Para Sandra Aragonez, Presidenta del Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministro (ConaLog), la maravilla y la magia de este sector es que día con día enfrenta un reto diferente, y más cuando los modelos de distribución están cambiando constantemente en medio de la era COVID-19 y la adopción de tecnologías.

Y si bien esta nueva realidad ha modificado muchos aspectos en la operación de la logística y ha supuesto más desafíos, la experta engloba estos retos en cinco en los que toda empresa debe prestar atención:

1) Agilidad. “No podemos estar implementando procesos o mejoras por meses o años, tenemos que ser sumamente ágiles para mejorar”, puntualiza en entrevista para TyT.

2) Flexibilidad. De acuerdo con Aragonez, ya no se trata solo del modelo de distribución de la empresa, pues por muy robusto que sea, debe ser lo suficientemente flexible para colaborar con otros esquemas y, juntos, ofrecer la rapidez que está demandando el mercado.

“La pandemia nos enseñó que tenemos que estar muy conectados con el ecosistema en sí, desde clientes, proveedores, transportistas, navieras, asociaciones, universidades o proyectos de innovación”, destaca.

En su opinión, este esquema colaborativo se reforzó gracias a la emergencia sanitaria, ya que todos los involucrados en la cadena de suministro buscaban salir adelante en un contexto que nadie estaba acostumbrado a enfrentar.

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3) Variabilidad en la demanda. Como siempre, ésta es muy diversa; sin embargo, la pandemia vino a mostrar la importancia de los analíticos, de tener insights de mercado: “Ya no me refiero a los tableros de indicadores, sino realmente a analíticos avanzados que nos den información de valor para la toma de decisiones”.

A ello se le suman los cuellos de botella en la cadena de suministro que han prevalecido desde el inicio de la emergencia sanitaria y que continuarán en 2022, los cuales complican la oferta de productos de las empresas en diferentes industrias.

En este sentido, explica, los involucrados en la logística cada vez se están enfocando más en diseñar nuevos modelos de optimización de inventario, dada la escasez que se está sufriendo a nivel global: “Ahora se trata de tomar en cuenta todo lo que está pasando en la cadena para que realmente se definan los niveles de inventario correctos, que no van alineados con los modelos tradicionales, sino alineados con lo que leo en el mercado, factores externos y analíticos predictivos”.

Por ello, comparte Aragonez, una de las lecciones que dejó la pandemia fue que los modelos de forecast históricos con datos de comportamiento internos ya no son reales y no llevan a una toma de decisión que permita ser competitivo.

4) Empoderamiento del consumidor. Actualmente, los clientes y compradores finales tienen al alcance de su mano diferentes opciones para adquirir sus productos: “Esa hiperpersonalización me lleva a que tengo una complejidad en la cadena de suministro cada vez más fuerte, ya no puedo estar manejando lotes larguísimos o volúmenes de distribución muy consolidados”, explica, puesto que ahora los logísticos en cualquier industria, requieren adaptar productos y ofrecer un mayor portafolio de soluciones.

“De ahí la importancia de la segmentación: de clientes, de canales, de la cadena de suministro; e insisto, de analíticos, eso se ha vuelto clave”, recalca la presidenta de la ConaLog.

5) Talento logístico. Sandra Aragonez aclara que éste sí existe en México; sin embargo, ya no solo debe ser experto en la operación, sino también debe tener habilidades digitales, de análisis de datos y más humanas, con un perfil de liderazgo muy diferente.

Agrega que es muy gratificante notar que el país cuenta con buenos profesionales de la logística y la cadena de suministro –a nivel técnico, operativo, gerencial y ejecutivo–; pero eso no significa que desde las empresas, universidades y organizaciones –como la propia ConaLog– se mantenga un enfoque de transformación para contar con profesionales que posean todas las destrezas digitales que hoy se han vuelto vitales.

“Está faltando el desarrollo de los analíticos. Si se combina esa capacidad con el conocimiento técnico que se tiene de la operación o de toda la cadena, se harán grandes cosas”, precisa.

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Si ya sé que todo puede cambiar…

Sin duda, los tiempos recientes han venido a demostrarle a la logística que, en cualquier momento, puede suceder algo que modifique todo el panorama para la operación de las empresas: un nuevo competidor, escasez de productos, capacidades limitadas, falta de personal capacitado o una pandemia global.

¿Qué hacer en este escenario? Sandra Aragonez recomienda diseñar pequeñas innovaciones que sean muy rápidas, fácilmente validadas y escalables. Y para lograr esta rápida evolución en los modelos de distribución, los analíticos y la tecnología son los aliados.

“El poder gestionar big data y cuestiones de conectividad que me den datos para tomar mejores decisiones, definitivamente hace un valor diferencial”, señala la líder de ConaLog.

Y no se trata de ser reactivos, como a muchas empresas les sucedió en la pandemia, sino de generar las alertas para la toma de decisiones. Sin embargo, muchas organizaciones no monitorearon la demanda o, si lo hicieron, no tomaron la información como una ventaja competitiva.

“Todos los responsables, sin importar la trinchera, compañía o industria en la que estemos, tenemos que hacer el ejercicio constantemente de ver cómo vamos a evolucionar ante un mercado que ha cambiado, con condiciones que son diferentes, ante una era digital que ya está aquí”, expresa Sandra Aragonez.

Para la líder de ConaLog, los profesionales de la logística y la cadena de suministro deben reflexionar y evaluar continuamente qué pueden hacer mejor, pues un esquema que pudo ser exitoso en su momento, no va a ser lo suficientemente robusto para la situación actual o futura.

“Eso es lo que hace la diferencia con las grandes compañías que hoy son punta de lanza: no se han quedado con un modelo que funcionó, sino que siguen innovando, están desarrollando nuevos esquemas, implementando capacidad digital y más analíticos”, destaca Aragonez Bolaños.

Muy particularmente de cara al 2022 y los cuellos de botella que prevalecerán, recomienda a las empresas también revisar sus esquemas de gestión de inventarios y, por lo tanto, toda su planeación.

Recalcó que las que aún no son conscientes de la nueva realidad y quieren seguir operando con su modelo anterior, corren más riesgos que las que ya tienen tecnologías y analíticos alineados con una estrategia de negocio: “¿Quiero obtener resultados diferentes haciendo exactamente lo mismo? Si ya sé que las condiciones cambian, por qué pretendo seguir operando exactamente igual”, cuestiona.

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La tecnología es el habilitador

Para lograr la evolución de los procesos y tener un panorama más claro de hacia dónde se dirigirá la demanda de productos, es fundamental sumarse a la era digital.

Y aun cuando hay muchas tendencias como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), los drones y la realidad aumentada, por ahora los analíticos son el punto de partida a través de sistemas WMS y TMS.

Sobre el tema Aragonez recomienda elaborar una estrategia digital que haga sentido de negocio, pues no se trata de implementar soluciones digitales porque “es lo que está de moda”, sino de evaluar el nivel de madurez de la compañía y determinar cuál es la mejor a utilizar.

“La tecnología es un habilitador; no es que nosotros nos tengamos que adaptar a ella, sino que se tiene que adaptar a nuestros procesos y al sentido de negocio que estamos buscando”, precisa.

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