La Agencia Internacional de Energía (AIE) estimó que la producción de hidrógeno de bajas emisiones experimentará un aumento considerable para finales de la década en comparación con la situación actual.

Según el Informe Global del Hidrógeno 2025 de la AIE, los proyectos que están en funcionamiento, en construcción o que han alcanzado una decisión final de inversión para 2030 se quintuplicarán con creces con respecto a los niveles de 2024, hasta superar los 4 millones de toneladas anuales. Seis millones de toneladas anuales adicionales también tienen un gran potencial de entrar en funcionamiento para 2030 si se implementan políticas eficaces para garantizar la demanda.

De acuerdo con el informe, este incremento se dará a pesar de la reciente ola de retrasos y cancelaciones de proyectos. Se prevé que la producción de hidrógeno de bajas emisiones experimente un sólido crecimiento hasta 2030, a medida que el sector emergente continúa desarrollándose, aunque a un ritmo más lento que el que se había señalado previamente a principios de esta década.

La AIE explicó que la demanda mundial de hidrógeno aumentó a casi 100 millones de toneladas en 2024, un 2% más que en 2023. La gran mayoría de esta producción se satisfizo con hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles, sin medidas para capturar las emisiones asociadas. Los sectores que tradicionalmente han utilizado hidrógeno, como la refinación de petróleo y la industria, siguieron siendo los mayores consumidores.

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Brecha de costos se reducirá

El organismo precisó que, a nivel mundial, sigue siendo mucho más económico producir hidrógeno a partir de combustibles fósiles. La brecha se ha ampliado últimamente debido a las recientes caídas en los precios del gas natural y al aumento en el precio de los electrolizadores debido a la inflación y a una implementación de la tecnología más lenta de lo previsto.

El informe prevé que la brecha de costos se reducirá para 2030 debido a la disminución de los costos de la tecnología y, en algunas regiones, al fuerte crecimiento de las energías renovables y a la promulgación de nuevas regulaciones.

La AIE reconoció que la adopción del hidrógeno de bajas emisiones aún no cumple las expectativas establecidas por la industria y los gobiernos en los últimos años. El crecimiento se ve limitado por los altos costos, la demanda y la incertidumbre regulatoria, y el lento desarrollo de infraestructuras.

Los proyectos de producción se han visto particularmente expuestos a estos obstáculos. Un nuevo análisis de los proyectos anunciados revela que la producción de hidrógeno de bajas emisiones para 2030 tiene el potencial de alcanzar hasta 37 millones de toneladas al año. Esta cifra representa una disminución con respecto a los 49 millones de toneladas anuales potenciales, según los proyectos anunciados un año antes.

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China, motor del despliegue

Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE, dijo que el interés de los inversionistas en el hidrógeno se disparó a principios de esta década gracias a su potencial para ayudar a los países a alcanzar sus objetivos energéticos.

«Los datos más recientes indican que el crecimiento de las nuevas tecnologías de hidrógeno se encuentra bajo presión debido a las dificultades económicas y la incertidumbre política, pero aún observamos fuertes indicios de que su desarrollo avanza a nivel mundial. Para impulsar el crecimiento, los responsables políticos deben mantener los programas de apoyo, utilizar las herramientas disponibles para impulsar la demanda y acelerar el desarrollo de la infraestructura necesaria», añadió Fatih Birol.

Según el reporte del organismo, China es actualmente el motor del despliegue de electrolizadores para producir hidrógeno de bajas emisiones. El país representa el 65% de la capacidad mundial de electrolizadores instalada o que ha alcanzado una decisión final de inversión, y alberga casi el 60% de la capacidad mundial de fabricación de electrolizadores.

En otros países, los fabricantes se han visto sometidos a presiones financieras debido al aumento de los costos y a una adopción más lenta de lo previsto. No obstante, los fabricantes chinos también podrían enfrentarse a desafíos en el futuro, ya que la capacidad de fabricación actual, de más de 20 gigavatios al año, supera considerablemente los niveles de demanda actuales.

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