El mundo avanza en todos los ámbitos y los cambios profundos que se están generando en la industria del transporte (en todos sus ámbitos) deben verse no solamente como una oportunidad para aumentar la eficiencia, sino también como una condición necesaria para mantener la competitividad del sector así como la logística que tiene que seguir siendo uno de los motores de crecimiento de las naciones de América y Europa frente al camino avanzado por el continente asiático.

El reto de enfrentar a los competidores mundiales

Los fabricantes europeos de equipos de transporte, en especial, han disfrutado durante mucho tiempo de su posición de cómoda ventaja frente al resto del mundo, repartiéndose los mercados mundiales con unos pocos competidores, principalmente norteamericanos y japoneses. Esto fue posible gracias a su superioridad en tecnologías de ingeniería específicas y a su inversión continua en infraestructura. Hoy en día, esta ventaja está disminuyendo a medida que otros países han ido efectuando grandes inversiones en investigación y desarrollo (I+D) y en infraestructura. El gasto en I+D de China ha estado creciendo durante varios años en porcentajes de dos dígitos y se espera que se convierta en la segunda potencia en I+D del mundo, muy por delante de la mayoría de los Estados miembros de la UE. Además, mientras que China está haciendo un esfuerzo concertado en los campos de vanguardia más prometedores, los esfuerzos de investigación europeos siguen siendo difusos.

Por ejemplo, el sistema de transporte aéreo y su cadena de suministro, incluida la industria aeronáutica de alta tecnología, contribuyen de forma importante a la economía europea y a la competitividad de la región. Las compañías aéreas y los aeropuertos europeos están en la vanguardia mundial, al igual que la industria aeronáutica. Sin embargo, cada vez es más difícil mantener esta posición en el mercado mundial debido a las limitaciones de capacidad en Europa y a las grandes inversiones en infraestructura de transporte aéreo en otras regiones. El mantenimiento de un sistema de transporte aéreo europeo competitivo y el papel clave de Europa como nudo central del transporte aéreo intercontinental adquirirá una importancia mayor para la economía europea.

trenChinaEn lo que se refiere al ferrocarril de alta velocidad, los chinos –que hasta el momento se han apoyado en tecnología europea, canadiense, o japonesa– han desarrollado sus propios trenes. La UE necesita seguir el ritmo de los avances tecnológicos mundiales y mantener su ventaja competitiva en las industrias de transporte de alto valor añadido.

A pesar de que China ya es el mayor fabricante de automóviles del mundo, las compañías europeas están todavía entre las principales del mundo en las unidades para turismo, camiones y autobuses convencionales. Además, estas empresas están también invirtiendo en el desarrollo de soluciones para combustibles alternativos y de autos eléctricos. En China, los compradores de vehículos eléctricos o híbridos con conexión a la red eléctrica reciben incentivos considerables. Estas iniciativas sin duda ayudarán a China a alcanzar su objetivo de fabricar un millón de vehículos eléctricos al año a partir de 2020. Los expertos en la materia afirma que sin las condiciones marco apropiadas para hacer económicamente viables las soluciones innovadoras, los fabricantes europeos corren el riesgo de quedarse rezagados respecto a sus competidores mundiales.

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6a01157071ef71970c01543201ca91970cEn la construcción naval, las empresas asiáticas disfrutan de una posición dominante en la producción de cargueros. Europa posee la mejor tecnología para la construcción de buques de pasajeros o especiales, como las dragas, y en grandes sectores de la industria mundial de equipos marinos. Los astilleros y los suministradores de equipos son elementos indispensables para el transporte marítimo y la logística. Al mismo tiempo, proporcionan las soluciones técnicas a la tan necesitada reducción de los gases de efecto invernadero y otras emisiones procedentes del transporte marítimo. Por lo antes mencionado resulta importante que Europa mantenga competencia y al menos una masa crítica en la construcción naval.

Las compañías logísticas europeas, que en la actualidad son líderes mundiales indiscutibles, corren también el riesgo de perder su cuota de mercado. Durante años, se han beneficiado de la excelente infraestructura, un historial de libre comercio y unos trámites burocráticos relativamente ligeros en sus mercados nacionales. Hoy en día, la infraestructura europea se encuentra cada vez más congestionada y surgen alternativas en otros lugares. En comparación, China ya tiene la mayor red ferroviaria de alta velocidad del mundo, y los puertos norteafricanos –más flexibles que sus contrincantes europeos– se han hecho con gran parte del negocio del transbordo. Entre los 20 mayores aeropuertos por número de pasajeros y volumen de carga, solamente seis y cuatro respectivamente son europeos. El centro de gravedad de la infraestructura mundial de transporte se está trasladando gradualmente a Asia. Son necesarias una inversión continua en infraestructura de transporte y la simplificación de los procedimientos administrativos para poner freno a esta erosión de la importancia de la Unión Europea como una plataforma logística mundial, sin lo cual las compañías logísticas europeas perderán su liderazgo mundial.