Lograr que las unidades que circulan por las ciudades más importantes sean cada vez más eficientes y menos contaminantes es uno de los objetivos más perseguidos por los gobiernos de todo el mundo.

amp_americas_fleet Si hay un aspecto en el que prácticamente todas las naciones coinciden es en el de lograr un transporte de mejor calidad técnica y ambiental. Por ello los esfuerzos se han centrado en la búsqueda de tecnologías más avanzadas para incorporarlas a las unidades y en el uso de combustibles cada vez más limpios y económicos, dado que es el gasto más importante de cualquier flota. En los últimos años, el Gas Natural Comprimido (GNC) se ha consolidado como una alternativa técnicamente factible en autobuses y camiones, siempre y cuando exista la disponibilidad de este recurso.

El GNC ofrece ventajas medioambientales frente al diesel ya que permite obtener niveles de emisiones comparables a las mejores tecnologías de vanguardia sin las implicaciones asociadas a estas, como la necesidad de utilizar combustible diesel con Ultra Bajo Contenido de Azufre que normalmente no suele estar disponible en los países en vías de desarrollo.

Por su parte las unidades que emplean GNC como combustible, presentan emisiones de partículas sustancialmente menores que las de diesel o gasolina. Adicionalmente, las modernas tecnologías de los motores a gas natural desarrolladas por las principales armadoras, permiten obtener menores emisiones de óxidos de nitrógeno que su contraparte a diesel, ya que permiten el uso de convertidores catalíticos de tres vías.

En cuanto a los niveles obtenibles de monóxido de carbono e hidrocarburos, dependen en gran medida de la tecnología empleada, pero en todos los casos es posible el cumplimiento de las normas actuales en materia de emisiones contaminantes más exigentes a nivel mundial (EURO VI y EPA 2010).

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GNC frente a los combustibles tradicionales

peterbiltEntre las diferencias entre los sistemas de transporte a GNC, y los que usan combustibles tradicionales como el diesel y la gasolina, destaca la necesidad de comprimir el gas en los cilindros de almacenamiento en los vehículos. Derivado de lo anterior se precisan sistemas de compresión, abastecimiento y almacenamiento en los autobuses de características particulares, lo cual tiene un impacto importante en los costos de inversión y los operativos.

El éxito de los programas de uso o conversión a GNC dependen en gran medida del diferencial de precio entre el diesel y el gas natural, pues este diferencial debe al menos compensar y en ocasiones superar los costos de inversión adicionales asociados al uso de este combustible alterno, tanto en lo que respecta a la compresión del gas como a los sistemas de almacenamiento en las unidades.

Para garantizar el éxito de los proyectos a GNC es indispensable, en primera instancia el establecimiento de sistemas de precios de los combustibles adecuados, sin embargo, también resulta relevante la proximidad de la red de distribución del gas al sitio en el que se pretenda instalar la estación de compresión y abasto de GNC ya que a diferencia de los combustibles tradicionales, que pueden ser transportados a las instalaciones de suministro por medio de autotanques, sin un impacto importante en los costos de operación, el gas natural debe suministrarse a pie de estación por ductos. De no ser así el costo del combustible se eleva, haciendo inviables los proyectos en muchas ocasiones.

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La implementación exitosa de un sistema de autobuses o camiones a GNC está condicionada a:

  • La existencia de las condiciones técnicas necesarias
  • La proximidad a la red de distribución de gas
  • La oferta de equipos de compresión y suministro de GNC
  • El establecimiento de políticas de promoción
  • El desarrollo de un marco normativo adecuado y lo suficientemente flexible, que permita el empleo de este combustible en las condiciones de seguridad requeridas y con el mínimo impacto en la agilidad para el otorgamiento de permisos y concesiones.

La experiencia internacional

Ya en otras latitudes se ha empleado el GNC como combustible, analizando los resultados se ha comprobado que no basta con el financiamiento directo de los sistemas de transporte a GNC, también se requieren políticas de promoción por parte del Estado en las que se definan claramente los apoyos estatales. Lo que ha funcionado en estos países es el establecimiento de programas públicos acompañados de incentivos económicos a los particulares para el financiamiento de vehículos ligeros a GNC, lo anterior permite el establecimiento de estaciones de servicio mixtas, en las que es posible el abastecimiento de combustible a autobuses y automóviles.

A pesar de que en algunas naciones estas acciones han sido exitosas, pueden no serlas en otras ya que entran en juego otros factores como la credibilidad de los gobiernos y la calidad de los apoyos.

Igualmente es deseable que las unidades a GNC cumplan con los requisitos más altos en cuanto a calidad, accesibilidad y confort, asimismo, los camiones y autobuses deben ser concesionados a empresas de transporte modernas, con la capacidad de cumplir con los estándares de operación más estrictos.

Una de las aplicaciones más exitosas del GNC es la de los autobuses BRT. Éstos, además de ser eficientes contribuyen con la7300 articulado imagen de modernidad de estos sistemas de transporte y coadyuvan para incentivar el uso del transporte colectivo en sustitución del automóvil, con el consecuente impacto positivo en el medio ambiente ya que son mínimas las emisiones contaminantes de los buses a GNC.

Los especialistas afirman que el GNC se puede ver como un combustible de transición hacia vehículos energéticamente más amigables como los vehículos híbridos eléctricos-gas natural o como un promotor de sistemas energéticos renovables como el biometano e incluso el hidrógeno.

Para garantizar el buen funcionamiento de estos sistemas resulta indispensable contar con la garantía de los fabricantes de los automotores, por ello se sugiere adquirir las unidades diseñadas para consumir gas natural y no los modificados para su empleo, pues estos vehículos no garantizan bajos niveles de emisiones y en ocasiones pueden incluso incrementarlas respecto a los vehículos a diesel.

Las unidades diseñadas desde un principio para utilizar el GNC, otorgan mejores eficiencias, pues han sido optimizadas de origen en cuanto a su relación de compresión y otras variables relevantes en el diseño de motores.

Para poder considerar al gas natural como un combustible viable en el sector transporte, es indispensable que los nuevos programas de sistemas de transporte de autobuses consideren desde el origen el uso de este combustible.