En México, 12 meses después de que las armadoras se vieron forzadas a iniciar un paro de actividades para impedir la propagación de la pandemia, el COVID-19 sigue frenando el ritmo de la industria automotriz, ahora por el desabasto de semiconductores y la congestión en puertos.

Leer: Desabasto de gas retrasa producción de Tiguan de Volkswagen

A partir de este jueves, la japonesa Honda suspendió de forma temporal la producción de autos en su Planta ubicada en Celaya, Guanajuato, por problemas en su proveeduría y logística.

«Continuamos gestionando una serie de cuestiones de la cadena de suministro relacionadas con el impacto de COVID-19, congestión en varios puertos, la escasez de semiconductores y el severo clima invernal de las últimas semanas», informó la armadora.

Difundió que, ante la situación, el resto de sus plantas automotrices ubicadas en la región de Norteamérica se verán afectadas, y la mayoría suspenderá de forma temporal sus actividades durante la semana del 22 de marzo.

Honda no detalló hasta cuándo aplicará estos ajustes en su producción, afectada por el COVID-19, “dado que esta es una situación variable, el tiempo y la duración de los ajustes de producción podrían cambiar”.

En tanto, Toyota realizó paros los días 15, 16 y 17 de marzo en sus plantas de Apaseo el Grande, Guanajuato; y Tijuana, en Baja California.

La armadora nipona expuso que el freno en su producción resultó de “diversos factores tales como la restricción de suministro de semiconductores, el impacto de las condiciones climatológicas recientemente vividas en Estados Unidos y la actual escasez de petroquímicos”.

Leer: General Motors extiende paros en plantas por escasez de chips

De acuerdo con la Industria Nacional de Autopartes (INA), el desabasto de chips o semiconductores derivó de una alta demanda por parte de empresas tecnológicas, pues el confinamiento que trajo el COVID-19 elevó la compra de tabletas, computadoras y teléfonos inteligentes por parte de la población.

Óscar Albin, presidente de INA, estimó que la escasez de esta tecnología afectará a la industria automotriz global hasta la primera mitad del año.

En este sentido, Toyota informó que sus plantas en Estados Unidos también han sido afectadas, entre ellas las ubicadas en Virginia Occidental, Kentucky y Mississippi; sin embargo, las fechas y duración de paros pueden variar en cada una.

En enero pasado, la producción de autos en México cayó 15.05% anual, mientras que en febrero se agudizó a 28.9 por ciento; en este caso, no solo por el desabasto de chips que atrajo el COVID-19, también por los apagones y los problemas en la distribución de Gas Natural que trajo la tormenta invernal en Texas y la decisión del Gobierno de ese estado de cortar el suministro de energético.