Durante 2019, Transportes Monroy Schiavon (TMS) reportó un crecimiento en ventas del 14 por ciento. Al respecto, Raúl Monroy, director general de la compañía mexiquense, atribuyó estos buenos resultados al trabajo realizado por su equipo, a la eficiencia conseguida con su flota que ronda los tres años y medio de edad promedio, así como a la preferencia de los cerca de 100 clientes que conforman su cartera base.

Con una flota superior a las 1,000 unidades y el 98% de su plantilla de operadores completa, la empresa realiza 22,000 viajes al mes y recorre alrededor de 10 millones de kilómetros en dicho lapso.

Respecto a su visión de este 2020, el directivo manifestó que, aunque luce como un año retador, tiene la meta de incrementar su nivel de servicio, así como fomentar la seguridad vial y patrimonial. Comentó que a lo largo del último trimestre de 2019, trabajó en la búsqueda de proyectos para acceder a nuevos clientes. El objetivo, precisó, es recorrer menos kilómetros en vacío y trabajar con empresas que sean más eficientes en los procesos de carga y descarga de las unidades, ya sea por su ubicación o por la logística de sus procesos internos.

El robo al autotransporte, dijo, se mantendrá como una de los principales problemáticas del sector en 2020. Al respecto, habló de las acciones que ha puesto en práctica la compañía y, que en 2019, le permitieron disminuir el porcentaje de actos delictivos. Raúl Monroy destacó la capacitación que reciben sus operadores para el cuidado de su integridad, las mejoras realizadas a su equipo de monitoreo para tener visibilidad 24/7 de los vehículos, la puesta en marcha de una nueva gerencia de Seguridad, restricción en sus horarios y zonas de circulación; así como una óptima selección de conductores.

Con referencia a las restricciones sobre las que se han pronunciado varias entidades del país, el directivo señaló que TMS está a favor de una movilidad más eficiente, en la que todos los usuarios de las vialidades puedan circular de forma óptima y segura. En lo que no está de acuerdo es en tener que pagar un permiso. “La restricción se entiende, pero el tema del cobro está fuera de toda realidad”, enfatizó el directivo.