La industria automotriz –que integra la producción de vehículos ligeros, comerciales y sus autopartes– se ha consolidado como una de las que más aporta al crecimiento económico, es una de las principales generadoras de divisas del país y se mantiene como uno de los sectores con más participación en los flujos de inversión extranjera directa.

La Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) señala que ésta potencia y dinamiza el crecimiento y desarrollo económico de México.

Tan solo en 2017, aportó 3.7% del PIB nacional y 20.2% del manufacturero. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es la segunda actividad económica con mayor participación en el PIB manufacturero, después de la industria alimentaria.

Además, impacta en 90 actividades económicas en el sector secundario, y 70 en comercio y servicios. Genera más de 800,000 empleos directos en la fabricación de vehículos y autopartes; uno de cada cinco empleos en las industrias manufactureras pertenece a esta actividad.

En siete años, de 2010 a 2017, el PIB de la industria automotriz creció 12.3% en promedio en términos reales, lo que refleja su importancia en el desarrollo económico del país. Y de 1993 a 2017, creció más del doble que el PIB nacional y el manufacturero.

En el análisis denominado “Diálogo con la Industria Automotriz 2018” –elaborado por la ANPACT, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), la Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA)– se señala que este sector captó el 12% de la Inversión Extranjera Directa (IED) recibida en el país, con un total de 60,677 millones de dólares, durante el periodo de 2000-2017, además de presentar el mayor dinamismo entre 2012 y 2017.

Entre el año 2000 y 2017, para la fabricación de partes para vehículos automotores se destinó un total de 36,228 millones de dólares en IED, que equivale a 59.6 por ciento; mientras que la de automóviles y camiones atrajo 20,775 millones de dólares de IED, es decir, 34.2 por ciento. El 6.2% restante se asignó a comercio y servicio automotor.

En cuanto a la producción de unidades de carga, el país se ubica como el quinto productor mundial de este tipo de vehículos y segundo en América, indica la ANPACT. En territorio nacional se ubican 11 plantas armadoras de vehículos pesados y motores a diesel con presencia en ocho estados de la República.

Cifras de la ANPACT revelan que en 2017, el volumen de exportaciones de tractocamiones alcanzó las 71,515 unidades, lo que representó 6,445 millones de dólares. De acuerdo con el organismo, estas cifras posicionaron a México en el primer sitio de envíos al exterior de este tipo de vehículos, incluso, por encima de Alemania, que hasta 2013 era el principal generador de tales unidades. 

Entre 2010 y 2017, las cifras de unidades enviadas al exterior alcanzaron las 537,376 y, en ese lapso, el 2015 fue el mejor año con 92,985 vehículos, señala el análisis del organismo. 

En 2015, el 61.4% de los vehículos pesados que Estados Unidos exportó a América Latina y el Caribe lo destinó a México; mientras que el 99.9% de las unidades que importó de dicha región fueron procedentes del mercado mexicano. El mismo caso aplica para Canadá: el 100% de las unidades que adquiere en el mercado latinoamericano proviene de nuestro país. 

Datos del Banco de México muestran que, en 2015, entre los principales productos exportados en la industria de vehículos pesados se encontraban tractores para semirremolques, con un 73% y un valor equivalente a 8,467 millones de dólares. 

Lo anterior, mediante el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), acuerdo regional de cooperación económica que apenas en enero pasado se actualizó entre México, Canadá, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Singapur, y la integración, en el transcurso de este año, de Perú, Chile, Brunei, Malasia y Vietnam.