En días aciagos, contar con más y mejores elementos que permitan solventar la operación de una empresa puede ser la diferencia entre quienes lo logran y los que no, es por eso que la gobernanza empresarial adquiere una importancia crítica en el sector de autotransporte de carga y pasajeros. 

Y es que ante la naturaleza de alto riesgo del sector, los altos costos operativos y la estricta regulación, una estructura de gobernanza sólida no solo garantiza la supervivencia y el crecimiento, sino que también es vital para la seguridad y la ética en las carreteras.

Las empresas de transporte enfrentan retos específicos que demandan una gobernanza atenta y especializada, y es por eso que platicamos con Mauricio Rivas, gerente general de Transportes ABC del Caribe, quien nos contó sobre las buenas prácticas de la empresa en este renglón.

Riesgo Operacional y de Seguridad

La gestión de flotas implica riesgos constantes (accidentes, fallas mecánicas, robos) que exigen protocolos rigurosos, sistemas de mantenimiento preventivo transparentes y una cultura de seguridad que debe ser supervisada directamente por el consejo de administración.

Regulación Ambiental y Laboral

Las normativas sobre emisiones, los tiempos de conducción y descanso de los operadores, y la legalidad de las cargas requieren un estricto cumplimiento. La gobernanza debe asegurar que se implementen mecanismos para evitar sanciones, compliance y corrupción (como el intento de soborno a inspectores o autoridades). En términos éticos, ésta es la esencia de la gobernanza empresarial.

Gestión de Activos Intangibles y Tangibles

El valor de estas empresas reside en sus vehículos (activos de alto valor) y en la integridad de sus operaciones. La gobernanza debe proteger estos activos a través de una gestión financiera transparente y procesos de adquisición y desecho de unidades libres de conflicto de interés.

Digitalización y Tecnología

La integración de tecnologías como el GPS, la telemetría y el software de gestión de rutas requiere inversión y expertise. Un buen gobierno corporativo asegura que la estrategia digital esté alineada con los objetivos a largo plazo y la ciberseguridad.

Pilares de una Gobernanza Efectiva

Para mitigar estos riesgos y asegurar la sostenibilidad, el sector de autotransporte debe enfocarse en los siguientes pilares de gobernanza:

Consejo de Administración Independiente:

La inclusión de consejeros independientes (que no tienen relación directa con la operación o la familia propietaria) aporta una visión objetiva y experta, aunque sí deben tener expertise en logística, seguridad vial, y finanzas corporativas.

Este Consejo de gobernanza empresarial debe priorizar la cultura de cumplimiento (compliance) y la ética por encima de los objetivos de corto plazo.

Transparencia Financiera y Control Interno:

Debido a los altos costos de combustible y mantenimiento, es vital establecer controles internos rigurosos para la adquisición de insumos y la asignación de rutas.

La transparencia en la declaración de siniestros y la gestión de seguros es clave para mantener la solvencia.

Sostenibilidad y Responsabilidad Social (ESG)

La tendencia global exige que las empresas de transporte demuestren su compromiso con la reducción de la huella de carbono (uso de unidades menos contaminantes) y el bienestar de sus empleados (horas de trabajo justas y capacitación). Estos factores se están convirtiendo en criterios esenciales para los inversionistas y clientes.

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En un sector con alta interacción con autoridades de diferentes niveles (aduana, policía de carreteras, inspectores de peso y dimensión), la ética en la gobernanza es no negociable.

Las empresas con una gobernanza sólida implementan:

Códigos de Conducta estrictos con políticas de cero tolerancia a la corrupción.

Canales de Denuncia anónimos y protegidos para que los operadores puedan reportar intentos de extorsión o prácticas deshonestas sin temor a represalias.

Auditorías periódicas a los procesos de back-office y front-line para detectar anomalías.

En conclusión, para esta empresa mexicana, la gobernanza empresarial no es un lujo corporativo, sino una necesidad operativa. Una estructura bien definida garantiza que los vehículos sigan moviéndose de forma segura, legal y rentable, cimentando la confianza con clientes, reguladores e inversionistas.

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