Uno de los temas presentes en la agenda de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) es la rentabilidad del negocio, una situación alarmante en algunos segmentos, sobre todo por la denominada competencia desleal, que no solo afecta al sector, sino a todas las empresas que quedan en desventaja frente a otros proveedores. 

“El caso es que, por un lado, hay empresas que tienen la facultad de ajustar la tarifa porque tienen muchos fletes, y por otro, hay otros informales que castigan el precio con tal de ganar un flete. En ambos casos, lo que no se dan cuenta es que están erosionando al transporte, y es el propio transporte el que sale perdiendo a final de cuentas”, explicó Elías Dip, presidente nacional de la Conatram.

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En entrevista para TyT, el dirigente señaló que el papel de las autoridades sale a relucir no por el costo de la tarifa, sino por la nula o poca vigilancia en la formalidad de las empresas y, por ende, la competencia desleal. Y no solo eso, agregó, sino en la histórica oportunidad que han visto algunas personas para usar al transporte como actividad lucrativa que podría esconder el origen de ciertos recursos. 

Hacer su trabajo, investigar, revisar y hacer cumplir la ley debería ser la norma, consideró el entrevistado, pero suele ser la excepción, ya que no son pocos los casos de empresas que surgen de la nada y ya tienen flotas con decenas de vehículos. 

Estas situaciones provocan la desaparición de empresas que simplemente ya no pueden competir o, en el “mejor” de los casos, sobreviven con una rentabilidad apenas perceptible. Si a eso se le suman los otros retos del autotransporte, pareciera que el panorama es completamente desolador. 

Pero no necesariamente. Elías Dip considera que si bien mucha responsabilidad es de las autoridades, las empresas y agrupaciones transportistas pueden hacer su propio trabajo para hacerle frente a la competencia desleal, desde protocolos de prevención y respeto por los operadores hasta el cumplimiento normativo y la competencia de buena fe.

Sin embargo, la nueva realidad exige ser más claros y eficientes, y para eso se necesita trabajar de la mano de los generadores de carga y las autoridades, ya que, de no hacerlo, solamente se prolonga el rezago en el que operan algunos segmentos del autotransporte. 

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“No hay una varita mágica, pero mientras las autoridades no hagan su trabajo, proveedores y usuarios de transporte debemos hacer nuestro trabajo lo mejor que podamos, y hacerlo bien, con miras a un mejor México y un mejor sector”, agregó.

Por último, Elías Dip considera que 2022 podría representar una gran oportunidad para generar cambios trascendentales en el sector. Más allá de repartir culpas, se trata de asumir responsabilidades y saber que es trabajo de todos construir un autotransporte de calidad y con mejores estándares de servicio. 

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