Ser una empresa socialmente responsable implica tomar acciones que van más allá del cumplimiento de la ley y generar un impacto positivo en la comunidad, en el ambiente y, por supuesto, en los colaboradores, a través del altruismo.

Si bien hay lineamientos enfocados en distintos rubros, uno de los ejes rectores está en la ética, que inicia al interior y permea al exterior, en el trato con los clientes, proveedores y aliados estratégicos. 

Para conocer un caso importante en el autotransporte nacional platicamos con joven empresario de Nuevo Laredo, que desde los orígenes de su compañía ha buscado implementar estas acciones. 

Se trata de Transportes Internacionales Monarca, empresa que desde siempre supo que si bien la operación era la clave para su rentabilidad, el cuidado de sus colaboradores y devolver algo a la sociedad serían fundamentales para su desarrollo. 

José Fernando Carbajo, Director General de Transportes Internacionales Monarca, detalló que hacer algo por las personas -al interior y exterior de la compañía- es la base de una empresa que busca tener un impacto más allá de la operación. 

Por eso desde siempre han implementado políticas enfocadas en propiciar un ambiente de trabajo seguro y digno, salarios justos y competitivos, y ofrecer prestaciones superiores a las de la ley, lo que incluye programas de salud mental y física, flexibilidad laboral y oportunidades de crecimiento.

Pero no es todo, ya que también cimentaron un pilar relacionado con ética y derechos humanos para garantizar la igualdad de oportunidades y la no discriminación por género, etnia, orientación sexual o discapacidad. Además de establecer políticas de cero tolerancia al acoso laboral y cualquier forma de explotación, ademas de fomentar el altruismo.

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En relación a la comunidad, Daniel Castillo, Director General de TYR Transports, señaló que para esta empresa guanajuatense es fundamental involucrarse activamente en la mejora de los grupos vulnerables, ya sea a través de programas de voluntariado corporativo, como reforestaciones, apoyo a escuelas locales, donaciones a causas sociales o el desarrollo de proyectos comunitarios. El altruismo como forma de vida.

La empresa, por ejemplo, ha hecho donaciones a asociaciones que luchan contra el cáncer infantil, pues están conscientes de la responsabilidad social que implica ofrecer un servicio tan importante como es el transporte, y que esto es retribuir un poco de lo que han recibido de quienes promueven su actividad, a fin de crear un círculo virtuoso.

“Así vamos permeando una cultura de altruismo y responsabilidad social, ya que si bien estas acciones no están directamente relacionadas con el negocio o la operación, al final se traducen en cuestiones éticas que van fomentando que más empresas y organizaciones se sumen a distintas causas, a fin de que todos ganemos”, señaló. 

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