las plataformas sociales, ventas en línea, generación de contenidos y todas estas herramientas que llevan algunos años posicionándose en las estrategias empresariales. 

“Desde los procesos internos hay que hacer una reflexión en todo lo que se puede mejorar a partir de la innovación. Comunicación, productividad y eficiencia son temas totalmente susceptibles a la reinvención. Sin embargo, sí se requiere invertir tiempo, talento y, en algunos casos, recursos, a fin de dar este paso definitivo hacia nuevas formas de trabajo”, agrega Pedro Alcalá.

Colaboración y economías de escala

En muchas escuelas de gerencia y administración se habla mucho de competencia y poco de cooperación. En este sentido, Carlos Ruiz considera que, sin duda, trabajar en equipo no solo al interior de las empresas, sino entre éstas, podría representar una gran oportunidad para innovar y obtener mejores resultados. 

Al respecto, Ferenz Feher, Director General de Feher Consulting, explica que, si bien las economías de escala no son algo necesariamente nuevo, quizá la pandemia sí sea un parteaguas, ya que a pesar de que hay empresas que compiten entre sí, el mercado les está exigiendo ser más eficientes y productivas, de tal manera que en algunos casos la colaboración podría ser una opción interesante. 

“Ya sea a través de aplicaciones, plataformas tecnológicas o con convenios de colaboración para aprovechar la infraestructura instalada, hay transportistas que están sumando sus fortalezas y, al final, se trata de una alianza en la que todos ganan. Más que competidores se ven como colegas o compañeros de oficio. Y eso se traduce en mejoras operativas, también para su sector y para sus clientes”, señala el especialista. 

De esta manera, y considerando la innovación como un proceso de mejora para las empresas, el especialista recomienda, primero, analizar todo aquello que las organizaciones pueden hacer para ganar dinero: revisión de clientes, depuración de ser necesario, gastos, costos, utilidad. 

Ahora sí, afirma, qué se puede hacer para mejorar. Qué gastos son necesarios, no para conseguir más clientes, sino para que cada operación sea más rentable. Innovar no es crecer, es ser y hacer mejor. Hacer distinto para obtener mejores resultados.