Para calcular los costos de operación del autotransporte interurbano a nivel nacional, es fundamental considerar el alineamiento geométrico y estado superficial de las carreteras, revela un estudio realizado en el Instituto Mexicano del Transporte (IMT).
Esta investigación, realizada por Antonio Arroyo y Guillermo Torres, tiene como objetivo aportar al sector información en materia para optimizar la planeación de rutas, al tiempo que brinda las herramientas de evaluación de proyectos de construcción, conservación y modernización de caminos. Por otro lado, en el rubro de política pública, puede ayudar al diseño tarifario del transporte.
Durante la evaluación, se consideraron siete tipos de vehículos, cargados a su capacidad límite, los cuales son: dos tractocamiones articulados de tres ejes con semirremolque de tres y dos ejes (T3-S3 y T3-S2), un tractocamión articulado de tres ejes con semirremolque de dos y remolque de cuatro ejes (T3-S2-R4), un camión de tres ejes (C3), uno de dos ejes (C2), un autobús foráneo y un vehículo ligero representativo de los automóviles.
Con estas diferentes configuraciones se relacionó el efecto del deterioro de los caminos pavimentados, tomando en cuenta superficies planas, con lomas y montañosas; con los costos y velocidades de operación.
Así, el estudio destaca la importancia de aplicar acciones de conservación de vías que garanticen periodos prolongados de la carretera en buen estado, ya que su inversión será recuperada rápidamente por el país, al reducirse los costos de operación vehicular.
Sugiere también que es conveniente invertir más en la construcción de estas vías para tener estructuras estables y pavimentos resistentes; con ello, se lograrán menos interrupciones al tránsito para su conservación; se tendrán también caminos más seguros y acumulativamente más económicos para los usuarios.
Alerta que gastar menos en la inversión inicial, buscando un ahorro fugaz, al final repercute en altos costos de conservación a la dependencia responsable y de operación a los usuarios.
El documento emitido por el IMT aclara que habrá casos en los que la recuperación de la inversión se dé, incluso, luego del periodo de vida útil del camino; esto dependerá de la magnitud del tránsito, de su composición y crecimiento anual.