Con el objetivo fundamental de preservar la integridad y la seguridad de sus colaboradores, Coca-Cola FEMSA decidió cerrar sus operaciones de forma indefinida, a partir del viernes 23 de marzo en Ciudad Altamirano, Guerrero.

La medida fue tomada anteponiendo la seguridad de más de 160 colaboradores que laboran en el Centro de Distribución de esta localidad, informó la compañía. La falta de condiciones necesarias para operar de manera eficiente y segura en esta zona del estado, así como una reciente agresión injustificada hacia uno de sus colaboradores, llevó a la empresa a tomar esta decisión.

A través de un comunicado, la empresa precisó que rechazan enérgicamente toda acción de violencia contra sus colaboradores, familias y comunidades donde opera. Asimismo, dijo, se lamenta profundamente que la ausencia de un estado de derecho y la prevalencia de la impunidad que afecta a la región, lleve a detener labores en un territorio en el que ha tenido presencia por más de cuatro décadas, generando valor económico y social a clientes, consumidores, comunidad, colaboradores y familias.

Desde enero de este año, los integrantes del Centro de Distribución de Coca-Cola FEMSA en Ciudad Altamirano comenzaron a recibir constantes amenazas y agresiones por parte del crimen organizado, así como afectaciones a las instalaciones de la empresa.