Como parte de la estrategia del gobierno de China para detener la propagación de COVID-19, decidió suspender los servicios de camiones hacia Hong Kong, debido al incremento en el número de casos que la ciudad comercial registró en los últimos días.

La suspensión en la entrada y salida de vehículos de carga pesada hacia Hong Kong provocó una disponibilidad de camiones y conductores ilimitada en Shanghái, de acuerdo con Maersk.

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Además, los estrictos controles que deben cumplir los conductores en las fronteras comenzaron a generar retrasos en la entrega de la carga, provocando un aumento en los costos de los productos.

En ciudades como Shenzhen, Xiamen y Qingdao solicitan a los conductores que muestren tanto el código de salud como el informe de ácido nucleico (NAT, por sus siglas en inglés) negativo dentro de las 48 horas para la entrega de la carga.

En Ningbo, los conductores necesitan un informe NAT negativo dentro de las 24 horas, si son de lugares fuera de la provincia de Zhejiang y no acepta a transportistas que han estado en el área de riesgo medio-alto en los últimos 14 días o si la fábrica está ubicada en el área de riesgo medio-alto.

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Maersk señaló que algunos depósitos de Shanghái están devolviendo la carga ante la congestión en sus contenedores por mercancía que está varada desde principios de abril.

Ante la situación, Maersk propuso a sus clientes brindarles servicios multimodales a través de barcazas o trenes como soluciones alternativas para el corredor entre Shanghái y las ciudades cercanas.

Sin embargo, distintas aerolíneas cancelaron vuelos para el transporte de carga y se espera que se transfieran más volúmenes a otros aeropuertos en China, lo que se traduce en mayores retrasos para que la mercancía llegue a su destino.

El aumento en el número de restricciones forma parte de la política cero COVID-19 que implementó el gobierno chino para detener la propagación de la variante ómicron, que ocasionó uno de los rebrotes más severos en el país desde que inició la pandemia.

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