Contar con un sistema de administración de riesgos y tener buenas prácticas de cumplimiento en una empresa de autotransporte no sólo previene problemas operativos, financieros y legales, también fortalece la confianza con los clientes y consolida el liderazgo en el sector, coinciden representantes de las firmas globales EY México y Kelly, además de estudios realizados por KPMG y PwC.
“La administración de riesgos y las buenas prácticas de cumplimiento son dos cosas que van de la mano y que todas las organizaciones, no sólo las del sector transporte, deben considerarlas en su operación”, asegura en entrevista con TyT Luis Soto, Gerente de Desarrollo de Negocios en Kelly.
Lo mismo confirma Omar Martínez, socio líder de la Práctica de Riesgos de EY México, firma líder mundial en servicios de auditoría, fiscalidad y consultoría.
“La gestión de riesgos y las buenas prácticas de cumplimiento no sólo previenen problemas, también fortalecen la confianza de clientes, autoridades y sociedad”, afirma.
La ruta para mitigar riesgos
En términos generales, el concepto de administración de riesgos se define como el proceso sistemático para identificar, evaluar y gestionar los eventos o situaciones que pueden impactar negativamente la operación, reputación o las finanzas de una compañía.
Para una empresa transportista, la administración de riesgos es vital para asegurar la eficiencia y seguridad de las operaciones. No obstante, no todas tienen un área encargada de realizar esta evaluación.
“Las empresas grandes suelen tener un área interna de gestión de riesgos y cumplimiento, lo que les proporciona rapidez de respuesta y un conocimiento profundo de su operación, muchas veces soportadas por consultores expertos en temas específicos”, comparte Omar Martínez.
En México operan 215,045 empresas del autotransporte, de las cuales, 172,611 son microempresas (hombre-camión), 36,098 están en el rubro de pequeñas unidades económicas, 4,868 se ubican en el nivel de medianas y sólo 1,468 son grandes, de acuerdo con cifras de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Ante esta situación, donde el 80% de las empresas son hombre-camión, EY México aconseja a las flotas pequeñas y medianas apoyarse en firmas externas especializadas, pues aportan metodologías probadas, tecnología y una visión independiente.
“En muchos casos, un modelo mixto es lo más efectivo: un responsable interno que coordine y supervise, trabajando en conjunto con consultores externos que brinden soporte técnico y mejores prácticas”, considera Martínez.

Sobre la viabilidad de tercerizar la administración de riesgos, la firma Kelly, líder en servicios externalizados y atracción de talento especializado, explica que éste se ha convertido en uno de los servicios más solicitados por las empresas transportistas.
“Se hace la revisión de todos sus procesos y, a partir de ahí, el cliente decide si lo modifica de manera interna o nos contrata para hacer los cambios”, menciona Luis Soto.
De acuerdo con estudios realizados por las firmas EY, Kelly, KPMG y PwC, los riesgos en el sector transporte se presentan en varias dimensiones:
- Operativos: mantenimiento de flotas, disponibilidad de unidades, optimización de rutas y tiempos de entrega.
- Seguridad física: robos, accidentes, vandalismo y la integridad de operadores y mercancía.
- Regulatorios: cumplimiento de normativas de tránsito, ambientales y laborales.
- Financieros: variaciones en el precio de combustibles, fluctuaciones cambiarias y costos de seguros.
- Tecnológicos: ciberseguridad en sistemas de rastreo y gestión de flota.
Todos estos riesgos pueden interactuar entre sí, por lo que su gestión debe ser integral y no aislada.
La importancia de cumplir con las normas
Dentro del autotransporte, las buenas prácticas de cumplimiento son uno de los elementos clave para la operación, ya que las compañías se tienen que apegar a las normas y leyes para trabajar de manera legal.
“El cumplimiento normativo contribuye a definir la cultura de una empresa, a generar confianza con clientes, proveedores, inversores, organismos reguladores y otras partes interesadas, y le otorga la autorización para operar en un mercado que exige transparencia y los más altos estándares de sus líderes y colaboradores”, detalla la “Encuesta Global de Cumplimiento 2025” de PwC.
Levon Kalaydjian, socio líder de Cadena de Suministro y Operaciones de EY México, concuerda al señalar que “una empresa que cumple con las normas refleja sus propios códigos éticos”.
KPMG, una firma global que ofrece servicios de auditoría, impuestos y asesoramiento, destaca que mantenerse al día de cualquier modificación permite a las compañías aprovechar nuevas oportunidades y mitigar riesgos legales.
“Las organizaciones que tienen una cultura de cumplimiento óptima se encuentran mejor preparadas para prevenir diversos riesgos, como multas, litigios y daños a su reputación”, refiere KPMG en su estudio “Perspectivas de la Alta Dirección en México 2024”.

En México, hay diferentes normas oficiales que son relevantes para las empresas de transporte, como la NOM-012, que se relaciona con el peso y las dimensiones máximas de una carga, y la NOM-087, que dicta los tiempos de conducción y descanso para los conductores.
Para las empresas que cuentan con flotas o que dependen del transporte para sus actividades, es crucial garantizar el cumplimiento de estas regulaciones, por lo que firmas globales como KPMG y PwC recomiendan la capacitación continúa de los operadores, el mantenimiento preventivo de las unidades y la implementación de tecnología en gestión de flotas.
Te invitamos a escuchar el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: