La variante ómicron fue declarada de preocupación el 26 de noviembre del año pasado y desde entonces han surgido una gran cantidad de especulaciones, suposiciones y mitos, lo que dificulta a la población y Gobiernos tomar decisiones sobre su prevención y tratamiento; por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara estos dichos, con información constatada y verificada.

El organismo encabezado por Tedros Adhanom Ghebreyesus señala que las especulaciones sobre ómicron se propagan casi a la misma velocidad que dicha variante de la COVID-19, pues desde que se detectó por primera vez hace apenas nueve semanas, se han reportado más de 80 millones de casos en el mundo, más que el total de casos en todo 2020.

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La OMS ha rastreado en medios de comunicación, redes sociales y búsquedas en internet más habituales para abordar algunos de los mitos que rodean a ómicron.

1. Mito: todos los casos de ómicron son leves / Hecho: ómicron parece ser menos grave que delta, pero no debe considerarse leve

Datos de varios países han demostrado que la gravedad de la infección por ómicron en sus poblaciones ha sido menor en comparación con delta. Sin embargo, estos estudios se han dado, sobre todo, en países con altos índices de vacunación. Por ello, la OMS considera que es demasiado pronto para saber qué impacto tendrá la nueva variante en los países con menor índice de vacunación y en los grupos más vulnerables.

2. Mito: como ómicron es menos grave, habrá menos hospitalizaciones / Hecho: ómicron supone un alto riesgo para los sistemas sanitarios

Los datos actuales indican que esta variante se propaga más fácilmente que delta. Aunque cause casos de COVID-19 más leves, y un menor porcentaje de enfermos acaben en el hospital, por el elevado número de contagios, supone una gran cantidad de hospitalizaciones. Esto hace que los sistemas de salud tengan más dificultades a la hora de tratar a los pacientes tanto con COVID-19 como con otros tipos de enfermedades.

3. Mito: ómicron es igual que un resfriado común / Hecho: es mucho más peligroso que un resfriado común

Ómicron no es como un resfriado común y hay más posibilidades de que derive en una hospitalización. Personas infectadas con la variante ómicron están siendo hospitalizadas y han muerto como consecuencia de ella. Además, las personas que se contagian y se recuperan también corren el riesgo de desarrollar COVID persistente.

4. Mito: las vacunas no funcionan frente a ómicron / Hecho: las vacunas ofrecen la mejor protección disponible contra ómicron

Las vacunas siguen protegiendo contra la enfermedad grave y la muerte en casos de COVID-19 causados por ómicron, al igual que ocurre con las otras variantes aún en circulación. Hasta ahora, la tasa comparativamente más baja de hospitalizaciones y muertes se debe en gran parte a que muchas personas ya están inmunizadas.

La OMS destaca que la vacunación estimula la respuesta inmunitaria del organismo frente al virus, lo que no sólo nos protege de las variantes actualmente en circulación, sino que también es probable que nos proteja de enfermar gravemente por futuras mutaciones de COVID-19.

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5. Mito: Las personas no vacunadas no enfermarán gravemente por ómicron / Hecho: los no vacunados son los que corren más riesgo de contraer ómicron

La gran mayoría de los hospitalizados en países en los que ómicron se ha convertido en la variante dominante son personas sin vacunar. Si no se toman medidas para interrumpir la transmisión de COVID-19, esta variante se extenderá con una velocidad sin precedentes y, al igual que en la oleada de delta, las personas no vacunadas serán las más afectadas. La principal recomendación de la OMS sigue siendo vacunarse, incluyendo una dosis de refuerzo si está disponible.

6. Mito: si ya se ha contagiado de COVID-19, hay inmunidad frente a ómicron / Hecho: ómicron puede reinfectar a las personas que han tenido previamente COVID-19

Si se ha tenido COVID-19 anteriormente, hay que vacunarse de todos modos, ya que la reinfección por ómicron sigue siendo posible, con el riesgo de enfermar gravemente, transmitir el virus a otras personas o desarrollar COVID-19 persistente. Vacunarse, tanto si se ha tenido como si no, es la mejor manera de protegerse.

7. Mito: las dosis de refuerzo no son efectivas para evitar enfermar de gravedad con ómicron / Hecho: las dosis de refuerzo son eficaces para aumentar la protección

La eficacia de las vacunas del COVID-19, al igual que la de muchas otras vacunas, como la de la gripe, disminuye con el tiempo, por lo que es importante ponerse la dosis de refuerzo. Así se está más protegido de desarrollar un caso grave de COVID-19. Este consejo es especialmente importante para los grupos de riesgo, como los mayores de 60 años y las personas con problemas de salud prexistentes. El personal sanitario también debe recibir una vacuna de refuerzo debido a su alto riesgo de exposición al virus y al peligro de contagio a las personas vulnerables a las que atienden.

8. Mito: los cubrebocas son inútiles contra ómicron / Hecho: el  uso de cubrebocas es una medida de protección eficaz

Según las pruebas que ha revisado OMS, todas las medidas preventivas que funcionan contra la variante delta siguen siendo eficaces contra ómicron y esto incluye el uso de cubrebocas. Ómicron se contagia con tanta facilidad que, además de la vacunación, son necesarias todas las demás medidas preventivas: uso de cubrebocas, sana distancia, evitar los espacios cerrados o  abarrotados, garantizar una buena ventilación, toser o estornudar en el codo, lavarse las manos.

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9. Mito: Al ser ómicron menos grave, se acerca el final de la pandemia / Hecho: el fin de la pandemia aún no está a la vista

La OMS recalca que aún queda camino por recorrer para acabar con la pandemia. Con los millones de infecciones que se están produciendo en el mundo, es casi un hecho que surgirán nuevas variantes de COVID-19.

Para lograr salir de la fase aguda de la pandemia es fundamental cumplir el objetivo fijado por la OMS de vacunar al 70% de la población de todos los países a mediados de este año y seguir tomando medidas para reducir la transmisión.

“Vamos a vivir con el COVID-19 en el futuro próximo, y necesitamos aprender a gestionarlo con sistemas sostenidos e integrados de lucha contra las enfermedades respiratorias agudas”, dijo el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, Director General del organismo.