La elevada inflación, los cuellos de botella en las cadenas de proveeduría y la propagación de la pandemia SARS-CoV-2 y sus variantes entre la población, son factores que, se cree, marcarán un punto de inflexión en la economía de Estados Unidos que la llevarán a crecer a un menor ritmo durante 2022. 

En su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, publicado el mes pasado, el Banco Mundial previó que la economía del país gobernado por Joe Biden pasará de un crecimiento anual estimado en 5.6% en 2021 a 3.7% para este año, inferior a su previsión de 4.2% realizado en junio del año pasado. 

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El organismo redujo su pronóstico para la economía de Estados Unidos en un contexto de nuevos brotes de COVID‑19, la persistencia de las presiones inflacionarias y los cuellos de botella en las cadenas de suministro a escala mundial. De hecho, ajustó de 4.3% a 4.1% su perspectiva para la economía global de 2022. 

Humberto Calzada Díaz, Economista en Jefe para Rankia LatAm, refiere en entrevista para TyT que la economía de Estados Unidos comenzará un punto de inflexión, después de una importante recuperación observada el año pasado: “Pensamos que creció a niveles de 5% en 2021”. 

El analista adelanta que, a finales de año, vendrá un estancamiento en la actividad económica de ese país, principalmente, por efectos de la inflación y por una disminución de la demanda o consumo, con un crecimiento de 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) hacia el cierre de 2022. 

La inflación es el principal riesgo para el PIB de Estados Unidos, con un tono restrictivo de la Reserva Federal, la cual podría realizar al menos tres aumentos de tasas. Este podría ser un catalizador para que se frene la actividad económica, cuando el tema de la pandemia y sus variantes, como ómicron, aún no se desvanece”. 

Humberto Calzada Díaz, Economista en Jefe para Rankia LatAm.

El precio de la inflación

La inflación general de Estados Unidos cerró 2021 en 7.0 por ciento, su nivel más elevado desde junio de 1982. Ante este comportamiento de los precios, fuera del objetivo de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés), se espera que comience a preparar el terreno –acelerar los recortes en la compra de bonos– para iniciar un proceso de normalización de sus tasas. 

De hecho, en su reporte “La gran transición: perspectivas económicas globales 2022”, Credit Suisse espera que la inflación disminuya a mediados de año, pero por encima del objetivo del 2.0% de la FED, y prevé que será a partir de junio cuando suba sus tasas en tres ocasiones. 

La tasa clave del Banco Central se ubica actualmente en un rango de 0.00-0.25% y al subir a un 0.75-1.0 por ciento, como se prevé cierre el año, repercute –aunque no de forma inmedita– en mayores tasas de financiamiento de empresas y particulares, en hipotecas, tarjetas de crédito y de crédito automotriz, factor que presiona el consumo, es decir, el crecimiento de la economía. 

Adicional a que los Bancos Centrales —incluido Banxico— se verán forzados a elevar su tasa de interés interbancaria, Calzada Díaz expone que las posturas más restrictivas de política monetaria, en un contexto de economías mundiales en desaceleración y con una pandemia que no cesa, frenan el desarrollo. 

Observamos riesgos y volatilidad en los mercados por una política más agresiva de la FED, y eso definitivamente puede impactar a la economía mexicana”.

Humberto Calzada Díaz, Economista en Jefe para Rankia LatAm.

De hecho, el especialista pronostica, en un escenario optimista, que la inflación general de Estados Unidos cierre el año en un nivel de 3.5 por ciento.

Freno al consumo de Estados Unidos

En una economía donde el consumo es el principal motor del crecimiento, la escalada de precios es de especial preocupación, pues afecta el poder de compra de los hogares.

En diciembre pasado, las ventas al menudeo en Estados Unidos se contrajeron 1.9% mensual, impactadas de forma negativa por los efectos de la elevada inflación y la cautela que genera entre la población el acelerado ritmo de contagios por ómicron. 

Al respecto, Credit Suisse advierte que la ola de casos de ómicron conducirá a la debilidad a principios de año, derivando en un menor gasto en servicios, en un contexto de disminución de apoyos fiscales por parte del Gobierno, y no descartó que surjan nuevos obstáculos en la cadena de suministro. 

Este 2022 ha tenido un comienzo difícil. Una nueva ola de casos de Covid-19 y el ajuste fiscal a corto plazo, son obstáculos importantes para el crecimiento de EU. Esperamos que el PIB crezca 0.7% en el primer trimestre, su ritmo más lento desde que comenzó la recuperación de la pandemia en 2020”. 

Credit Suisse.

El Economista en Jefe para Rankia LatAm manifiesta que al ser el principal socio comercial de México, una desaceleración en el consumo estadounidense se vería reflejada en una menor demanda de las exportaciones mexicanas. 

De enero a noviembre de 2021, México realizó exportaciones no petroleras por 420,408 millones de dólares, de los cuales, 344,102 millones o el 81.85% del total tuvo como destino la economía de Estados Unidos. La cifra también representa una recuperación de 16.8% respecto a la caída de 9.8% vista en igual lapso de 2020.

Prevén menor potencia para la economía de Estados Unidos

Fortaleza de fondo

Pese a la amenaza global de los precios elevados, Credit Suisse sostiene que el mercado laboral de Estados Unidos continuará su recuperación, aspecto que abona a un sólido gasto de los consumidores.

No descarta la posibilidad de que la crisis en las cadenas de suministro, observada en los últimos dos años, derive en un mayor gasto empresarial para su fortalecimiento; y que, en los próximos meses, las compañías ejecuten un mayor gasto de capital ante la normalización de la proveeduría que retrasa su operación. 

Otro brazo fuerte de la relación comercial entre México y Estados Unidos es la industria automotriz, sector que se vio afectado por el desabasto mundial de semiconductores y que impactó con más fuerza a la región T-MEC, la cual dejó de producir poco más de dos millones 472,000 vehículos ligeros el año pasado. 

Pese al impacto, la industria de autopartes establecida en México logró un valor de su producción de 93,788 millones de dólares el año pasado, 19.6% superior a los 78,788 millones de 2020. 

Para 2022, la Industria Nacional de Autopartes (INA) proyecta un crecimiento de 5.2% a 98,656 millones de dólares, más la normalización del abasto de semiconductores para la segunda mitad del año.

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