Con una flota de 46 unidades Kenworth dedicadas al transporte de productos de grado alimenticio, TriRomo es una empresa mexiquense, que al igual que muchas otras, se enfrenta a diario a retos como la delincuencia, el alto costo del diesel y el crecimiento en la oferta de servicio de transporte de carga, la cual se ve reflejada en una guerra de precios que obliga a muchos a abaratar sus tarifas.

Ismael Romo, Director de Finanzas de Triromo, explicó que la inseguridad en las autopistas nacionales ha repercutido de forma negativa en su operación, por ello han participado en mesas de trabajo con los fiscales del Estado de México para enfrentar esta problemática. “Sí ha bajado la incidencia de robos en esta entidad, sin embargo, los delincuentes se mueven a otros lugares, actualmente están pegando en Tlaxcala”, puntualizó.

En cuanto al tema del diesel, el empresario se mostró aliviado de que se hayan frenado los gasolinazos; sin embargo, preció que se aseguran de hacer más eficiente la operación de sus unidades para garantizar un mejor rendimiento de combustible, el cual oscila entre los 2.6 y 2.9 kilómetros por litro.

Manifestó que sellan todas las mangueras de combustible y aplican cinchos de seguridad en la toma, de igual forma cada que un camión regresa de viaje realizan un corte y se checa el consumo de diesel que tuvo. Adicionalmente, el entrevistado explicó que los operadores reciben una capacitación por parte de Cummins para conocer el motor y sacar el máximo provecho del mismo, precisó que a lo largo de un año se realizan alrededor de cinco cursos al respecto.

En lo referente a las tarifas, señaló que varios clientes les piden que bajen sus precios, esto lo atribuye a que muchos lo ven como un gasto y no como la garantía de que sus productos lleguen a tiempo en óptimas condiciones; sin embargo, aseguró que ellos no están en posición de abaratar sus servicios, pues la atención que brindan a través de unidades nuevas, el seguimiento que ofrecen en cada uno de sus viajes y los costos de operación, los obligan a cobrar lo justo por cada entrega, eso sí, con la certeza de que las mercancías bajo su custodia serán entregadas justo a tiempo sin ningún inconveniente.