Desde hace ya algunos años, el gobierno federal suspendió el programa de renovación vehicular (programa de chatarrización) que ofrecía un estímulo fiscal a los transportistas para adquirir unidades nuevas o seminuevas y así participar en la construcción de una flota más segura, eficiente y menos contaminante.

Si bien se supo de manejos inadecuados, su espíritu era genuino y el incentivo era fundamental para que las flotas pudieran ser renovadas. Pero desde el sexenio pasado y en los dos años del actual, no ha sido actualizado, de tal manera que Elías Dip, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), considera urgente reactivarlo, pues se trata de un beneficio para todos.

Y no solo eso, pues Elías Dip señaló también que el precio de los vehículos ha aumentado considerablemente, lo que supone un reto mayor, principalmente, para las pequeñas empresas del autotransporte, para las que era fundamental contar con el estímulo fiscal de la chatarrización.

“En muchos casos se trata de empresas con camiones viejos, cansados. Y por eso es necesario chatarrizarlos. Por eso la importancia del programa, que si se mira bien, resulta en un beneficio para todos, pues mientras el gobierno ofrece un estímulo a los empresarios, estos tienen acceso a tecnologías más nuevas, limpias y seguras”, agrega.

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Además, el gobierno destina muchos recursos en programas ambientales, infraestructura carretera y atender las consecuencias de los incidentes viales. 

Al tener una flota más nueva, dijo, estos índices disminuirían considerablemente. Solo es cuestión de resignificar y redireccionar esos presupuestos y reactivar el programa de chatarrización.