Los cada vez más extensos plazos de pago que buscan los grandes generadores de carga o embarcadores obliga a las empresas transportistas a apretarse el bolsillo para tener los recursos necesarios para su operación, y es por ello que recurren a diversas opciones de financiamiento con el objetivo de obtener la liquidez necesaria.

En el transporte la operación diaria no puede detenerse hasta que se cobren las facturas, y ante esto las opciones de crédito como el factoraje han conseguido un lugar en las pequeñas y medianas empresas (pymes) transportistas, las cuales encuentran en la adquisición de deuda los recursos para seguir en el negocio sin sucumbir por la falta de liquidez.

Por ello, consultamos a especialistas que abordan puntos clave del factoraje en los negocios transportistas:

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Qué es el factoraje

Lo primero que se debe entender sobre el factoraje es que se trata de un instrumento financiero mediante el cual una empresa puede acceder a recursos cediendo la cobranza de sus facturas o cuentas por cobrar a un tercero, que generalmente es una institución financiera, ya sea un banco o una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom); aunque recientemente las llamadas fintechs se han sumado como una opción más.

Acceder a este instrumento financiero otorga a las Mipymes liquidez inmediata para mantener equilibrado su flujo de caja, y que sus periodos de duración sean menores que los de un crédito comercial, ya que éste se extiende por el mismo plazo de pago marcado en la o las facturas que son utilizadas para esta opción.

“El factoraje permite convertir facturas o cuentas por cobrar en efectivo, por lo tanto, atiende la necesidad de liquidez para hacer frente a las obligaciones actuales o a la iniciativa de inversión y crecimiento”, dice Jaime Tabachnik, cofundador y CEO de la fintech Solvento.

«El factoraje financiero transforma las cuentas por cobrar en liquidez. Se ve como un vehículo de liquidez para aquellas empresas que tienen cuentas por cobrar con necesidades de financiamiento inmediato. En un país como México estas operaciones cobran relevancia porque las empresas en general tienen poco acceso al crédito bancario», complementa César Salazar, economista e investigador del Instituto de Investigaciones de Económicas de la UNAM.

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Tipos de factoraje

Existen diferentes tipos de factoraje, y en el caso del autotransporte principalmente se recurre a dos: el tradicional y el de proveedores. Su funcionamiento es en esencia el mismo: una empresa utiliza sus facturas para conseguir recursos de un tercero y, al efectuar el cobro de ese documento, se salda la deuda en el plazo establecido con la entidad financiera con la que se acordó este instrumento.

El tradicional es en el cual la empresa endosa sus cuentas por cobrar a la entidad financiera que eligió y recibe a cambio esos recursos (generalmente descontando una comisión acordada), y puede hacer uso de esa liquidez para seguir realizando su operación; dejando que la financiera sea la que cobre esas facturas.

El de proveedores suma un tercer actor, ya que en este tipo de factoraje las grandes empresas, como los embarcadores o grandes generadores de carga, son lo que acuerdan con la entidad crediticia esta opción para los negocios que le brindan algún servicio o producto con plazos de pago.

Así, quien brinda la opción del factoraje toma como referencia la calificación creditica de esa gran compañía y les permite a sus proveedores habilitar el cobro anticipado de sus facturas a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), para que puedan seguir proporcionándole su servicio o producto sin poner en riesgo su operación.

«Así, las grandes empresas aprovechan su calificación crediticia superior con instituciones financieras para proporcionar financiamiento accesible a sus proveedores, sin afectar su plazo original de pago, y el costo lo absorbe el proveedor que necesita el capital. Lo que resulta una opción viable para las micro y pequeñas empresas, que ante la falta de una calificación crediticia, no encuentran esta opción disponible en la banca comercial», explica Humberto Pifferi, Director de Operaciones de la fintech Factoro.

¿Necesitas factoraje?

Guillermo Bosch, cofundador y Director de Finanzas de Solvento, señala que, actualmente, los grandes generadores de carga buscan plazos de pago cada vez más amplios y mejores condiciones de crédito para mantener y aumentar su capital de trabajo. Esto complica la operación de los negocios transportistas y los obliga a voltear hacia diferentes tipos de financiamiento para solventar su operación diaria hasta poder cobrar sus facturas.

Sin embargo, en una economía como la mexicana, apunta César Salazar, especialista de la UNAM, las fuentes de financiamiento no suelen ser una opción fácil para las Mipymes, dado que la oferta de la banca comercial resulta compleja y burocrática.

Además de que estos negocios no tienen la información crediticia necesaria que las instituciones financieras tradicionales requieren para extenderles créditos, o para obtener recursos sin poner en riesgo su patrimonio. Y es aquí donde el factoraje se muestra como una opción para estas empresas.

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Cuándo sí y cuándo no

Al tratarse de un crédito a corto plazo, los especialistas consultados señalan que no es recomendable utilizar el factoraje para hacer frente a proyectos de largo plazo, ya que su objetivo principal es atender la necesidad de liquidez inmediata. Además, conlleva el pago de intereses y comisiones que, dependiendo de la opción, pueden rondar entre el 4 y el 10%, y en algunos casos pueden elevarse hasta el 30%.

“Es una estrategia para optimizar el flujo de caja. Si se ve de manera racional, el tipo de préstamos que se otorgan en el factoraje son para capital de trabajo, entonces tienen que ser de corto plazo y no suelen extenderse más de 180 días, y no es recomendable para hacer financiamiento de activos porque éstos suelen tener un retorno de inversión a más largo plazo”, apunta Pifferi.

Gregorio Sánchez, director de Finanzas de Autotransportes Pilot, coincide en que el factoraje es un instrumento que aporta beneficios inmediatos al solicitante. Sin embargo, no debe considerarse como la principal fuente de financiamiento para la operación de la empresa, sino más bien como una opción estratégica para aquellos clientes con los mayores plazos de pago, y donde los costos puedan añadirse a la tarifa para no afectar los ingresos para el negocio.

El directivo considera que debe observarse como una opción y no como la única forma de conseguir liquidez, considerando que es un costo que debe incluirse en la tarifa, pero puede alargar los tiempos de cobro.

“Aun cuando esto ya esté pactado en la tarifa con el cliente, hay algunos que, en vez de bajar los días de crédito, cada vez se quieren alargar más y esto resulta impráctico. ¿Quién aguanta 10 meses sin recibir un pago?”, apunta; por lo que recomienda que este instrumento debe balancearse priorizando el llegar a negociaciones en las que se pague a 30 días o menos para evitar los problemas de liquidez.

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Beneficios del factoraje

Estos son algunos de los beneficios que los especialistas destacan del factoraje:

  • Mejora los flujos de efectivo
  • Reduce la necesidad de acceso a créditos para el financiamiento de sus operaciones diarias
  • Ofrece una mayor flexibilidad al cliente con plazos de pago más largos
  • Evita poner en riesgo los activos de la empresa para financiar la operación

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