Uno de los retos más fuertes que enfrentan las grandes ciudades están relacionados con la movilidad, ¿cómo lograr que ésta mejore y satisfaga las necesidades de los habitantes?

 Al investigar lo que está sucediendo alrededor del mundo, encontramos que todos los países realizan diferentes esfuerzos para alcanzar una movilidad urbana sustentable, el objetivo es aumentar la cantidad de viajes en transporte público ya que el hecho de contar con un sistema eficiente desincentiva el uso del transporte privado y por ende se logra la disminución de emisiones. El principio es simple: transportar al mismo tiempo a una cantidad mayor de personas. Lo anterior representa un beneficio importante para las ciudades ya que no se requiere estacionamiento para tantos vehículos y se aminora el tránsito. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario otorgar al usuario la confianza suficiente para optar por el transporte público.

Los avances en el mundo

Una de las formas más novedosas de comprar los boletos del transporte es vía telefónica. Varsovia, Polonia, es una de las ciudades pioneras en estos sistemas que permiten adquirir los boletos desde el teléfono. Esta opción se ha presentado como una alternativa viable y una forma accesible de adquirir boletos, prescindiendo del tiempo gastado en las taquillas o la necesidad de cargar efectivo.

MinimetroEn términos generales el transporte urbano existente puede parecer insuficiente. Los vagones de transporte público, como el Metrobús o los mismos autobuses urbanos, también implican cierto aumento en el número de automóviles en las calles. Una posible solución a este problema es la implementada en la ciudad de Perugia en Italia. La necesidad de disminuir el tránsito, el número de vehículos motorizados y la emisión de contaminantes llevó a crear el Minimetrò, como parte del Plan de Movilidad Urbana instaurado desde el año 2008.

El Minimetrò es un sistema de transporte consistente en 25 vehículos de 50 asientos cada uno, dotados de ruedas de hule que corren sobre una vía de metal, todas ellas impulsadas, a su vez, por un motor eléctrico.

¿Es posible hacer del transporte público un sistema gratuito?

Tallin.

Tallin.

Hay quienes afirman que sí. Al igual que la educación o la salud, el transporte en distancias considerables dentro de una ciudad —por motivos laborales o estudiantiles— debería ser parte de los beneficios que una ciudad otorgue a sus habitantes. Un ejemplo de lo anterior es el sistema de transporte gratuito que opera activo en Tallin, Estonia, donde la venta de boletos no es prioritaria para mantener el sistema de transporte. De 53 millones de euros que cuesta anualmente el transporte público, 17 son recuperados en boletos; de éstos, aproximadamente 5 millones pertenecen a las ventas de boletos a personas que no residen en Tallin. Así, ante un porcentaje tan bajo de recaudación, el transporte no representaba ningún negocio, era de hecho un servicio público más, por lo que se decidió aplicar una política de transporte gratuito a todos los residentes de Tallin. Sometida a consulta pública, 75.5% de los ciudadanos votaron a favor de la medida, mientras que apenas 24.5% se pronunció en contra. El resultado ha sido una disminución de 15% en el tránsito del centro de Tallin, un aumento del 12.6% en el uso del transporte público y un descenso del 9% en el uso del vehículo privado en el área. También se han registrado ligeros descensos en el porcentaje de movilidad a pie y bicicleta.

En la región autónoma de Madeira, en Portugal, los autobuses de cortesía de los hoteles eran la forma de transporte más utilizada por los turistas, quienes, según estudios, tenían en muy mal concepto el servicio de transporte público de la ciudad. La solución se concentró en dos acciones: mejorar y optimizar el sistema de transporte en toda la ciudad, con énfasis en la zona turística, y negociar con los hoteles para que dejaran de proporcionar autobuses de cortesía y firmaran un convenio con la ciudad, a fin de promocionar el nuevo sistema llamado Línea Verde. Los beneficios en apenas tres años se hicieron evidentes: disminuyeron los niveles de contaminación en un rango de 13 a 34 por ciento. Gran parte del triunfo de las políticas de movilidad sustentable radica también en la elaboración de acuerdos, convenios y acciones conjuntas entre la iniciativa privada y la pública; este tipo de acciones podrían implementarse con éxito en varias de las ciudades turísticas de México.

Una posible solución para esto es la implementada en Lisboa, Portugal. La primera estación en ser utilizada por una marca fue Baixa-Chiado, en la que Portugal-Telekom (PT) mostró interés por adquirir los derechos del nombre de la estación, localizada justo en el corazón de Lisboa, en el punto de convergencia de dos estaciones de considerable afluencia. Durante cinco años, Portugal-Telekom tendrá los derechos para publicitarse en esa estación, lo que incluye cambiar su nombre a Baixa-Chiado PT Blue Station, y promocionar su marca en mapas, señalizaciones, aplicaciones móviles, etc. Aunque el monto de la transacción no ha sido revelado, otros de los beneficios incluyen la instalación de Wi-Fi gratuito y de acceso libre en la estación.

En la Ciudad de México una de las medidas de transporte público de calidad más exitosas ha sido el Metrobús, implementado desde el 2005 y compuesto de vehículos articulados, biarticulados y autobuses. El Metrobús da servicio a más de 800,000 personas al día.

El Metrobús se ha caracterizado desde su inauguración por operar en un proceso de mejora constante, que incluye tarjetas recargables para abordar el autobús, un sistema de recarga electrónica, que no requiere taquillas, y la proyección de crecimiento a 200 kilómetros de longitud a corto plazo. Entre los beneficios que representa el Metrobús a la ciudad se encuentran: la disminución de 22,000 viajes diarios en automóvil, la reducción del 30% en accidentes viales y de 80,000 toneladas de dióxido de carbono, así como el tránsito libre para vehículos de emergencia, ambulancias, bomberos, protección civil, etc.

METROBUS

El desafío es grande, sin embargo, la exitosa implementación de programas y la réplica de las mejores prácticas en otras latitudes hará que en poco tiempo la movilidad sea realmente sustentable en todo el mundo.