Estafeta ha dejado de consumir un promedio de 637,000 litros de combustible, desde la incorporación de 35 unidades eléctricas –en septiembre 2022– a la fecha, y en su plan de sustentabilidad analiza las cero emisiones en el largo recorrido. 

Jesús García Ibarra, director de Operaciones de Estafeta, expone que la empresa mexicana mantiene sus planes de añadir a su flota eléctrica de última milla entre 30 y 40 unidades, este año. 

Te puede interesar: Cerrar el AICM a la carga tendrá un impacto de 100 mdp para Estafeta

El integrador logístico, que tiene entre sus principales líneas de negocio a la mensajería y paquetería, enfrenta retos para avanzar de forma más acelerada hacia la electrificación de su flota, sin embargo, ya analiza sus posibles soluciones. 

En entrevista para TyT, el Director de Operaciones de Estafeta compartió que están enfocados en la operación de vehículos eléctricos de última milla que les permitan regresar a sus centros de distribución para controlar su propia recarga. 

Aunque el plan es duplicar su flota eléctrica, aún tienen que resolver el abasto energético: “poner tantos vehículos en un solo lugar requiere un suministro de energía mayor dentro de las ciudades y tenemos que encontrar en dónde la CFE nos puede dar la energía que necesitamos para esta carga de los vehículos”. 

Estafeta, al igual que las empresas que han dado pasos importantes en electromovilidad, se encuentra en el proceso de consolidar un ecosistema con sus proveedores, que le permita avanzar en sus planes de sustentabilidad y mantenerlos saludables con el paso del tiempo. 

Estafeta analiza la operación con eléctricos pesados 

En el contexto de su participación en el Primer Encuentro Nacional de Movilidad Sostenible, organizado por la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), en Querétaro, García Ibarra reconoció que aún hay temas por resolver para adquirir tractocamiones eléctricos para sus trayectos de largo recorrido. 

“En cuanto a los eléctricos de 12 toneladas en adelante, todavía estamos esperando entender los alcances que hay en la autonomía y la instalación de estaciones eléctricas para su recarga”

Jesús García Ibarra, director de Operaciones de Estafeta.

Aquí existen aún más retos, ya que para un pesado eléctrico hay que resolver dónde recargar y el tiempo toma su abasto energético, pues el servicio de mensajería y batería opera como el transporte foráneo de pasaje, con horarios de salida y horarios de llegada, explica. 

“La carga de baterías para equipos pesados de largo recorrido es un tema que aún estamos analizando cómo lo podemos hacer, queremos entrar, sí, pero requiere una planeación más fina y sobre todo de infraestructura en carreteras que nos garantice la operación”. 

Jesús García Ibarra, director de Operaciones de Estafeta.

De esta forma, los tiempos de recarga, la disponibilidad de electrolineras en el país y, claro, la seguridad patrimonial son aspectos que detienen a la mensajería y paquetería en sus planes de electrificar su flota de largo recorrido. 

En tanto, en las ciudades, la disponibilidad de espacios para recargar la flota eléctrica, así como la capacidad del proveedor para brindar la energía eléctrica que se requiere en esas zonas urbanas, son los retos en la última milla. 

Te invitamos a escuchar el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: