México, Estados Unidos y Canadá llegan al tercer aniversario del T-MEC como una región fortalecida, con niveles máximos en su intercambio comercial y donde México se mantiene como el principal socio en el mercado estadounidense. 

El T-MEC entró en vigor el 1 de julio de 2020, cuando la pandemia golpeaba al mundo y la región de Norteamérica necesitaba un motor que ayude a reactivar sus golpeadas economías. Y cumplió su objetivo. 

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“El balance respecto al T-MEC es bastante positivo. Las exportaciones, sobre todo hacia Estados Unidos, hicieron que la economía mexicana se recuperara.

Sin el T-MEC y sin el crecimiento acelerado de las exportaciones, impulsadas por el rápido crecimiento de Estados Unidos, estaríamos todavía con un rezago muy importante”. 

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE.

Para Gabriella Siller, directora de Análisis Económico- Financiero de Banco BASE, el panorama en el bloque luce positivo alimentado por el nearshoring, con crecimientos a doble dígito para las exportaciones, las cuales tienen al autotransporte de carga como su principal aliado para el movimiento de mercancías en la región. 

México y Estados Unidos, en niveles récord 

De enero a abril de este año, el valor del intercambio comercial entre Estados Unidos y México fue de 259,456 millones de dólares, una cifra récord, que significa también un crecimiento de 4.5% anual. 

En el caso del país gobernado por Joe Biden y Canadá, el valor comercial entre estas naciones totalizó 254,291 millones, 0.2% inferior respecto a igual lapso de 2022, refieren datos de la Oficina del Censo. 

Esto no significa que Canadá pierde relevancia dentro del bloque T-MEC. De hecho, su mercado demanda a Estados Unidos lo que casi toda la Unión Europa. 

Dadas las condiciones geográficas de la región, el autotransporte de carga es el protagonista del intercambio comercial, al mover 324,487 millones de dólares de mercancía, el 63.3% del total. 

En específico, entre México y Estados Unidos, el autotransporte de carga moviliza 70.7% del valor comercial. Definitivamente, este sector es otro de los grandes beneficiados del T-MEC.

Se disipan los temores frente al T-MEC 

Aunque el arranque del T-MEC daba certidumbre para la inversión, se desconocía el alcance de las reglas de origen y de nuevos mecanismos, como la resolución de controversias, en la industria instalada en México. Tres años después, los temores se disiparon y la región vive su mejor momento. 

Al respecto, Gabriella Siller expone que el Tratado se ha fortalecido, sobre todo por la oportunidad del nearshoring.

Se han generado lazos más fuertes y, a pesar de que hay controversias comerciales, la expectativa hacia adelante es muy buena, con crecimiento a doble dígito para las exportaciones, en especial hacia 2024”. 

En cuanto al desempeño del autotransporte de carga, la especialista evalúa que su papel en el intercambio comercial de la región T-MEC es “esencial”, además de que tiene “un potencial de crecimiento enorme” ante las oportunidades que brinda el nearshoring. 

Si bien, el renovado Tratado comercial es uno de los elementos que más respalda al nearshoring en México, los costos logísticos y los tiempos de entrega estables con Estados Unidos son factores suman potencia a este fenómeno que ya beneficia a la economía mexicana. 

Con tres años recorridos desde la entrada en vigor del T-MEC, persisten elementos que podrían restar potencial de Norteamérica y se trata de la imposición de políticas económicas que generen controversias comerciales, como el caso del maíz y la energía, refiere Siller Pagaza. 

Respecto a la posible recesión económica en Estados Unidos, la especialista de Banco BASE visualiza señales de que la están esquivando, e incluso se aplazará hacia 2025. 

Para este año, prevé un crecimiento de alrededor de 1.5% para el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, aspecto que genera expectativas de crecimiento para el consumo, además aún hay una demanda rezagada muy importante en la industria automotriz. 

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