El pasado 10 de septiembre, la explosión de una pipa de gas LP en la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México, que dejó 32 muertos, encendió las alertas entre las empresas transportistas sobre la necesidad de actuar con responsabilidad civil mediante contratos que protejan a los operadores, la carga y la integridad de las personas afectadas.

En la Ruta TyT de esta semana, Felipe López, socio director de Consensos Abogados SC y asesor jurídico de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) desde 2005, explica la relevancia de la responsabilidad civil en una empresa transportista y cómo debe establecerse un contrato.

“La responsabilidad civil es la obligación de responder ante algún daño derivado de un hecho que se realiza, y es una de las fuentes principales del derecho que se generan en cualquier actividad humana, no únicamente en el transporte”, comenta.

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En el caso de las empresas transportistas, agrega, existen actividades específicas que conllevan riesgos y que pueden generar responsabilidad civil por la propia naturaleza de la operación, como ocurre con el transporte de hidrocarburos.

“La responsabilidad civil del transporte, o la responsabilidad del transportista, está legislada tanto en la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal como en el Código de Comercio; los contratos de transporte están regulados dentro de una ley”, refiere.

Es decir, la responsabilidad civil consta de dos vertientes: la contractual, en la que el cliente y el operador firman un acuerdo y establecen obligaciones ante un incidente, y la extracontractual, que contempla a terceros y la responsabilidad administrativa.

¿Cómo blindar a los transportistas?

El asesor jurídico de la ANPACT comparte una serie de prácticas que las empresas transportistas deben adoptar para blindarse ante cualquier incidente:

  • Pólizas claras y blindadas. El transportista debe contratar una cobertura total de la carga y de la unidad, con exclusiones y deducibles claramente definidos; además, debe realizar revisiones anuales con sus asesores legales y la aseguradora.
  • Contratos bien estructurados. El convenio debe incluir cláusulas de responsabilidad y límites de indemnización, así como penalizaciones justas y realistas.
  • Subcontrataciones con respaldo. Es indispensable contar con un contrato por escrito con cada operador externo, verificar que el seguro del subcontratista esté vigente y mantener una supervisión continua.
  • Cumplimiento de disposiciones fiscales. Cumplir con la emisión del CFDI con Complemento Carta Porte.

¿Qué debe tener un contrato bien estructurado?

De acuerdo con Felipe López, abogado de la ANPACT —asociación que representa a la industria automotriz de vehículos pesados en México, incluidos fabricantes de autobuses, camiones y tractocamiones—, un contrato bien estructurado debe especificar el objeto que se transporta, el costo de la actividad y las obligaciones de entrega.

“Es muy importante que en ese contrato determinemos la carga, porque a partir de ello se pueden establecer los precios y definir si se necesita algún tipo de permiso”, menciona.

Añade que también se debe contemplar el lugar de descarga de la mercancía, los tiempos de espera, quién será el punto de contacto e incluir imprevistos como bloqueos y marchas.

¿Cómo prevenir riesgos legales?

El abogado Felipe López recomienda a las empresas transportistas considerar los siguientes puntos para prevenir riesgos legales:

  • Ver la asesoría legal como una inversión y no como un gasto.
  • Formalizar los acuerdos por escrito.
  • Revisar la póliza a detalle.
  • Capacitar a operadores y personal administrativo.
  • Implementar un checklist de cumplimiento normativo.
  • Implementar un checklist legal de viaje.

Felipe López concluye que la diferencia entre perderlo todo y salir adelante está en algo tan simple —y a la vez tan poderoso— como contar con un contrato bien hecho, una póliza revisada y la documentación vigente.

Escucha la charla completa en el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: