Al poco tiempo de haber dado sus primeros pasos, Gabriela aprendió a manejar una motocicleta, de modo que a los siete años ya era una experta en la conducción de este vehículo y, con su hermano como copiloto, tenía la misión de supervisar el llenado de tanques de diésel de los camiones de la familia Esteban.

Mientras que otros niños de su edad jugaban en el parque y comenzaban a familiarizarse con el pedaleo de la bicicleta, esta pequeña tomaba sus primeras lecciones a bordo del camión de su papá, quien desde los 12 años comenzó a realizar sus primeros viajes como operador y no dudó en compartir con sus hijos el gusto por el autotransporte.

Gabriela recuerda con emoción los viajes familiares en carretera, los juegos entre llantas y motores, el olor a diésel y el ejemplo de trabajo y dedicación de sus padres para dar forma a la compañía que hoy es fuente de empleo para 584 personas.

Lo que comenzó como un juego, con el paso de los años fue tomando forma como el proyecto de vida de Gabriela Esteban. Desde muy joven se involucró en todas las áreas de la empresa y tomó la decisión de estudiar Comercio Internacional para aplicar lo aprendido en la compañía familiar.

Inició en el área de Nóminas, pasó a la de Mantenimiento, más adelante Facturación y, actualmente, tiene a su cargo la Dirección de Contraloría de Terrestres Esteban, responsabilidad que enfrenta de forma óptima gracias a la experiencia adquirida en los diferentes departamentos de la compañía.

Hoy, con 35 años y tres hijos, Gabriela trabaja todos los días para lograr un balance ideal entre su vida familiar y laboral. Al igual que su padre, ella busca inculcarles el amor por esta industria, así que a la par de las clases de natación, los pequeños reciben de su abuelo lecciones de manejo, primero en moto, luego en el popular “vochito”, hasta llegar al paso final: la conducción de vehículos pesados.

Acerca de las claves que le han permitido alcanzar su desarrollo profesional y contribuir al crecimiento de la compañía mexiquense, Gabriela reconoce que la perseverancia ha sido fundamental, así como su curiosidad para identificar los aspectos que pueden mejorarse y su gusto por la innovación.

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Estos tres atributos, dijo, los lleva a su punto máximo con uno de los consejos que más recuerda de su padre: “El no ya lo tienes, hay que ir por el sí”, por lo que, haciendo honor a aquella niña aguerrida y valiente que aprendió a conducir en cuanto alcanzó los pedales del camión, trabaja todos los días para demostrar que el talento, pasión y conocimiento pesan más que el género y que, juntos, hombres y mujeres, “somos más fuertes”, enfatizó.

Al estar inmersa en un ambiente propicio para su crecimiento profesional y personal, la joven reconoce que hace falta que el sector autotransporte cobre mayor conciencia sobre la relevancia de la participación de la mujer, por lo que la empresa con sede en Toluca, Estado de México, pone la muestra con su iniciativa Mujeres en Marcha, destinada a formar conductoras de vehículos pesados.

En este sentido, comentó que, a la fecha, este proyecto ha dado como resultado la capacitación de ocho operadoras, quienes ya se integraron en las filas de Terrestres Esteban, incluso, una de ellas es la responsable de conducir el primer Cascadia 100% eléctrico comercializado en el país por Daimler Truck México.

Con el firme propósito de seguir los pasos de su padre, Gabriela está lista para impulsar la internacionalización de Terrestres Esteban, seguir haciendo del servicio personalizado uno de los grandes diferenciadores de la compañía y proyectarla hacia las grandes ligas del autotransporte.