Autobuses con motores a diesel de nueva generación, propulsados a gas natural, con tecnología híbrida o eléctrica, son una realidad y están disponibles en el mercado mexicano, el verdadero reto es que sean accesibles para los transportistas, consideraron fabricantes de vehículos pesados en el marco del 11º Congreso Internacional de Transporte (CIT).

En el tradicional panel de la industria armadora, moderado por Miguel Elizalde, Presidente Ejecutivo de la ANPACT, cinco representantes de las principales marcas del sector dialogaron sobre las innovaciones que ofrecen en la ruta de construcción de una movilidad sustentable.

Raúl de la Parra, Gerente de Ventas BRT y Proyectos de Movilidad de Mercedes Benz Autobuses,  señaló que la firma de la estrella ofrece buses desde Euro V hasta eléctrico que brindan un amplio confort, desarrollado de la mano de sus carroceros.

Para él, no se trata se saber cuál tecnología es mejor, sino atender el tema de fondo: las emisiones contaminantes.

Además, lograr que los transportistas puedan adquirir unidades de nueva generación, es un planteamiento que va más allá de contar con una tarifa real, técnica, o social; sino que debe basarse en una participación activa de todos los involucrados en este proceso: autoridades, empresarios e industria.

Por su parte, Carlos Iván Fuentes Acosta Mirafuentes, Gerente Comercial de Refacciones, Servicio y Venta de Unidades Zona Centro de Volvo Buses,  dijo que esta marca está respaldada por la experiencia exitosa con Metrobús Línea 1 y su operador CISA,  donde tienen unidades con más de un millón 200,000 kilómetros de operación. Desde su perspectiva la clave ha sido caminar de la mano con Gobierno y empresarios.

Y si bien tiene un alto estándar en tecnologías –frenos de disco, ABS, alertas de colisión y salida de carril– su importancia radica cómo se ocupan éstas.

El representante de la armadora sueca recalcó que un punto fundamental para hacer llegar estas tecnologías a los transportistas es contar una estrategia financiera con productos adecuados, que considere un criterio zonal y cuente con la colaboración de Gobierno y empresarios.

Enrique Enrich, Director General de Scania México, dijo que hace falta que las autoridades lleven a cabo una planeación y tengan voluntad política para invitar a los usuarios a utilizar el transporte público.

El directivo prevé que el verdadero futuro de los buses urbanos está en el hidrogeno, el cual está siendo probado por la marca en Europa.

No obstante, no se trata de tomar la tecnología más limpia, sino la más adecuada para cada país, ya que la tecnología a hidrógeno aún es una tecnología aún muy costosa, por ello la solución más cercana está en el gas natural, oferta que la marca ya tiene disponible en el país.

En este panel, Carlos Alberto Vela, Gerente de Ingeniería de Ventas de DINA, coincidió en que el gas natural es la solución más inmediata y accesible para el mercado mexicano, pese a la disponibilidad de los buses eléctricos.

En su experiencia,  migrar del modelo hombre-camión a ruta empresa ayuda a la adopción de nuevas tecnologías debido las finanzas más ordenas y el no competir por el pasaje. En la medida que los transportistas vayan evolucionando, consideró, les será más sencillo ingresar a nuevos estándares.

Asimismo, sugirió a los empresarios considerar el tipo de ruta y los tiempos de traslado a la hora de elegir un autobús.

En contraste, Ediltron Temporal, Director Ejecutivo de Sunwin Bus, dijo que México debe aprender de la experiencia de buses eléctricos de China, país en el que el Gobierno destinó recursos para el desarrollo de las unidades que han probado su eficiencia en esas latitudes. Para él, los empresarios deben quitarse el miedo a lo desconocido y considerar que apostar por diesel y gas natural no es lo más benéfico para el ambiente.

En su rol de moderador, Miguel Elizalde hizo un llamado a las autoridades a impulsar la Norma Oficial Mexicana que regula las características técnicas y de seguridad de las unidades de transporte urbano de pasajeros (NMX-D317-IMNC-2018), lo que dará certidumbre a los usuarios y a la industria,  ya que en los últimos 10 años mientas se vendieron 50,000 buses en México, ingresaron al país unos 19,700 usados de los mercados estadounidense y canadiense.