Las empresas dedicadas al arrendamiento diario de vehículos ligeros enfrentan problemas para atender la recuperación de la demanda generada por sus clientes, debido a la falta de semiconductores o chips, sostuvo la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe). 

Al segundo trimestre de 2021, las empresas de arrendamiento de autos afiliadas a la AMAVe enfrentaron un desflote de 12.5 por ciento, el cual no lograron nivelar con la compra de autos nuevos ,ante el incremento de la demanda, debido a la crisis de semiconductores que frena a la producción de vehículos ligeros en México y el mundo. 

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En conferencia conjunta con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Liliana Anaya, gerente general de AMAVe reconoció que la falta de chips o semiconductores sí ha afectado las operaciones del gremio, “por lo que el desabasto de unidades no permite hacer frente al crecimiento de la demanda en el arrendamiento de vehículos, esto es una realidad”, dijo. 

Tenían la esperanza de que en el segundo trimestre del año esta cifra (de desflote) se nivele, pero no fue posible por la escasez de semiconductores (…) las empresas de renta diaria tenían programada una mayor demanda, pero no fue posible”.

Liliana Anaya, gerente general de AMAVe. 

Guillermo Rosales Zárate, director general adjunto de la AMDA, expuso que de los 515,400 autos nuevos vendidos en el primer semestre de este año, 20,799 fueron adquiridos por las empresas de arrendamiento que integran la AMAVe.

Es decir, del total de autos ligeros comercializados en el mercado interno, el 4.0% proviene de empresas dedicadas al arrendamiento. 

Rosales Zárate añadió que, entre enero y junio de 2021 se registraron en México 83,000 unidades como compras de flotillas, representado 16.2% del mercado interno total. 

Como parte de este conjunto de flotillas, añadió, las arrendadoras participaron con el 25% durante el primer semestre. Es decir, uno de cada cuatro vehículos adquiridos como flotillas, corresponde al arrendamiento especializado.

Los autos compactos y SUVs son las unidades con mayor demanda de las empresas dedicadas a la renta diaria de unidades, y son precisamente los vehículos más afectados por el paro programado de las armadoras. 

Por este motivo, algunas arrendadoras han optado por cambiar de modelo, y en otros casos, han frenado sus planes de compra, pese a tener ya una mayor demanda de sus clientes. 

Con la fuerte baja en la demanda del servicio de arrendamiento de autos en los momentos más críticos de la pandemia, las empresas optaron por vender sus unidades con la finalidad de garantizar su liquidez, evitar una mayor pérdida de empleos y cumplir con sus compromisos financieros. Hecho llamado «desflote» y que ahora contrasta con la ruta de ascenso vivida en el mercado.