De acuerdo con Raúl Méndez, COO | Desarrollo de Negocios en Grupo Quatro, en un entorno caótico, disruptivo y divergente como en el que ya vivimos, la gestión de riesgos dejó de ser un componente reactivo o limitado a temas de seguridad para convertirse en un motor de competitividad, eficiencia y continuidad operativa para las empresas.
Durante su participación en la más reciente edición de #DesayunandoLogística, de #SoyLogístico Asociación y realizada con el apoyo de PM STEELE®, el experto compartió que las organizaciones deben pasar de reaccionar al entorno a moldearlo a su favor: “Justamente la evaluación y gestión de riesgo se trata de entender el entorno, de estudiarlo, analizarlo y moldearlo a nuestro favor para tener esta ventaja competitiva”, dijo durante su presentación.
Méndez reconoció que las empresas no pueden luchar contra riesgos como temas geopolíticos o naturales, “pero sí podemos crear las condiciones que nos favorezcan o tratar de moldearlas a nuestro favor. Entonces: anticipa los movimientos antes de reaccionar, no te conviertas en un jugador emocional” expresó.
¿Cómo lograrlo? El experto primero explicó que la gestión de riesgos se basa en convertir datos, como eventos, tendencias, comportamientos del mercado y del entorno, en inteligencia accionable. Aclaró que la información recopilada no sólo debe verse desde el punto de vista operativo, sino que debe tener un enfoque sistémico de toda la organización.
“Esto implica reconocer posibles disrupciones (…) Lo tenemos que analizar en la data; tenemos que empezar a trabajar mucho sobre la data para evaluar ese impacto, dónde está impactando y cómo nos puede impactar, así como qué estrategias de diversificación puedo tener”.
La ruta
Raúl Méndez explicó a grandes rasgos los pasos que se necesitan para pasar de los datos a la inteligencia en gestión de riesgos.
1. Identificación. Se trata de que cada empresa sepa qué riesgos hay en su cadena de suministro, preguntarse si están realmente conscientes de cuáles son.
Todo ello implica tomar información sobre cuáles son los prioritarios y los de mayor ocurrencia, qué dicen los históricos; pero también se tiene que ir más allá de la organización y considerar al mercado, la región, los proveedores, los transportistas, los operadores logísticos e incluso precios de los commodities de materias primas.
2. Análisis. Donde, a través de herramientas tecnológicas como la Inteligencia Artificial (IA) se determina la probabilidad.
“Ahí empezamos a jugar con variables, con el machine learning, y ver realmente cuál es la probabilidad que ocurre en esa predictibilidad y evaluar el impacto potencial”.
3. Mitigación. Es el desarrollo de estrategias para reducir y gestionar los riesgos con la implementación de medidas preventivas concretas para todo lo previamente identificado y analizado.
4. Monitoreo. Donde se da seguimiento periódico a esos factores de riesgo, o si hay actualizaciones en cada uno.
5. Comunicación. Se trata de permear toda la información sobre los riesgos en la organización para construir una cultura alrededor del tema en toda la empresa: “El riesgo no es de la gente de supply chain, ni la de compliance, ni del director general; necesitamos tener actualizaciones periódicas a todas partes interesadas, con colaboración para la mitigación conjunta, inclusive hasta con nuestros operadores logísticos, transportistas, forwarders”.
6. Revisión y actualización. Es hacer una revisión periódica de todo el proceso para adaptarse a los cambios o generar actualizaciones de las estrategias.
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¿Por qué hacerlo?
Raúl Méndez refirió que la gestión de riesgos en la cadena de suministro va más allá de asegurar el flujo logístico, sino que se trata de la funcionalidad completa de la organización.
En este sentido, reiteró que la gestión de riesgos aporta eficiencia operativa y resultados financieros directos; por ello, destacó cuatro beneficios medibles:
- Incremento de hasta 10 puntos de EBITDA al reducir costos, disrupciones y capital inmovilizado.
- Recuperación tres veces más rápida durante una crisis cuando se cuenta con un programa de continuidad y gestión de riesgos.
- Ahorros de entre cinco y 15 millones de dólares al año al anticipar disrupciones por clima, proveeduría, energía o geopolítica.
- Liberación de flujo de efectivo y liquidez, gracias a inventarios más eficientes y menores costos financieros.
Agregó que datos de la consultora McKinsey, revelan que las organizaciones que no implementan este tipo de estrategias pueden perder 42% de su utilidad operativa por riesgos acumulados en 10 años.
Asimismo, dijo, estudios revelan que las disrupciones que duran un mes o más ocurren cada 3.7 años en promedio, los riesgos logísticos provocan 1.6 billones de dólares en pérdidas de ingresos anualmente, así como caídas del margen bruto de entre 10 y 13% ante crisis en la cadena de suministro.

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