Una de las particularidades más añejas del autotransporte es el 10-28, ese sobrenombre que forma parte de la identidad de los operadores y que, en la gran mayoría de los casos, es como un segundo bautismo, ya que muchos de ellos son más conocidos por su apodo que por su propio nombre. 

Pero el tema del 10-28 va más allá, pues los operadores no escatiman en creatividad e imaginación, al grado de que hay apodos dignos de premio, y hoy vamos a contar la historia de un conductor que se ganó el suyo por un regionalismo.

Fernando Godínez Silva tiene 25 años siendo operador; recuerda que desde niño le gustaban los camiones y un día se dijo que de grande sería trailero, y así fue, pues conoció a alguien que tenía un camión y le pidió que lo llevara con él en los viajes, para aprender. 

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Y así lo hizo, sólo de ver cómo conducía aprendió a manejar, hasta que llegó su oportunidad a los 20 años, ya con un trabajo formal y muchas ganas de recorrer todos los caminos y conocer todo el país. 

Fernando es originario de Coahuila, donde lo común es decir “ganchar” en lugar de enganchar. “¿Cuál caja voy a ganchar?”, preguntan. 

Y todo mundo lo entiendo, pero su 10-28 justamente viene de ahí, ya que se empleó con una empresa en el sur, y cuando hizo esa pregunta, los colegas se rieron y le pidieron que repitiera la pregunta. Más risas. 

Él sabía que el verbo es “enganchar”, pero en el norte se comen la primera sílaba, y en el sur eso les causó mucha risa, al grado de que los colegas le pusieron “La Gancha”. 

Y se le quedó, justo como debe pasar con el 10-28, y para él no ha sido un problema, sino todo lo contrario, lo lleva con mucho gusto y, sobre todo, simpatía. 

Fernando tiene una hija de 27 años y no tiene nietos. A ella nunca le gustaron los camiones y él tampoco fomentó que así fuera, pues considera que mejor es que tenga una carrera y una forma de vida más estable, pues para él ha sido un sacrificio muy grande estar lejos de la familia. 

A sus 45 años quiere seguir conduciendo mientras tenga salud, pues el camión se ha vuelto su segunda casa. Disfruta su trabajo y ahora, en Autotransportes Alanís, está contento con la empresa y con las rutas que le dan, que son principalmente entre Nuevo Laredo y el centro del país. 

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