En un entorno de incertidumbre económica, las empresas transportistas deben evitar ciertos errores que podrían poner en riesgo la rentabilidad de sus operaciones, indica Iván Cid, Director y propietario de Qllantas.

El experto señala que es indispensable que las compañías no esperen a que existan situaciones complicadas para tener una gestión eficiente de sus flotas, sino que es una labor que debe llevarse a cabo desde siempre.

Por ello, enumera las situaciones en las que las empresas deben poner especial atención para evitar caer en errores que compliquen su economía y logren tener una flota rentable.

En su trayectoria como consultor, Iván Cid comenta que el error más común que encuentra es que algunas empresas no saben calcular las tarifas, y cuando lo hacen, no actualizan los gastos. A éste se suma el desconocimiento de la estructura de costos y gastos.

Hay empresas que dan una tarifa considerando solamente un costo variable, es decir, aquél que se realiza cuando la unidad hace un viaje; entonces, sobre ese gasto ellos marginan, pero no se dan cuenta de lo que tienen que pagar diariamente”, indica.

El consultor explica que entre los gastos que se deben considerar se encuentran la renta, la depreciación de las unidades, gastos satelitales y seguros, entre otros.

Algunas empresas se dan cuenta cuando ya tienen un siniestro o cuando deben renovar un equipo, entonces ven que no les alcanza. Por lo tanto, es importante que entiendan la correcta estructura de gastos y la reflejen en sus tarifas, y al mismo tiempo, busquen eficiencia dentro de su estructura de costos, porque gastan pero no saben si está bien o mal”, expresa.

Otro error común es no contar con un programa de mantenimiento, con el que es posible evitar gastos por averías y prolongar la vida útil de las unidades, minimizando las interrupciones y costos de reparación.

Llega un momento donde es importante controlar el mantenimiento en casa; de este modo las flotas identifican lo que se requiere, tienen un control de los costos y conservan su unidad.

Conviene invertir inteligentemente en ello. Las empresas que son impecables en su mantenimiento, saben que con el paso del tiempo esto va a ser más rentable”, detalla.

Relacionados con este error están los ahorros malentendidos. El consultor señala que para muchas empresas lo más importante es el número de viajes que se realizan, y en aras de lograr los más posibles, buscan salir de contratiempos con componentes que no son adecuados para sus vehículos.

“Para salir de apuros compran un gallo en lugar de tener un plan de mantenimiento, una llanta adecuada, y eso les termina saliendo más caro.

Cuando el vehículo se queda en la carretera y necesita una grúa, el costo llega a ser el triple de lo que pudo haber ahorrado comprando el neumático correcto. Adicionalmente, se pierden citas o no facturan el viaje.

Estos ahorros malentendidos vienen de decisiones que no se analizan, pero que son importantes”, comenta.

Asimismo, indica que, con un programa adecuado de mantenimiento, las empresas tienen claro qué tipo de refacciones son las más apropiadas.

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Iván Cid enfatiza que otro de los errores más comunes de las empresas es no contar con talento. En este punto, sostiene que el recurso humano capacitado desquita su sueldo, porque da resultados.

La gente adecuada sabe identificar cómo sacarle jugo a un viaje, conoce mejores rutas y utiliza mejor las herramientas. Mi consejo es invertir en talento, pues en muchas flotas donde el operador no está bien remunerado, termina desquitándose con las unidades”, menciona.

Y, finalmente, refiere la ausencia de procesos, que van desde diseñar el viaje hasta planear la recuperación de las inversiones.

Consejos para una flota rentable

El Director y fundador de Qllantas señala que el enfoque principal que deben buscar las empresas transportistas es tener una flota rentable, pero con flujo de efectivo, ya que esto refleja la liquidez de las compañías y su capacidad para pagar obligaciones inmediatas.

Asimismo, enlista una serie de acciones que en su trayectoria ha comprobado que dan buenos resultados:

  • La primera es estructurar un modelo de negocio que busque hacer dinero, sin dinero. Es decir, obteniendo el mejor financiamiento para que los mismos vehículos que se adquieran paguen ese financiamiento y dejen ganancias.

Hay planes que permiten tener unidades nuevas o muy recientes, y que tengas una reposición pronta: de dos hasta cinco años, lo que va a suponer un diferencial, porque ésta va a requerir menos mantenimientos y te va a permitir incluso tener una tarifa diferente”, explica.

  • Lo segundo es fomentar una cultura de resultados, identificar cuáles son los objetivos que busca la empresa y el cliente.
  • La tercera acción es arriesgarse a utilizar nuevas tecnologías que ayuden a mejorar los resultados en tiempo real. Para ello, aconseja buscar softwares que sean fáciles de interpretar y ayuden a tomar decisiones.

El cliente lo que busca es certeza de tiempos, que los productos lleguen en buen estado y tener garantías. A un transportista que ofrezca estos elementos se le va a dar preferencia. Es muy posible que las empresas que no han entendido el juego de la certeza y la rentabilidad, no vayan a poder subsistir en estos momentos”, subraya.

  • Finalmente, añade que las flotas de mayor rentabilidad son aquéllas que todo el tiempo, sin importar lo retador, están abiertas a probar nuevas ideas y experiencias.

Las empresas que todavía no han empezado a entender cómo ser más rentables y lo están empezando a comprender ahora porque así lo exige la economía, pueden encontrar valor en todas aquellas iniciativas, proyectos, métodos, tecnologías que ya han sido probados por aquellos que iniciaron antes”, apunta.

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