Con el fin de utilizar combustibles más amigables con el ambiente, el Metrobús de la Ciudad de México puso en circulación dos unidades del sistema en la Línea 2 que usarán una mezcla de diésel y biocombustible elaborado en la Central de Abastos de la capital.

Esta acción forma parte de una prueba piloto que se pondrá en marcha en un total de 10 unidades en todas las líneas del sistema durante agosto y que comenzó hace un mes en los patios de encierro de Metrobús, donde se corroboró que los vehículos aceptarán de buena manera este bioaditivo.

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El piloto busca encontrar el mecanismo para lograr una mayor integración del energético limpio en toda la flota del Metrobús.

Las unidades seleccionadas para esta prueba son aquellas con tecnología mediambiental Euro IV y Euro V, con lo que se busca que el biocombustible les ayude a mejorar su rendimiento vehicular y, por tanto, reducir su consumo de combustible, lo que se traduce en menos CO2 al ambiente.

Esta prueba utiliza biocombustible generado a través de un proyecto encabezado por el Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto (FICEDA) de la Ciudad de México, en colaboración con centros de investigación públicos y empresas privadas, quienes suman esfuerzos para contribuir a la mitigación de los problemas que representa la dependencia de energéticos provenientes de fuentes fósiles.

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El Proyecto es parte del programa de gobierno de la CDMX «Ciudad Sustentable», mismo que impulsa hacia una transición energética que opte por producciones más sustentables, en ésta se aprovecha el aceite vegetal usado de cocina para la obtención de biodiésel, por medio de tecnología 100% mexicana. Combustible que no es tóxico ni peligroso.

La capacidad de producción de la planta generadora es de 3,000 litros por día, el combustible.