Desde que era niño, a Joel De la Cruz Revilla le gustaban mucho los camiones: los veía pasar y se le hacían como monstruos, gigantes de acero que podían cruzar cualquier camino, pero en su familia no había alguien relacionado con el transporte, así que empezó a imaginar su sueño en silencio. 

Nacido en el Estado de México, una vez que tuvo la edad, la altura y, sobre todo, la habilidad, empezó a manejar todo tipo de vehículos, pero siempre relacionado con el transporte: autos ligeros, camionetas y vanes hasta llegar a los rabones y camiones tipo torton, pero como era muy joven, lo hizo incluso antes de tener una licencia para conducir. 

La juventud era su principal herramienta y también tenía las ganas de algún día poder manejar un tractocamión, pero tuvo que esperar algunos años, más o menos como a los 22 que empezó a trabajar formalmente en una empresa de transporte. 

Igual empezó desde abajo, con maniobras de patio y sus primeras experiencias moviendo tractos, hasta que le dieron la oportunidad de manejar su propio vehículo y empezar a andar en carretera. 

Y le ha ido bien, ya que es un conductor responsable y cuidadoso, pues en casa lo esperan su esposa y sus dos hijos: un adolescente de 16 años y una niña de 12, quienes disfrutan mucho de viajar con él y también les gustan mucho los camiones. 

Lo del 10-28 de “El Príncipe Encantador” le vino porque usaba el cabello largo y los colegas no dejaron pasar la oportunidad de hacer alusión al personaje de Shrek, y que también se ha romanceado hasta llegar con “Princeso” o “Príncipe”. 

Lo más difícil de su trabajo es administrar el tiempo, ya que no siempre hay buenos lugares para comer o para detenerse a descansar, sin embargo, él debe buscar la forma de no malpasarse ni arriesgarse mucho. 

También la inseguridad representa un obstáculo, ya que todos los días se sabe asaltos, robos o hasta muertes en la carretera a manos de la delincuencia. 

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Por otro lado, lo que más disfruta es la camaradería en ALA Transporte, donde actualmente trabajo, además de que es una empresa que los acompaña en todo momento y siempre está al tanto de sus necesidades. 

Les dan todas las herramientas y facilidades para que hagan su trabajo de la mejor manera posible, y nunca los dejan solos. 

Es por eso que para este operador mexiquense, conducir un tractocamión es un buen trabajo, que le permite conocer siempre nuevos lugares, nuevas personas y hacer algo tan importante para la sociedad a él le llena de satisfacción. 

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