Luego de registrar una caída de 36% en sus ingresos a nivel global durante el segundo trimestre del año, Navistar International Corporation manifestó que se enfocará en preservar el efectivo y reducir los costos, sin sacrificar sus inversiones para el futuro y el proyecto Navistar 4.0, señaló Walter Borst, Director Financiero de la armadora.

El directivo explicó que con los resultados derivados de la pandemia por COVID-19, algunos programas y gastos se han retrasado, pero no se han cancelado. “Es importante que sigamos invirtiendo en nuestra empresa, incluso en estos tiempos difíciles, para garantizar nuestro éxito a largo plazo”, compartió.

Además, recalcó Navistar, sus instalaciones se han mantenido en funcionamiento durante todo el trimestre. Si bien han experimentado interrupciones limitadas –que se pueden medir en semanas en lugar de meses sus centros de distribución de partes han permanecido abiertos durante todo el trimestre con solo cambios menores en las horas de operación. 

Asimismo, la red de distribuidores de la armadora también continuó operando. En los talleres de mantenimiento, continuó estrictamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar la propagación de COVID-19, tomando amplias medidas para garantizar la salud y la seguridad de colaboradores y clientes.

“Como negocio esencial, tomamos medidas tempranas para proteger a nuestra gente para que pudiéramos cumplir con nuestro deber de mantener nuestras plantas de ensamblaje y centros de distribución en funcionamiento para atender a nuestros clientes que mantienen la economía en movimiento”, dijo Persio Lisboa, Director de Operaciones de Navistar.

Respecto a la recuperación económica, Troy A. Clarke, Presidente y Director Ejecutivo de Navistar, consideró que ésta será gradual a medida que las empresas revalúen los planes operativos para volver a una nueva normalidad. “Las acciones que hemos tomado en los últimos meses nos han posicionado para tener éxito, sin importar la forma de la recuperación”, recalcó.

Números rojos

Clarke reconoció que durante el primer trimestre, al igual que muchas empresas, Navistar se vio afectada por la pandemia COVID-19, lo que se refleja los resultados del segundo trimestre.

Y es que Navistar International Corporation anunció que los ingresos en el trimestre fueron de 1,900 millones de dólares (mdd) , un 36% menos que en el segundo trimestre de 2019. La disminución fue impulsada principalmente por el impacto de COVID-19, lo que resultó en menores volúmenes de ventas de camiones y autobuses Clase 6-8 en los Estados Unidos y Canadá, con los cobros cayendo casi un 40% en comparación con el mismo período de hace un año.

Asimismo, el EBITDA del segundo trimestre fue de 61 mdd, en comparación con 55 mdd en el segundo trimestre de 2019.

Cabe recordar que, en respuesta a la pandemia global, en abril la armadora anunció una serie de acciones para conservar más de 300 mdd en efectivo durante el año, sin poner en peligro sus planes estratégicos. Las acciones incluyeron ahorros posponer los gastos y diferir el salario base de los empleados con base en Estados Unidos. 

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A detalle, los ingresos netos por ventas de camiones Navistar International fueron de 1,400 mdd, una disminución de 907 millones en comparación con el segundo trimestre del año pasado. La disminución, explicó la armadora, se debe principalmente a menores volúmenes en los mercados principales de la compañía, incluyendo México.

En el segmento de partes, las ventas cayeron un 23% frente a cifras de 2019, mientras que los ingresos de servicios financieros disminuyeron a 64 mdd, una pérdida de 14 millones desde el segundo trimestre de 2019.

“Nuestro equipo ha hecho un trabajo tremendo gestionando el negocio a lo largo de este momento desafiante, y hemos tomado una serie de medidas para posicionar a la empresa para que pueda superar esta crisis”, concluyó Clark.