El autotransporte no ha quedado exento de los embates de la enfermedad COVID-19. Las flotas padecen los estragos en las industrias no esenciales, las cuales frenaron su producción ante la emergencia sanitaria. Las nodrizas cubren los patios de las empresas que dedican su operación al sector automotor.

La ausencia de cervezas se resiente en las tardes de videollamadas con amigos, pero sobre todo, en los cientos de viajes que han dejado de realizarse ante la parálisis de la industria cervecera. La falta de previsión hoy pasa factura a muchos empresarios, quienes, en medio de la crisis, buscan soluciones para mantener intactas sus plantillas laborales.

De acuerdo con la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), la pandemia ha provocado que el 50% de la flota de sus asociados se encuentre fuera de operación, mientras que sus ingresos por ventas han caído 46.1 por ciento. No obstante, incluso las crisis más devastadoras dejan a su paso una serie de lecciones, que, si se aprovechan, pueden ser la base para la reactivación de sus actividades y, ante futuras contingencias, las empresas contarán con las herramientas necesarias para contenerlas con mayor solidez.

Diversifica y vencerás

De acuerdo con Enrique Homs, Director General de Transportes Maeda, una de las principales lecciones que le ha dejado esta crisis es la importancia de no depender de un solo sector, pues con base en la experiencia de estas últimas semanas, su operación se ha mantenido gracias a la diversificación que existe en su actividad. “Hay que mezclar más las industrias en las que están nuestros clientes”, recomendó.

Si bien hay empresas que tienen poco margen de maniobra porque trabajan para sectores que demandan un alto grado de expertise y equipo aliado muy especializado, aquéllas que operan con cajas secas, señaló el directivo, pueden aprovechar la versatilidad que ofrece el segmento de carga general y diversificar su cartera de clientes.

En tiempos de distanciamiento, la tecnología acerca

Otro de los grandes legados de esta pandemia es el uso de las herramientas digitales, las cuales han mantenido la cercanía con los diferentes grupos de interés de una compañía. Al respecto, Jorge Dávila, Director General de Setramex, se dijo gratamente sorprendido con la eficiencia alcanzada a través del home office, que antes de esta contingencia era un modelo de trabajo en el que no tenía mucha confianza. No obstante, obligado por las circunstancias, lo adoptó en el 70% de su personal de oficina y comprobó sus buenos resultados, por lo que considera que esta modalidad llegó para quedarse, pues además brinda una alternativa de ahorro.

Compartió que antes tenía la costumbre de viajar mucho para realizar presentaciones a sus clientes actuales y potenciales; sin embargo, este periodo le ha permitido estar cerca de ellos vía la tecnología, que si bien no reemplaza el contacto directo, sí representa una opción para reducir sus costos y acatar los lineamientos de distanciamiento social.

De la misma forma, Enrique Homs destacó la ventaja de las videollamadas. Gracias a esta coyuntura, dijo, ahora sabe que los clientes están dispuestos a ponerse en contacto a través de los medios virtuales, lo que favorece una comunicación mucho más directa y concisa, que le permite reservar los viajes para cuando verdaderamente sean indispensables, ya sea para cerrar un trato o para atender un asunto de suma importancia.

Por otro lado, Jorge Dávila manifestó que la crisis generada por esta pandemia también ha obligado a las empresas a trabajar de forma más eficiente, haciendo un uso racional de sus recursos. Explicó que este periodo ha servido para comprobar quiénes son los colaboradores que realmente están comprometidos con la compañía y aportan valor con su trabajo. En este sentido, resaltó que es muy importante hacer un análisis para asegurarse de que cada persona está en el puesto más adecuado, con base en su experiencia y preparación.

“Cash is king”

El flujo de efectivo es un elemento indispensable para mantener la solvencia de una compañía, sobre todo en tiempos de crisis. Partiendo de este principio, una de las lecciones más importantes que los empresarios han aprendido de esta pandemia, es la de contar siempre con líneas de crédito para disponer de ellas y guardar el recurso para cuando sea necesario, tal como señaló Enrique Homs. “Tal vez parezca que no requieres los créditos, pero más vale tomarlos, porque en situaciones inesperadas como ésta, son los que pueden darle viabilidad al negocio”.

Lo importante, precisó, es actuar rápido y no esperar a que la empresa se quede sin liquidez. La prioridad es proteger el flujo y extenderlo por el mayor tiempo posible.

De igual forma, Jorge Dávila manifestó que más vale pecar de precavido, pues de no haber contado con las reservas financieras pertinentes, esta crisis, dijo, hubiera causado mayores afectaciones a su empresa.

Operadores, el eslabón más fuerte

En tanto, Raúl Monroy, Director General de Transportes Monroy Schiavon (TMS), manifestó que, desde su perspectiva, esta emergencia sanitaria ha venido a enseñarnos que de un día a otro puede cambiar por completo el entorno, lo que obliga a las compañías a tener estructuras sólidas y viabilidad económica para hacer frente a cualquier imprevisto.

Monroy hizo énfasis en la relevancia de poner mayor interés en la salud de los operadores. Comentó que a principios de año, las empresas no tenían presupuestado el tema de la higiene y, a partir de ahora, es un concepto que deberá considerarse de forma ineludible. Aconsejó que debe aprovecharse esta coyuntura para que las empresas de autotransporte pongan mayor atención en promover el bienestar físico y psicológico de sus colaboradores.

En su opinión, esta contingencia ha servido también para sensibilizar a gran parte de la sociedad acerca del trabajo de los operadores, pues sin importar el riesgo que representa para su salud, salen a realizar su labor para garantizar el suministro de mercancías, reivindicándose así como el principal eslabón de la cadena productiva.

Respecto a este mismo tema, Gabriel Gámez, Gerente General de Autotransporte DAST, comentó que la mayoría de las veces hablamos de camiones que mueven carga, pero olvidamos que son los operadores los que hacen posible esta actividad. Por eso, dijo que esta crisis nos ha dado la oportunidad de valorar lo importante: “Cuidar a tu gente, a los clientes y los recursos de la empresa”, sostuvo.

De igual forma, Jorge Dávila expuso que este periodo ha venido a disminuir el ritmo tan acelerado con el que normalmente se conducen las compañías del sector, lo que les ha brindado la posibilidad de analizar con mayor detenimiento sus estrategias, replantearse sus próximos pasos y salir fortalecidas de esta etapa.

Parar antes que abaratar

Aun cuando puede resultar frustrante el hecho de tener el mayor porcentaje de la flota detenido, es muy importante asumir la problemática con calma y no tomar decisiones equivocadas que, lejos de aliviar la situación, resulten contraproducentes. Eso aconsejó Jesús Tamez, Director General de Transervicios Logísticos del Norte (TLN), quien a pesar de que ha enfrentado la crisis solo con el 25% de su parque vehicular a causa de la parálisis de la industria automotriz, está convencido de que es preferible detener sus unidades que abaratar los fletes.

En este sentido, explicó que la calidad de su servicio, el mantener una floja joven y en óptimas condiciones, así como sus costos operativos y el incremento en el precio del dólar, no le permiten darse el lujo de bajar sus tarifas, por lo que, incluso ante una contingencia como la que estamos atravesando, no la considera una opción.

Por el contrario, dijo, hay que mantener la calma, pensar que ésta es una situación temporal y poner en operación únicamente aquellas unidades que realmente se necesiten.

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