Toda gran historia requiere de las hazañas y arrojo de un protagonista y, por supuesto, la de Grupo Castores no es la excepción, pues la determinación, visión de negocio, esfuerzo y honestidad de don Refugio Muñoz Herrera han servido de inspiración para forjar 50 años de trabajo a favor de 15,000 familias.

Corría el año de 1974 cuando por consejo del entonces Director General del Autotransporte Federal, Fernando Peláez; Refugio Muñoz tomó la decisión de abandonar las filas de la empresa transportista en donde laboraba para conformar su propia compañía. 

El plazo para darla de alta era corto, así que a la brevedad debía encontrar el nombre bajo el cual iniciaría operaciones. La mayoría de las empresas existentes hacían referencia a nombres de animales, aves y atributos de velocidad.

Don Cuco halló la inspiración que buscaba en una colección de historietas de Walt Disney: “Manual de los jóvenes castores”. Apasionado de la lectura, no dudó en recurrir a un libro para conocer las cualidades asociadas a esta especie, entre las que encontró el hecho de que son muy trabajadores, previsores y capaces de salir avante en cada desastre.

Todas estas características le hicieron mucho sentido, así que no dudó en adoptar este nombre y comenzar a escribir la historia de Castores en un espacio de menos de 2,000 metros cuadrados.

Más adelante, con 25 camiones de modelos antiguos, movían plataformas, redilas, cajas secas y graneleros; estos equipos abarcaban trayectos entre México, Querétaro, León y Guadalajara, así como la ruta del Pacífico entre Tepic, Mazatlán, Culiacán, Los Mochis, Ciudad Obregón, Hermosillo, Mexicali y Tijuana. 

A finales de los setenta adquirieron una compañía de paquetería, que más tarde serviría para marcar la especialización de sus servicios. En 1984, Castores expandió su servicio a nivel nacional, lo que obligó a la empresa a ser más eficiente, acceder a una mejor administración y realizar inversiones inteligentes.

Refugio Muñoz Márquez, actual Vicepresidente del Consejo Administrativo y Director Adjunto de la compañía con sede en León, Guanajuato, recordó que este camino también ha presentado varios obstáculos, pues al cabo de los primeros 10 años de la empresa, su padre, don Refugio Muñoz, consideró la idea de dejar la compañía, no obstante, optó por seguir adelante.

A mediados de 1985, con los esquemas de financiamiento del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), la organización comenzó su apuesta por la compra de vehículos nuevos, aunque a diferencia de la actualidad en que los camiones se configuran con base en los requerimientos de los clientes, en aquel entonces no había más opción que llevarse los que estuvieran disponibles.

La llegada de la década de los noventa trajo consigo la evolución de los motores mecánicos a electrónicos, permitiendo así el acceso a información relevante de la unidad para darse cuenta de los beneficios de contar con una flota joven. 

De esta forma, se estableció el principio denominado Tiempo Óptimo de Reemplazo (TOR), el cual determina que los vehículos deben salir de circulación cada cinco años, promoviendo además un mercado secundario de unidades, bajo este esquema, este año de celebración, Grupo Castores tiene pronosticado adquirir unidades Kenworth. 

La pasión por el autotransporte se lleva en las venas

El amor por este sector fue uno de los grandes legados de don Refugio Muñoz Herrera a sus hijos y nietos, quienes abrieron la puerta de la compañía para compartir con TyT la cultura que hace de Grupo Castores una empresa grande, no sólo en tamaño sino en los valores que promueve entre sus colaboradores y de cara a la sociedad. 

En este sentido, Marco Muñoz Márquez, Presidente del Consejo Administrativo y Director General de la compañía, comentó que desde muy pequeños, su padre siempre inculcó en ellos el amor por el transporte. 

De niños jugaban entre camiones y aceite; más grandes, comenzaron a familiarizarse con la conducción de los vehículos y, en su adolescencia, casi sin darse cuenta se adentraron en las entrañas de las unidades mediante sus prácticas en los talleres. Desde ahí, poco a poco iban escalando por las diferentes áreas de la empresa hasta descubrir en cual de ellas podían desarrollarse de mejor manera.

Los hermanos Muñoz Márquez expresaron que su padre siempre les dio la libertad de aprender con base en la experiencia, de tomar decisiones y, por supuesto, de equivocarse. Las únicas condiciones eran no cometer el mismo error y encontrar a toda costa lo que más les apasionaba.

Esta misma idea ha permeado en la tercera generación de la familia, garantizando así una transición exitosa.

En este sentido, Refugio Muñoz Márquez expresó que, actualmente, Grupo Castores está conformado en su mayoría por jóvenes, quienes de la mano de la experiencia y respaldo de los directivos de mayor antigüedad, conducen a la organización a través de la innovación, las nuevas tecnologías y haciendo honor a los valores de honradez, trabajo y sentido humano inculcados por el fundador de la compañía.

Refugio Muñoz Márquez, Marco Muñoz Anaya y Marco Muñoz Márquez, en compañía de la escultura de don Refugio Muñoz Herrera.

Las crisis también son para crecer

En más de una ocasión, los desafíos económicos y contingencias sanitarias han puesto a prueba la solidez de Castores; no obstante, la familia Muñoz ha sabido hacerles frente y salir fortalecidos.

Estando Marco Muñoz Márquez al frente de la compañía, llegó la primera sacudida con la crisis económica de 1994; entre las principales lecciones aprendidas, los hermanos Muñoz destacaron el hecho de mantener finanzas saludables y, en la medida de lo posible, evitar el endeudamiento a largo plazo. 

Refugio Muñoz Márquez comentó que, en esta ocasión, su papá tuvo que vender algunas propiedades para privilegiar el pago de deudas y cumplir así con los compromisos adquiridos previamente. 

Como respuesta, una vez superada la crisis, tantos los proveedores como las instituciones financieras siempre han mantenido sus puertas abiertas para la compañía, cumpliendo así otra de las máximas de don Refugio Muñoz Herrera: “defiéndete al tratar y no al pagar”.  

Otras de las lecciones que llegaron para quedarse en la naturaleza de la compañía fueron la de no gastar más de lo que se genera y la de reinvertir constantemente en el negocio. 

Más adelante, 2008 trajo consigo una nueva crisis financiera, que en esta ocasión alcanzó a la compañía con bases más sólidas; de modo que, en plena adversidad, se concretó la apertura de 13 sucursales, así como el incremento de su servicio inhouse y de mensajería.

En 2020, con la emergencia sanitaria, Grupo Castores tomó la decisión de no despedir a ninguno de sus colaboradores, lo que una vez concluida la contingencia, le permitió seguir con su operación habitual y reforzar el sentido de pertenencia de sus equipos de trabajo.

Otro factor clave para superar con éxito este periodo fue el hecho de contar con una cartera de clientes diversificada, en la que ninguno representa más del 4% de las ventas, lo que les permitió compensar la caída de algunos sectores con el alza experimentado por otros. 

Talento made in Castores

Uno de los mayores orgullos de la compañía es el hecho de que todos sus colaboradores tienen acceso a un plan de vida y carrera, de modo que constantemente pueden aspirar a un mejor nivel mediante su trabajo y gracias a la preparación que Grupo Castores les ofrece para especializarse en las diferentes áreas de la compañía.

Como ejemplo de lo anterior, Marco Muñoz expresó que uno de los directores de logística inició en la empresa como bodeguero y, gracias a su esfuerzo, talento y a la preparación ofrecida por Castores ha conseguido su desarrollo profesional en la organización.

El directivo comentó que hace 10 años, la compañía enfrentó una crisis a causa de la falta de operadores, pues contaban con los clientes, capital y vehículos para crecer, pero carecía del eslabón más importante, los conductores. 

Ante este desafío, optó por poner en marcha su propia escuela de operadores, modelo que actualmente ofrece capacitación para mujeres y hombres que estén interesados en incursionar en la conducción de vehículos pesados, tanto torton como tractocamión. 

A la fecha, esta iniciativa da como resultado la formación de alrededor de 100 operadores al mes, lo que permite atender la demanda de talento para soportar los planes de crecimiento de la empresa, al tiempo que ofrece una fuente de empleo para quienes lo necesitan.

Camión escuela de Grupo Castores.

Una vez solventada la necesidad de generar conductores, los directivos de la compañía se dieron cuenta de que la plantilla administrativa también debía generar bases sólidas, por lo que todas las áreas cuentan con pasantes, quienes mientras estudian comienzan su preparación en la compañía y, al término de su instrucción académica, alrededor del 90% se suma a las filas de la empresa. 

Otro de los grandes diferenciadores de Grupo Castores es el hecho de que no tercerizan ninguno de sus servicios y, de igual forma, todos los sistemas con los que operan, a excepción de SAP y Sales Force, son desarrollados y soportados por el personal de la compañía.  

Muestra de lo anterior es que cuentan con talleres propios, auto abastos responsables de proveer el 98% del combustible que utilizan sus unidades, estaciones de lavado y representación de sus principales proveedores dentro de sus instalaciones.

La seguridad es otro aspecto del que Grupo Castores se encarga directamente, para lo que disponen de 35,000 cámaras instaladas a lo largo del territorio nacional y un C4 desde donde monitorea sus unidades e instalaciones, y activa los protocolos necesarios para velar por la seguridad de su personal y de la carga que transportan.

C4 en las instalaciones de Grupo Castores en León Guanajuato.

Acerca de la principal contribución que Grupo Castores ha hecho a la sociedad a lo largo de estos primeros 50 años de historia, tanto Marco como Refugio Muñoz coincidieron en que promover a la formación de mexicanos trabajadores, honestos y bien preparados, resulta una importante aportación, pues ya sea dentro o fuera de la organización, son personas que se suman al sector productivo del país.

El resultado de cinco décadas de trabajo

Con 50 años recorridos, Grupo Castores se consolida en la cima del autotransporte nacional y avanza con paso sólido en la conquista de territorio estadounidense. 

A la fecha, la compañía tiene 800 sucursales a lo largo del país y más de 14 centros de distribución. Cuenta con una flota superior a los 6,000 camiones y tractocamiones Kenworth entre modelos T480, utilizados para el reparto local, y modelos T680, para la distribución nacional, alrededor de 8,500 remolques, 3,200 camionetas y unidades de reparto, así como más de 600 motocicletas.

Toda esta infraestructura de servicio le permite llegar a más de 3,100 destinos en México. Además, en Estados Unidos tiene un parque vehicular cercano a las 800 unidades, con operaciones en la costa oeste del territorio, principalmente en California, Washington, Nevada y Portland.

Actualmente, la tercera generación de la familia ya está al frente de la empresa. Marco Muñoz Anaya, Director Administrativo de Grupo Castores, reiteró que lo más importante para la organización es su gente, por lo que su capacitación y desarrollo seguirá siendo una de las prioridades de la compañía.

La innovación, expresó el joven, no sólo se hace patente en la flota de la empresa, además se pone de manifiesto en los diferentes departamentos que constantemente apuestan por la mejora continua, la calidad y la eficiencia.

De hecho, compartió que cada año, se premia al proyecto más innovador y se implementa en el área correspondiente.

Reiteró que todos los sistemas bajo los cuales opera Castores son desarrollados internamente, por lo que el área de Sistemas está conformada por 150 colaboradores y una división de Innovación encabezada por 10 personas, quienes promueven e implementan las ideas frescas y disruptivas.

Entre las inversiones más recientes, hizo referencia al proyecto de radiofrecuencia implementado a finales de 2023, de modo que los almacenes de la compañía son 100% inteligentes y gracias a la etiqueta de las mercancías en tránsito es posible conocer su estatus.

De igual manera, habló de los sistemas inteligentes que permiten poner el foco sobre los vehículos que presentan alguna alerta para cuidar la integridad de los operadores y de la carga bajo su custodia. 

La innovación también se gesta desde sus proveedores, quienes encuentran en Castores un óptimo laboratorio de pruebas para analizar el desempeño de sus nuevas tecnologías y comprobar su viabilidad. 

Con 15 años en la compañía y toda una vida de compartir con sus mayores la pasión por el autotransporte, Marco Muñoz Anaya reconoció todo el potencial de Castores para seguir creciendo en diferentes nichos de mercado en el país. 

Como ejemplo, hizo referencia a la incursión de la compañía en los puertos, donde en menos de un año participan ya con 350 portacontenedores. 

Respecto al futuro, Refugio Muñoz expresó su interés por seguir creciendo en el mercado estadounidense y más adelante, participar también en algunas operaciones aéreas, con un plan bien estructurado. 

Éxito compartido

Los integrantes de la segunda y tercera generación de Grupo Castores manifestaron su orgullo por el legado de su fundador y agradecieron la intervención divina que les ha permitido construir un proyecto exitoso para la familia Muñoz y para los 15,000 colaboradores que con su trabajo y talento contribuyen a diario al desarrollo de la compañía. 

Asimismo, los directivos expresaron su gratitud hacia sus colaboradores, clientes y proveedores, cuya labor, pasión y cercanía han sido fundamentales para escribir esta historia de 50 años de éxito.

De manera especial, reconocieron el acompañamiento constante de Kenworth Mexicana a través de su concesionario Kenworth BACE, lo que les ha permitido crecer de forma conjunta, gracias a la confianza depositada en la calidad y tecnología de los camiones y tractocamiones de la armadora de Mexicali para apoyar a Grupo Castores a transportar el patrimonio de México.

La compañía confirma su preferencia por los vehículos Kenworth.