Cuatro de cada 10 unidades de autotransporte federal que transitan por el país requieren ser renovadas, recordó Miguel Elizalde, presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT). 

En su colaboración para la Videocolumna de Industria Digital, publicación de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), el líder de ANPACT expuso el importante rezago que hay en la modernización del parque vehicular, que mueve 56% de la carga terrestre y el 96% del pasaje en el territorio nacional. 

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Existe un gran potencial de renovación de 40% de los vehículos registrados (ante la SCT), esto tan solo en los vehículos con placas federales, con placas estatales tenemos retos aún mayores”. 

Miguel Elizalde, presidente Ejecutivo la ANPACT.

Basado en la Estadística Básica de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), expuso que más de 140,000 empresas de autotransporte federal operan 687,000 vehículos en el país, de los cuales 108,000 son autobuses, y el resto son camiones y tractocamiones. Parque vehicular con una antigüedad promedio de 18 años. 

Recordó que los vehículos de mayor antigüedad son los menos eficientes y seguros, y usualmente están en manos de micro y pequeños empresarios, justo donde se requiere un impulso adicional para hacerlos más competitivos y puedan renovar su flota de una forma permanente, como las empresas ya consolidadas. 

Es fundamental impulsar medidas integrales para renovar la flota, como incentivos verdes a nuevas tecnologías, financiamiento impulsado por la banca de desarrollo, capacitación y asesoría sobre cómo manejar el negocio y actualización y supervisión del marco regulatorio”. 

Miguel Elizalde, presidente Ejecutivo la ANPACT.

Expertos y participantes en el servicio de autotransporte de carga coincidieron en marzo pasado, durante su participación en el Foro AMDA de Vehículos Comerciales, en que el servicio enfrenta un rezago importante en el financiamiento y apoyo del gobierno, en especial para el hombre-camión.

A esto se suman esquemas de chatarrización insuficientes y la falta de información sobre las especificaciones de unidades disponibles en el mercado secundario, así como los beneficios de éste.