Las cifras más actualizadas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recopilan que tan solo en tres meses de pandemia, más de 10,000 empresas, pequeñas y medianas, cerraron sus puertas. Decenas de miles de empleos perdidos y una economía que aún vive los estragos de la crisis.

La nueva normalidad, en este sentido, trajo consigo el famoso semáforo regional que permitirá la reapertura gradual de las actividades en la vida del país. A más de cinco meses de distancia, dos especialistas comparten su análisis sobre lo que hicieron, dejaron de hacer o pudieron realizar mejor las empresas que hoy ya no existen, a fin de proyectar el futuro inmediato de las que siguen en pie. 

Ante este escenario, Bernardo Torres, Director General de Uncommon, considera que una de las grandes claves para sobrevivir a la pandemia es fortalecer y/o cambiar tres formas de pensamiento empresarial que permitirán cambiar el modelo de negocio, a fin de estar listos para las exigencias de la nueva realidad.

No importa si una empresa fabrica tornillos, vende productos de consumo o transporta mercancías por todo el país, este concepto aplica para una empresa que quiere sumarse al cambio que está representando la vorágine del covid.

  1. Pensamiento crítico

Las empresas, los empresarios, los directivos, los tomadores de decisiones tienen que preguntarse en dónde están y por qué están en ese lugar. Mejor aún, hacia dónde quieren llegar y cómo lo van a lograr. 

“Este pensamiento les permitirá tener una visión holística no solo para la productividad y rentabilidad de sus empresas, sino también del bienestar de sus colaboradores y de la sociedad, pues otra de las enseñanzas de la pandemia tiene que ver con que nadie está exento de factores externos”.

2. Pensamiento sistémico

En este punto hay que entender cuántos factores están directa e indirectamente relacionados con la empresa. Tomar en cuenta que un virus en China sí tiene una correlación con todo el mundo, con todas las empresas y con todas las personas. 

“Riesgos y beneficios de hacer las cosas como las hacemos. Imaginar esos otros escenarios que podrían suceder y para los que posiblemente no estamos preparados. Hay que empezar a hacerlo para que tengamos muchos más elementos para enfrentar una crisis”.

3. Pensamiento prospectivo

Ahora sí, es hora de imaginar el futuro. Hoy sería difícil saber cómo será la vida en 2021, pero sí podemos jugar con la imaginación y establecer el mejor, el moderado y el peor escenario posibles. ¿Cómo llegaremos a cada uno?

“Qué impactos tendrá en una organización todos esos factores que antes de la pandemia no consideramos o imaginamos. Hoy por ejemplo, las empresas podrían imaginar cuáles serán los impactos del covid en la vida emocional y psicológica de nuestros colaboradores, del encierro, de la incertidumbre”.